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—Tae, ¿por qué lloras? ¿Qué pasó? —Dijo Namjoon preocupado al verlo regresar.

Lo abrazó de inmediato y el menor sollozó con dolor mientras se aferraba al abrigo de su hermano. El peligris le acariciaba el cabello en un intento de consuelo para que pudiera hablar tranquilo y contarle lo que sucedía.

El llanto de a poco cesaba y miró hacia la puerta del edificio, donde salía un chico con su cubrebocas puesto. Alzó la vista y en el segundo piso divisó a Jungkook, fumando mientras los veía.

Inmediatamente supo que él era el causante, pero eso no importaba ahora. Importaba que su hermano estuviera bien, que toda esta situación se arreglara.

Taehyung dejó de llorar y secó las lágrimas que aún caían por sus mejillas. Hipó un poco hasta que pudo hablar y Namjoon sobó un poco su espalda para que pudiera calmarse.

—Se acabó. —Murmuró en cuanto pudo. —No más Jungkook.

Namjoon no tomaba crédito de lo que oía, y se sentía tan lejano de la verdadera realidad. Sin embargo, ver a su hermano llorar, y decirle que eso era todo lo hacía caer en la realidad, sintiendo el dolor y la empatía a flor de piel.

Es cierto que le partía el corazón, pero era momento de ser fuerte por ambos, era momento de darle su mano y dejar que se recargara en él, porque si había algo que haya prometido, era cuidar de él sin importar nada. Para siempre sería su hermano menor y era su deber.

—Él, uhm... estaba con alguien más cuando llegué. —Dijo de repente. —Y en ese momento, sólo supe que debía terminar con él.

—Eso debiste hacerlo hace tiempo. —Reprochó.

—Yo sé. —Murmuró entre suspiros. —Pero no sabía que debía hacerlo hasta ahora.

—Pero ya acabó, y eso es lo que importa.

Taehyung sonrió y asintió. Su hermano le dejó un beso sobre su cabeza y subieron al auto, para emprender viaje hacia su casa otra vez.

El dolor en su pecho era algo muy difícil de ignorar, y estaba evitando que sus ojos comenzaran a derramar lágrimas una vez más. Y era algo normal, porque aunque le había hecho tanto mal durante meses, no quitaba el hecho de que él lo había amado desmedidamente, y eso es lo que dolía en realidad.

Namjoon estacionó y entraron a la casa, se quitaron sus abrigos y el pelirrojo se tiró sobre el sofá.

—Calentaré la cena, ¿sí?

—Está bien.

Miró el techo un momento y pensó. Pensó en todos los momentos buenos que tuvo con Jungkook, los cuales eran limitados y contados, pero no dejaban de ser bonitos recuerdos, así que sonrió completamente por inercia.

La nostalgia lo inundó y eso sólo hacía más grande el dolor y el vacío en su pecho. Suspiró y leyó los mensajes de Jimin, preguntándole si estaba bien, y supo que su hermano le había contado.

Le dijo que estaba mejor ahora y le agradeció por preocuparse. Pasó a escribirle al doctor Lee, contándole que había terminado con el pelinegro, y luego de eso, sólo ignoró las notificaciones que llegaban.

No contestó los mensajes de su psicólogo, los mensajes de apoyo de Jimin y mucho menos iba a contestar las llamadas de Jungkook. Muy por lo contrario, se quedó dormido, sumido en sus pensamientos, donde, para su fortuna, todo era ajeno a la realidad.

Namjoon lo miraba con cariño y buscó algo para cubrirlo del frío. Le acomodó el cabello y llamó a Hyejin, con quien estaba en buenos términos ahora y estaban tratando de ser mejores el uno con el otro.

Lose You To Love Me. [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora