Muchos años después de la conclusión de la guerra, esta pasó a ser parte de una de las historias más importantes del país, One for all había conseguido su victoria y All for one había sido derrotado por un milagro de la luna.
Esta historia pasó a ser parte de materia relevante en la asignatura de historia en el país y los homenajes cuando llegaba el día eran celebraciones donde toda la gente disfrutaba de grandes banquetes y bailaban felices por la llegada de la paz.
Agradecían que la suerte estaba de su lado.
Por otro lado, una pareja de casados descansaba en la cama matrimonial de su hogar. Un peculiar pecoso descansaba en el desnudo y fornido torso de su esposo. El cual lo analizaba detalladamente desde su posición para no invadir el sueño de su amante.
"— Siempre te amé Kacchan...Eras mi luz a seguir. — "
La voz destruida de su esposo resonaba por la mente del rubio cenizo, pero lo extraño de todo esto es que no era la voz que tanto conocía del pecoso que descansaba en su pecho. Si no que era la voz del pecoso que sufría en sus sueños.
Siempre era lo mismo, despertaba dentro de sus sueños asesinando a sangre fría a su esposo que tenía una apariencia distinta, una apariencia mucho más atrevida para ser sinceros, a parte que lo dulce de sus ojos no se veía. Ese dulce que había atrapado al rubio desde que eran niños sin razón aparente, en sus sueños siempre veía una abundante tristeza en ese ojo que alcanzaba a ver antes de que pronunciara esas tristes palabras y fuera asesinado por sus propias manos.
En su viaje por el cuerpo del más bajo, notó unas marcas que, según él, jamás había visto. Este se frustró.
Se acercó más perturbándose por las similitudes entre sus sueños de él asesinando a su esposo y las marcas que jamás había visto en las clavículas del peliverde revoltoso. Los nervios lo estaban comiendo vivo hasta que una voz perezosa hizo despertar a Katsuki de su trance.
— ¿Kacchan? ¿Pasa algo? —murmuró aún con los ojos cerrados Izuku. El cosquilleo provocado por las respiraciones de Katsuki hizo que se despertara, aunque una vez abierto los ojos, notó el asombro y frustración del rubio. —Kacchan. Me estás preocupando... ¿Te sientes bien? —preguntó una vez más, destapando a ambos para quedar sentados frente a frente.
— ¡Que no me digas "Kacchan" Deku! — gritó alterado, aunque la risita de su esposo hizo notar que; por más que haya colocado esas estúpidas reglas de "jamás usar apodos de cariño" el rubio inconscientemente lo hacía, era una costumbre que ambos tenían desde niños. El rubio bufó y fue al grano, con un ligero temblor en sus manos, acarició las marcas de su esposo, con un gesto de preocupación en su rostro, y por su parte Izuku lo miraba confundido:
— Estas marcas... ¿Siempre las tuviste? —musitó algo nervioso el rubio, el peliverde podía sentir ligeros temblores por parte de su esposo, por lo que algo asustado por las reacciones del rubio, subió sus manos para tomar las contrarias en un acto de demostrar apoyo. — Siempre las tuve. Mamá siempre me aclaraba que eran marcas de nacimiento...— respondió el pecoso, inquieto a la reacción que tuvo su esposo.
No lo podía creer. ¿Cómo no se había dado cuenta? Se sentía como un imbécil al no notar esas extrañas marcas de nacimiento, aunque se confundían bastante bien con la piel pecosa de su esposo, algo le hacía ruido en su mente.
Eran demasiadas coincidencias.
Hoy era el día nacional de la paz en el país y como era fin de semana. Habían planeado una junta familiar en una casa de playa para disfrutar y celebrar hasta la noche, sus madres irían juntas como las mejores amigas que eran para preparar todo lo necesario para que todos disfrutaran.
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Una pelea caótica [BakuDeku]
FanfictionEs una adaptación de la saga de Vocaloid "Karakuri Burst" No todo es tal cuál a la letra y hay detalles que se cambiaron para coordinarla a la serie Boku no hero. Tanto como los personajes utilizados como la idea no es mía. Créditos correspondiente...