¿Prólogo?

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Qué tal si empezamos esta historia hablando sobre estos dos desconocidos que se encuentran tomando clases en la universidad. El es inteligente, bien parecido, estudia Medicina y le espera una gran herencia al cumplir los 21. Por el otro lado tenemos a una señorita de 19 años, estudia para ser Diseñadora de Modas, ama ver películas románticas y sus sueños son casarse con un hombre que la valore tal cuál es.

Dos personas con sueños, metas y aspiraciones, toman clases distintas excepto por Filosofía, la cual es la clase favorita de ambos, pero se sientan en lugares distintos de el salón por lo cuál ninguno conoce de la existencia del otro.

Y así hubiese acabado la historia sino hubiese sido porque un martes común y corriente a las 4:15 al salir de su clase favorita, se tropiezan, el la ve y ella a el, no se dicen nada, solo sonríen y se alejan, pero no lo hacen por completo puesto que un trozo de ella queda guardado en el así como un trozo de el queda en ella, y así pasan los días, empiezan a tropezarse más y más por "accidente" en la clase de filosofía a las 4:15.

Tropezarse se ha vuelto su forma de saludarse, hasta que un día, el chico se aventura y le pide su número.

Ahora analicemos un poco, está linda la historia cierto, valdría la pena leer algo como esto, pero, ¿saben algo? hehehe esa no es la historia que voy a contarles, solo quería molestar un poco, pero tranquilos algo me dice que no se arrepentirán...

Te siento ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora