CAPÍTULO 3

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-Bienvenidos. Cuanto tiempo Hiroko - - Es verdad maestro. Hace mucho tiempo. - Esta debe de ser Kikyo. Se parece mucho a ti de pequeña- "Vaya... Parece que se conocen... Pero... Físicamente yo no me parezco nada a mi mamá... Porque dice eso pensé. - puede que sí o puede que ella sea más fuerte que yo- esas palabras quedaron grabadas a la mente de todos los presentes. - No te preocupes, cuidaremos muy bien de ella. Ven Kikyo, te voy a presentar a tus compañeros. -Hermana... - dijo Kaede cuando me iba. - Hermanita... - Fui a abrazarla por última vez. - Te prometo que aprenderé tan rápido como pueda todo para volver a estar juntas. Mientras tanto, se fuerte y no confíes en nadie- Se que lo último que dije no lo entendió por su corta edad pero sabía que nunca se le olvidaría y al final lo comprendería. Mire a mis padres pero no les di ningún abrazo, simplemente les dije un adiós y me fuí con el maestro del santuario.

-Kikyo ellas son Tsubaki y Saya tus compañeras. Tsubaki, Saya ella es Kikyo la nueva aprendiz de Sacerdotisa. Espero que la ayudéis en la adaptación. Ahora, llevarla a su habitación, pronto empezará la classe. - dijo el maestro mientras se iba.

-Hola Kikyo, encantada. - dijo Saya con una sonrisa - Vamos a instalarte y te contaremos todo lo que tienes que saber para sobrevivir a los entrenamientos- - ¡Tsubaki! No asustes a Kikyo... No le hagas caso. Si estás aquí es porque te convertirás en una de las mejores sacerdotisas. Ahora que te parece si te enseñamos el templo- - Está bien...- Y me enseñaron el nuevo sitio donde pasaría los próximos años mientras me hacían preguntas - ¿De dónde vienes? - - Es verdad que tu madre es la gran sacerdotisa Hiroko? - - Vengo de una aldea no muy lejos de aquí y sí, mi madre es la sacerdotisa Hiroko- - Vaya... muchos dicen que es la reencarnación de Midoriko- - No digas estupideces Saya, yo soy descendiente de ella y te puedo asegurar que no es verdad - dijo Tsubaki que hasta ahora no había hablado - Perdonad pero... ¿Quién es Midoriko? - -¡¿CÓMO NO PUEDES SABER QUIÉN ES?! ¡ELLA FUE LA MEJOR SACERDOTISA DE TODO JAPÓN! - Dijo Tsubaki sorprendida y un poco enojada por no conocer a su antepasada - No le hagas caso Kikyo, Tsubaki al principio se ve mala persona pero en realidad es un dulce... En lo que se refiere a Midoriko fue como ha dicho Tsubaki, la mejor sacerdotisa que hubo. La leyenda cuenta que estuvo siete días y siete noches luchando contra unos demonios muy fuertes. Al final decidió purificarlos a todos pero mientras lo hacía su alma junto a la de los demonios quedó atrapada y nació la perla de los cuatro espíritus. Esta perla ha estado rondando por todo el país desde entonces. Dicen que tiene capacidad para cumplir cualquier deseo y quien la posee se vuelve más fuerte. - terminó de contar Saya. - Chicas, que estáis haciendo...- Interrumpió el maestro. - La Classe va a empezar. Hoy practicaremos el tiro en arco.- añadió y después de eso fuimos hacia el campo de entrenamiento - Kikyo... Porque no pruebas tú primero- "yo..." pensé. Luego me vino a la mente lo que me dijo mi madre y lo que le prometí a mi hermana "No puedes confiar en nadie ni mostrar debilidad. Kaede te prometo que lo aprenderé todo tan rápido como pueda y volveremos a estar juntas" y esto fue lo que me dio valor. - Está bien "Al principio se ve indefensa pero luego... su actitud cambia completamente mostrándose segura de sí misma. Haber como tiene la técnica. Se parece a su madre" - Cuando quieras Kikyo- Cogí un arco, apunte y... Diana. "Como puede ser que siendo tan pequeña tenga un estilo tan bien planeado. Elegante, sencillo y directo. Como tiene que ser... Además el poder que tiene... Se nota quien es su madre. Su sangre le circula por las venas" - Vaya Kikyo... Veo que tu madre te enseñó - - En verdad es la segunda vez que hago el tiro en arco - Eso dejó sorprendido a los presentes - Vaya Kikyo, pues se te da muy bien. Yo llevo meses intentándolo y nunca lo he hecho tan bien como tu- - Gracias Saya... Pero no creo que se le deba dar más importancia de la que tiene - - Pero ¿qué estás diciendo? ¡Eso es increíble! Estoy segura que llegarás a ser una gran sacerdotisa - decía Saya con una sonrisa "Esta chica se ve muy amable... ¿Será como Dai? Aunque... Tsubaki parece enojada" pensé. "Saya tiene razón... Nunca he visto a alguien con un poder espiritual tan grande siendo tan joven. Ni la mismísima Hiroko era tan fuerte... Ahora entiendo porque la ha traído aquí" - Está bien, ¿Quién quiere ser la siguiente? - - Yo maestro- - Está bien Tsubaki, haber como lo haces- " Voy a hacerlo mejor que la nueva... Nadie me puede ganar. A mi, la gran Tsubaki " - Preparada, lista... Ya- después de las palabras del maestro Tsubaki lanzó la flecha pero no llegó a parecer lo mismo que yo. "Esta chica es mejor que Tsubaki, la mejor alumna que he tenido hasta el momento" "¡No puede ser! ¡La nueva lo ha hecho mejor que yo!" - Ahora me toca a mí- Dijo la sacerdotisa amable y sin esperar órdenes lanzó la flecha. No lo hizo mal, fue más o menos como Tsubaki a mi parecer... - Muy bien chicas, ya está bien por hoy. Ir a preparar la comida. Kikyo puedes acompañarme un segundo- Y mientras Tsubaki enojada iba hablando de mi, Saya sin prestarle atención hacía la comida.

-Escucha Kikyo... ¿Porque tu madre decidió que vinieras aquí?- - Yo... Vine por mi cuenta señor- - Tu y yo sabemos bien que no es así. Si hubieras venido por voluntad propia no le quitarías importancia a lo que haces. Dime, ¿Pasó alguna cosa en la aldea? - - Yo... - Al principio dudé en contárselo por lo que podría hacer pero luego recordé que era un sacerdote y que no cabía el mal en ellos, o eso me contaron. Finalmente después de un largo silencio decidí hablar - Los niños de la aldea querían que les enseñara los poderes de sacerdotisa y cuando les llevé al árbol sagrado me pidieron que les enseñará como hacer caer a la gente. Pero yo no les tire al suelo... entonces me empezaron a tirar piedras y ha decirme mentirosa- "Esta niña tiene un gran poder espiritual que ni ella misma sabe... Ahora ya sé porqué está aquí" - Escúchame bien Kikyo, serás una gran sacerdotisa, este es tu destino. Ahora vámonos a comer. Por cierto... No Hagas caso a Tsubaki, es una gran persona pero un poco celosa. - Yo no le dije nada. Si que era cierto que Tsubaki se veía una gran sacerdotisa pero no creía que llegáramos a ser amigas. Con Saya en cambio, era distinto. Era una chica inocente, divertida, cariñosa y muy transparente, como Kaede.

Desde que llegamos al comedor no podía dejar de pensar en mí hermana y en el parecido que tenía Saya hasta que la voz de la aprendiz de sacerdotisa me hizo volver al presente - ¿Te gusta la comida Kikyo? - - Si, está muy buena Saya- - Oye Kikyo... ¿Porque eres tan distante? Tendrías que abrirte más, por lo menos con nosotras ya que somos hermanas- - ¿Hermanas? - -¡Claro! Cuando alguien ingresa en un templo se convierte en hermano menor de los demás. Por ejemplo yo tengo 12 años y Tsubaki 11 pero soy la hermana pequeña porque ella llegó antes. Y podemos decir que tu eres nuestra hermana pequeña y por eso te tenemos que cuidar- Esas palabras no me pasaron desapercibidas, sin embargo le sonreí y volví a mis pensamientos. Esta vez me quedé pensando en lo que me dijo el maestro del santuario sobre el "destino" ¿Existe realmente?.

A medida que iba pasando el tiempo, Saya y yo nos hicimos íntimas mientras que con Tsubaki nos soportabamos. Habían pasado tres años desde mi primer día allí. Durante mi estancia aprendí muy rápido tanto a nivel personal como espiritual. Las tres personas que estaban en el templo me enseñaron mucho. Por un lado estaba Saya con quién aprendí a cómo ayudar a la gente y a confiar, con Tsubaki a no confiar y no mostrar mis debilidades y con el maestro todo en lo que que se refiere a esa profesión tan privilegiada. - ¿Estás segura de que te quieres ir? - - Maestro, me has enseñado todo lo que tenía que saber ¿verdad? - - Así es.- - Entonces ya sabe mi respuesta. - - Kikyo hermanita... te echaré mucho en falta. Ven a visitarme alguna vez- - Saya, muchas gracias por todo. Te prometo que te escribiré y sabes que siempre estaremos juntas. Si necesitas ayuda, ven a visitarme- Y me dio un abrazo desprevenido. - Kikyo, si algun dia quieres volver, esta es tu casa. - Si maestro. Perdona pero antes de irme, ¿Podemos hablar? - - Claro, ven conmigo - y nos fuimos a las afueras del templo. En todo ese tiempo que estuve allí nunca me llevó a ese lugar - Dime Kikyo- - Maestro, llevo tiempo haciéndome la misma pregunta... ¿De qué conoce a mi madre? - El sacerdote sonrió, miró al cielo y después desvió la mirada hacia mi - Ella y yo estudiamos juntos y éramos los sucesores de nuestros maestros en este templo pero ella al conocer a tu padre decidió dejarlo para vivir con el en la aldea - - Así que... Os entrenasteis juntos- - Así es. ¿Alguna otra pregunta?- - Cuando llegué me dijiste que me parecía a mi madre. Sin embargo físicamente no nos parecíamos en nada. - Cuando dije eso no me refería físicamente. Espiritualmente te ví muy fuerte y pensé que eras igual que ella. Pero me equivoqué, y tu madre tenía razón. Tu eres más poderosa que ella y para tu edad aprendías más rápido que Hiroko - Me quedé callada otra vez. - ¿Tienes alguna pregunta más? - - No maestro - - Entonces... Si no te importa ¿te puedo hacer yo una? - - Sí- - ¿Porque decidiste ingresar en el templo? - - Esa pregunta ya me la hiciste una vez- - Lo sé, y esa vez no la respondiste bien- - Ingresé porque como usted dijo, es mi destino - - ¿Crees que el destino está escrito? ¿O crees que puedes cambiarlo? - - Está escrito señor. Todo lo que pasa es por algo - - Esta bien. Ya no tengo más preguntas. Solo quería preguntarte si puedo contar con tu ayuda- - Si maestro. Siempre que me necesites estaré aquí - - Muy bien. Entonces te voy a contar una última cosa. ¿Sabes porque te he llevado aquí? - - No maestro - - Hemos venido hasta aquí para contarte la historia de este templo. Aquí está sellado un demonio muy poderoso. Está puerta nunca se debe de abrir. - ¿Y porque me lo cuentas a mi señor? - - Porque si algún día está puerta se abriera tu serías la única en poder volver a cerrarla. Y creo que es importante que lo sepas. - - Entiendo. Ahora me tengo que ir- - Buen viaje Kikyo, espero que te vaya bien- - Lo mismo le digo, maestro-. Después de esa conversación con él me dirigí hacia casa. Hacía tres años que no iba a la aldea y no veía a mi familia. De todos la que echaba de menos era Kaede. Tenía ganas de volver a abrazarla y jugar con ella. 

Viaje al pasado [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora