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Se había conocido por casualidad, el pecoso apenas era un chiquillo que era golpeado por sus compañeros, él solo lo había defendido una vez y gracias a eso se habían vuelto amigos, el tiempo pasó y todo iba bien hasta que por medio de su sensei, tuvo que aceptar que quién era su amigo kms cercano hasta ese día, tenía que ser su enemigo sin opciones a dar quejas, y así fue como un día atacó la U.A.

Tras haber fallado, tuvo que seguir con las órdenes de su maestro, siguió con sus planes y después de tanto, lo tenía, débil y cansado, frente suyo, un jadeante peliverde con pecas y diferentes heridas que cubrían su cuerpo estaba jadeando de agotamiento luego de haber peleado por un rato, lo había atrapado en soledad, esperaba que esta vez su sensei estuviese satisfecho. Se acercó lentamente tomandolo del cuello con cuatro de sus dedos y apoyando el peso contra la pared, el menor comenzó a sacudirse intentando liberarse sin mucho éxito, y entonces comenzó a toser; pero no era la tos común que el albiceleste escuchaba cuando a alguien se le dificultaba respirar, era otro tipo de tos, uno con el cual él mismo estaba familiarizado.

Soltó al contrario dejándolo caer y viendo como de la boca del pecoso salían pequeños pétalos de nomeolvides, pequeñas flores azules comunes, aunque esta vez eran de un celeste pálido, pronto dejaron de ser pétalos convirtiéndose en flores completas. Por un momento, sintiendo compasión por el menor, y quizás algo de miedo por empeorar su situación, lo bajo y luego se agachó a la altura del peliverde acariciando su espalda esperando a que la tortura del menor acabase, lo hacía solo por instinto. Si alguno que lo conocía hubiese visto la escena, no hubieran creído que era él, pero ahí estaba, compadeciendose de un héroe.

- ¿Por qué haces esto...?

El peliverde levantó la vista hacia el mayor, la garganta le ardía y hablar era insoportable, tenía lágrimas en los ojos y unas pequeñas gotas de sangre escurrian de su labio inferior, pero quería una respuesta a sus acciones.

- Solo estoy siguiendo ord...

Justo en el momento que el albiceleste se decidía a hablar, comenzó a toser, odiaba esa sensación, el menor lo miraba aterrado mientras veía como algunos pétalos de rosa caían de sus labios, se sorprendió más al ver que estas, aunque parecían blancas, tenían un pequeño tono verdoso con algunas manchas blancas. El mayor terminó escupiendo casi un ramo de estas, incluso el menor notó que unas pocas tenía un pequeño tallo con espinas, estas cubiertas de sangre. Aún con la respiración agitada, el mayor se sentó al lado del menor y soltando un suspiro hablo.

- Esto es lo más estúpido que voy a decir, pero aunque haya evitado aceptarlo supongo que es inevitable, en algún punto, antes de llegar a todo esto, terminé con sentimientos por un niño idiota que aspira a ser héroe...

Tomó un poco de aire, se limpió la sangre que recurría de sus labios y giró la vista al pecoso.

- No estoy seguro como funciona esto, pero estoy cansado de escupir esas estúpidas flores, así que quiero que lo sepas, entenderé si no es recíproco, no te culparia después de todo...

De un momento a otro paso lo que el albiceleste menos se esperaba, el peliverde se había lanzado a sus brazos con más lágrimas en los ojos que antes. Sin entender nada se quedó quieto esperando una explicación rápida del ojiverde, se aliviaba de que sólo fueran él menor y él, pues si alguien más los viera estaría en problemas con su sensei; sin ser tan brusco, retiro el cuerpo del menor alejandolo. Aún con lagrimas en los ojos el menor hablo.

- Creí que me odiabas, te alejaste tanto de mi que creí que hice algo mal, y esto es lo mas loco e idiota que estoy diciendo, pero creo que tambien me enamoré de ti, quizás ya hace mucho tiempo...

Sonrio levemente a un albiceleste aun confundido, el mayor soltó un suspiro, sintio un pequeño alivio en el pecho, y aunque odiara admitirlo, no podia hacer nada mas.

- Solo largate niño, no quiero lastimarte...

El menor sonrio algo triste pero asintió y salio lo mas rapido de ahi, sentia su pecho ligero. El mayor se puso de pie, y pasando sobre todas las flores en el piso se retiro del lugar, tendría que crear una buena historia para explicar la huida de quién era su víctima hacia su sensei, estaba en problemas si no lograba convencerlo, pero sus sentimientos eran más fuertes que una orden y eso era un problema.

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ONE SHOTS || SHIGADEKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora