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-¿De qué hablas?-.

Intentaba leer su rostro, no parecía enojada, realmente no quería que lo esté. Tampoco la quería dañar, pero sé que eso es inevitable, y prefiero aclarar todo antes de que el daño sea peor.

- Katia eres una jovencita increíble, una buena chica...- ella me quiso interrumpir.- Espera por favor, déjame decirte esto.-

Que difícil me lo hace poniendo esa cara de tristeza, es obvio que sabía lo que diría.

- Quisiera que sepas, que lamento haberte usado. Así lo siento ahora mismo. Si me permites, quiero que seas la primera persona con la que abra mí corazón, porque sé que esta decisión te está lastimando, lo que más puedo hacer por ti, es ser honesto.- Ella estaba estática.-
Para empezar, sabes que la madre de mis hijos, Lori, murió hace tiempo. Estábamos en una cárcel viviendo, y se fue dando a luz a mi hija. Fue realmente duro para mí, pero el grupo se veía amenazado por el exterior, y entendí en ese momento el peso que tenía sobre mis espaldas. Antes de eso no había tomado dimensión de la responsabilidad que tenía, así que me armé de coraje, escondí todo ese dolor y velé por la seguridad de todos.
Mis hijos fueron de gran ayuda, eran mí motivo para despertarme cada mañana, para salir a la vida tan desesperanzadora. Realmente no sé que haría si los pierdo. Antes de llegar aquí, pasamos por muchas situaciones, mucho peligro, tuvimos meses de pasar caminando, ya que no encontrábamos un lugar para estar. Cuando vinimos aquí, yo ya estaba obsesionado con el cuidado, con la precaución, fue imposible bajar la guardia para mí. Hasta que conocí a Chloe, ella estaba desde el comienzo aquí pero jamás había salido a enfrentarse con los caminantes, así que junto a otro grupo más de gente yo me encargaba de ayudarlos a perder el miedo y los entrenaba, la conocí allí. - hice una pausa, sentí que iba a llorar.- Realmente nunca pensé que podía volver a enamorarme otra vez, pero ella era muy especial, con sus defectos y virtudes, pero ella fue quien me enseñó a bajar a guardia, a confiar otra vez, a poder avanzar, pero yo no sé si fui muy justo con ella al final de la relación. Un tiempo antes de su muerte, encontramos a Rebecca con Nathan, su hijo de corazón, en el bosque. Tuvimos un enfrentamiento pero logramos convencerla de venir a la comunidad. Yo no sé si debería decirte esto pero quiero ser sincero contigo y conmigo. Con ella siento una conexión que no puedo explicar, si bien fue hace meses nomás, siento que ella y yo somos muy parecidos en muchas cosas porque vivimos situaciones similares, y nunca en mí vida, ni con la madre de mis hijos, ni con nadie, experimenté la sensación que tengo cuando ella está cerca. Siento que yo antes de ella era uno, y después era otro. Pero...-

-¿Es eso, entonces? ¿Vas a dejarme por ella? ¡Ella nisiquiera está aquí!- Se para de golpe y comienza a gritar.

- Katia, no. Por favor escúchame.- traté de ser dócil.

Ella se rehusaba a dejarme continuar, a seguir escuchando.
Terminamos a los gritos la discusión, se fue de casa a la de Aaron, se habían convertido en buenos amigos al parecer.

Al caer la noche, estaba durmiendo con Judith, la cual estaba muy inquieta. Supongo que se siente como yo.

Muchos sentimientos, sensaciones e ideas que no termino de entender.

A veces deseo que fuera más simple. Quisiera que mis vínculos no me interpelaran de esta manera. Quisiera no perder a la gente que amo.

Supongo que no fui hecho para sentir como corresponde.

-¿Necesitas algo, hijo?- pregunté a Carl en la puerta de su habitación, estaba alistandose para dormir.

- No papá, gracias. Buenas noches.- asentí con la cabeza cerrado la puerta de su habitación, cuando me llamó otra vez.- ¿Crees que Nathan y Rebecca estén vivos?- intenté leer su mirada, pero no pude entender si era cierto temor o curiosidad.

- Claro que si, los encontraremos muy pronto. Descansa hijo.- salgo de la habitación.

Quisiera creer mis propias palabras. La realidad es que Negan me aterra, no muestra escrúpulos ni sensibilidad alguna por la humanidad. No sé que habrá hecho con ellos.

(...)

Habían pasado dos días más, hubieron unas reuniones más en la comunidad para terminar de afinar detalles sobre los grupos de Alimentación y Defensa, encabezados por Maggie y Aarón.

Gracias a Dios un grupo volvió de una expedición con algo de alimento para unos días más, pero habían comenzado a trabajar las tierras para sembrar, tenían algunas pero debían agrandar el terreno para obtener más alimento.

Maggie me comentó que Glenn está desesperado, no duerme de noche y se pasa todo el día leyendo mapas y tratando de encontrar la manera de encontrar la guarida de los salvadores.

Daryl era otro caso.

El salía todo el tiempo, volvía solo los domingos, el resto de la semana estaba junto a Merle afuera buscando a Rebecca, me sentía aliviado al saber que estaban los dos juntos. Sabía que aunque quisiera, no podría convencerlos de no buscarla, ellos eran necesarios aquí dentro, pero también necesitaba que alguien la buscara, porque en ese momento el también era indispensable en las paredes de Alexandria, y en las de su casa, con su familia.

Katia no había vuelto a la casa, era claro. Nisiquiera cuando quiso transportar todas sus cosas a la casa de Aaron, fue el chico el que vino por las cosas.

-Sé que son amigos Aarón, espero que no me odies, estoy tratando de sanar y no seguir dañando a las personas que no lo merecen. - Nos encontrábamos en el pórtico de mi casa, ya habíamos trasladado todo.

-Rick, tranquilo. Ella es chica todavía y no dimensiona ni una parte de lo que debiste pasar. Ya se le olvidará y lo superará. Tu preocúpate por recuperarte, la comunidad te necesita entero, con estas pintas no nos sirves- dijo lo último riendo haciendo referencia a mi aspecto físico.

Me reí y le agradecí entrando a mi casa.

Bueno, tenía razón, había descuidado mi imagen el último mes.

Sentí gruñir mi estómago y me puse a pensar cuando fue la última vez que comí algo que no sea una fruta o una barra proteica.
Decidí prender el reproductor de música y me puse a cocinar algo para Carl y yo. Al fin de cuentas Judith aún no puede comer.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando sentí la puerta, había perdido la noción del tiempo, ya estaba oscureciendo.

-Hola Rick ¿Qué tal amigo?- Del otro lado de la puerta, se encontraba Negan.

Con su cuerpo sobre una sola pierna, el palo con alambres sobre su hombro y una sonrisa provocadora en su cara.

-¿Qué haces aquí?- Rápidamente subí la guardia y me puse en defensa. Veía a unos metros algunos habitantes mirando, un camión que imagino será de él y varios de sus hombres sobre el.

-Vengo a invitarte a un funeral. Sé que tu y Rebecca eran una especie de amigos.- dijo seguido de una risa seca y sarcástica.

(...)

Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora