sinopsis.

924 145 49
                                    


Minnie toda su vida se había sentido como un bicho raro, una pieza que no pertenecía a ningún rompe cabezas.
Los primeros años de su adolescencia fueron sencillos, más o menos. Con el descubrir de su sexualidad Minnie le encontró sentido a esta falta de pertenencia, después de todo, Tailandia podía ser muy popular por sus series homosexuales en el mundo, pero la homosexualidad no era tan bien recibida en el mundo real, mucho menos cuando era ejercida por mujeres.

Pero su familia la aceptó, Minnie sentía que finalmente había encontrado su lugar después de todo. Excepto, que no fue así.

Cuando emigró a Corea para especializarse en su carrera con la música, Minnie había pasado por un sin fin de rupturas, y es que al parecer no tenía la capacidad para amar a las mujeres que pasaban por su vida.

Esto fue más conflictivo de lo que debía ser.

—Desearía ser más como tú. —Le dijo su hermano mayor cuando ella lo consolaba de su reciente ruptura. Llevaba una semana de su rompimiento y él no parecía poder dejar de sufrir. —A ti jamás te rompen el corazón.

Muchas veces Minnie creyó que tal vez las personas tenían cierta razón al cuestionar la homosexualidad, que quizás la iglesia sí tenía algo de razón al acusarlos de promiscuos que eran incapaces de querer. Pero mientras más se integraba a la comunidad, más diferente se sentía. Todos daban un mensaje de amor, todos peleaban porque querían casarse y tener hijos con la persona que tenían a su lado mientras que eso no entraban en sus preocupaciones.

Así que después de haber creído que había encontrado su lugar de pertenencia, resultaba que al final no lo había hecho en absoluto.

—¿Si sabes que no hacen más de diez grados, verdad?

La voz de Soyeon rompió su línea de pensamiento.

Minnie se giró, mirando a su amiga.

Soyeon tenía un suéter grande y holgado que parecía dos tallas más grande de lo necesario, ella se hubiera burlado con que estaba exagerando, pero el frío era innegable. Minnie era quien estaba desubicada con su remera de mangas largas pero poco abrigada.

—Necesitaba tomar aire. —Dijo con simpleza. 

Soyeon asintió suavemente antes de ir hacia a ella, la tomó del brazo y la abrazó. Pero Minnie no la dejó que se pusiera demasiado cómoda, se zafó de su agarre para poder abrazarla como correspondía.

—Tu humor está algo extraño hoy. —Dijo Soyeon repentina mente.

Minnie iba a negarlo, pero antes de que pudiera abrir la boca se dio cuenta de lo idiota que sería. Sí, su humor no era el mejor, y Soyeon siempre era la primera en notar ese tipo de cosas.

—Corté con Sorn.

Pudo sentir perfectamente la sorpresa de su amiga.

—No sabía que estaban mal. —La abrazó con más fuerza, nunca había visto mal a Minnie por una ruptura, pero esta podía ser la excepción. —¿Cómo te sientes?

Minnie carcajeó, pero no fue una linda risa. Estaba cargada de ironía.

—Bien, ese es el problema.

Soyeon suspiró pesadamente, ya no recordaba cuantas veces habían pasado por esa conversación, pero parecía que Minnie seguía necesitando de sus palabras.

—Sabes que no hay nada de malo en ello. ¿Verdad? —Acarició su espalda con la palma de su mano, ayudándola a entrar en calor de paso. —Cualquier cosa que sientas esta bien, no todos tenemos la misma forma de sentir.

Por unos minutos permanecieron en silencio, con Soyeon acariciandola y abrazandola con la fuerza justa y necesaria. Se sentía cálido y seguro, aunque siguiera haciendo frío y la mente de Minnie no saliera de conflicto.

—Ella me gustaba mucho. —Dijo al fin. —Pensé que podía amarla, pero en vez de eso me aburrió y me dejó de gustar.

—Tal vez la próxima. Aunque ya sabes, no tienes por qué enamorarte. Nadie te obliga, unnie. —Soyeon se puso en puntas de pie para alcanzar su mejilla. Cuando la besó, Minnie pudo sentir lo fríos que estaban sus labios y su nariz.

—Siempre me molestó que mis hermanos me acusaran de no tener corazón. ¿Y si tienen razón?

A Soyeon le hubiera gustado que Minnie fuera más expresiva. Su amiga tendía a ser demasiado simpática y alegre, siempre reía con las bromas que le hacían e incluso solía seguirles el juego cuando muchas veces esas bromas no le hacían ningún bien, por lo contrario, solo alimentaban sus inseguridades. Que no eran muchas, pero que existían de todos modos.

—Tienes un corazón enorme, unnie. —Le respondió en un tono serio, pero cargado de cariño. —Me amas a mí, y esas cuatro mujeres que están dentro seguramente esperándonos. Alguien sin corazón hubiera renunciado a nosotras al mes de conocernos.

La mayor sonrió ampliamente, Soyeon no solo la hacía sentir cálida en cuerpo sino que también en alma.

—Miyeon debía ser mía. —Respondió ya en un tono mucho más bromista y alegre. —Pero Shuhua se me adelantó.

—Y eso que ya tenía a Soojin.

Ambas rieron al unísono, sus voces taparon el sonido de los pasos de una persona.

—Me encanta que mi mejor amiga y mi novia se estén divirtiendo. —Yuqi habló, llamando la atención de ambas. —¿Pero podrían hacerlo dentro?

—Pobrecita. —La molestó Minnie. —¿Shuhua está muy ocupada con sus unnies?

—Sí. —A Yuqi no le preocupó cuán berrinchuda estaba soñando. —Miyeon y Soojin no dejan de besarla, y lo peor es que ella quiere.

Minnie rió, aún le parecía increíble que mientras ella parecía no poder enamorarse de nadie, Shuhua se había enamorado de dos mujeres que, como si fuera poco, le correspondían y aceptaban "compartirla" entre sí siempre y cuando no fueran más que ellas tres.

—Ve con tu novia. —Le dijo a Soyeon. —Yo entro más tarde.

Pero Soyeon no estuvo de acuerdo, ella negó antes de arrastrarla consigo. Podía ser la más bajita de las seis, pero no era la más débil.

—Si sigues en la terraza vestida así, vas a resfriarte y yo no pienso cuidarte.

Mentira, pensó mientras sentía los brazos de Yuqi abrazarla también. No porque Soyeon necesitara de refuerzos (Minnie no ponía resistencia alguna, se dejaba guiar por su amiga), sino porque a ella también le preocupó que estuviera pasando frío después de ver que tenía una simple remera.

Al entrar, Minnie vio a la relación de tres estar pegadas mientras veían la televisión. Shuhua estaba en medio de las dos mayores mientras que Miyeon y Soojin la abrazaban y usaban sus hombros como almohadas.

—Al fin vuelves, unnie. —Dijo Shuhua, había despegado la vista de la televisión para mirarla, pero no se había movido en absoluto. —¿Quieres ramen?

Minnie negó, a este punto Soyeon y Yuqi la habían soltado. La casa donde vivían tenía la temperatura perfecta gracias a la calefacción. 

—¿Qué estaban mirando?

Yuqi y Soyeon se les había sumado, Minnie se sentó al lado de ellas, de Yuqi más específicamente.

—A-TEEN. —Respondió Shuhua, siendo muy consciente de que Minnie podía verlo por si misma.

Minnie miró la televisión con ellas, pero en algún punto las miró a ellas.

Tal vez Soyeon tenía razón, ellas cinco eran las pruebas de que sí era capaz de amar, aunque no lo consiguiera con sus novias.

♡ ♡ ♡

Agradezcan a la foto de arriba porque fue lo único que necesité para que me inspire a esto

Kind of love.  [(G) I-DLE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora