CAPÍTULO 1

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"Cuando mi alma curada se fue de los brazos del primer y único hombre que amé pensaba que todo había terminado. Por fin, podía ser una chica normal... Hacía tanto que no lo era. En verdad, si me paro a pensar... Nunca lo he sido. Y en caso que lo fuera... ¿Hubiera cambiado alguna cosa? Espera... Que es ese ruido... Parecen... Unas voces de niños ..."

68 años antes ~

-YA HA LLEGADO- gritaban dos niños por todo el pueblo. - LA HIJA DE LA SACERDOTISA HA NACIDO- decían ilusionados. A medida que el pequeño pueblo se enteraba de que la primera hija de la Sacerdotisa y del alcalde había nacido todos iban a dar su bendición y a cotillear un poco. Con lo que los dos niños decían ya habían desvelado el sexo del bebé: Una niña. Era un bebé hermoso y tranquilo. Nada que ver con los típicos bebés que nacían llorando, sin duda había heredado el poder espiritual de su madre. Ese bebé estaba durmiendo plácidamente en los brazos de la sacerdotisa. - Enhorabuena señora- decían. Otros se interessaban por el nombre del bebé, el elemento más importante de todos ya que así, podrían nombrar a la próxima sacerdotisa de su pueblo. Ella miró al infante y le vino un flashback: Estaba ella en un campo de flores de campanilla luchando contra un demonio que quería apoderarse de su alma para que todos los demonios le tubieran el respeto que quería cuando supieran que el mató a la Sacerdotisa más poderosa. La Sacerdotisa que muchos nombraban como la reencarnación de Midoriko la creadora de la perla de Shikon siglos atrás, otros la llamaban Hiroko. Yo la llamaba "mamá". Cómo decía, mi madre estaba en un prado lleno de flores de campanilla cuando el demonio la atacó por sorpresa y mi padre, antiguo exterminador de demonios se abalanzó sin miedo para protegerla. No ayudo mucho porque el demonio lo lanzó al suelo pero si para distraerlo y así poder lanzarle una flecha y purificarlo. Ese fue el principio de su relación y por ese motivo decidió llamarme así. - Kikyo. Se llamará Kikyo- Todos se quedaron asombrados con el nombre tan dulce que eligieron para mí.

Los años iban pasando hasta que nació mi hermanita pequeña. Esta vez fui yo quien gritaba por todo el pueblo la notícia y la historia se volvió a repetir. Todo el pueblo fue a dar sus bendiciones y a interesarse por el nombre del bebé el cual, mis padres me dejaron elegir a mi el nombre y al ver el árbol situado cerca de mi casa, donde pasé tantos momentos felices decidí llamarla "Kaede". 

Viaje al pasado [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora