"NATHANIEL HATHER"
La calle de Elliot se encontraba transitada debido a que solo faltaba treinta minutos para la hora pico. Muchas voces se hacían pronunciar y notar gracias a que la angosta calle no hacía más que mantener a todos en conjunto como si fueran uno solo, por lo que para todas estas personas era fácil escuchar a la estrepitosa Lyla Larson expresarse a mi lado.
Hacia una hora que había dejado la secundaria y llevábamos vagando por las tiendas curioseando y pillando los descuentos en busca de algo nuevo, pero al encontrarnos con una pequeña escena de infidelidad que seguro escandalizara a la secundaria completa solo por la personas involucradas, decidimos dejar las compras para otro día e ir por algo para merendar y así poder hacer una rueda de chisme con todas dentro. Y con todas me refiero a nuestro grupo cercano.
-¿Te lo esperabas? - Preguntó la rubia en mi dirección mientras esquivaba algunos cuerpo que iban casi corriendo con la intención de golpeara todo aquel que se atravesar. - Porque yo sinceramente no. Es que... Bueno... Él...
-¿No parecía ser esa clase de chico de <<melacojoyladeshecho>>? - pregunté echándole una mirada de reproche. - Porque tu mejor que nadie sabe que Nathaniel siempre ha sido así, solo que no frente a todos.
Refuté manteniendo la mirada aun en el frente.
A pesar de que solo la veía de reojo alcancé a notar que rodó los ojos y seguido a eso soltó un bufido.
-Solo lo hemos pillado en eso pocas veces. - Defendió como si eso fuera a mejorar la situación y se reacomodó el cabello. - Nath es un buen chico, es solo que... - se frenó en seco y negó lentamente. - Mejor olvídalo....
Giré la cabeza bruscamente y la observe con complicidad y un poco de diversión. Sus mejillas estaba pintadas por color rojizo natural y sus manos se encontraban jugando con la pulsera dorada que compartíamos, en un acto de nerviosismo y vergüenza.
-Venga. - La anime echándole un empujoncito. - Ya dilo.
Dejó salir una risilla nerviosa y se detuvo.
-No ha encontrado a una persona que de verdad lo haga sentir amado. - El color de sus mejillas se intensifico a lo que yo le di un par de pellizco en ellas sosteniéndole aun con la mirada de complicidad. - ¡Ya basta, Lee! - Se quejó entre risas y entramos al establecimiento junto al cual habíamos parado. - Solo no le digas a nadie de esto, ¿si?.
Su petición me pareció un poco absurda ya que hacia dos años que nos conocíamos y sabia todo el rollo de su amor secreto hacia Nathaniel y jamás se lo había comentado a nadie. Aunque en ocasiones si me lo habían preguntado, pero claro que lo había evadido a toda costa. Sin embargo y a pesar de que fue una petición estúpida le di mi mejor sonrisa y suspiré con emoción.
- Eso sería como si Hermione se negara a salvarle el culo a Ron. - Referí y ambas soltamos una carcajada que llamo la atención de mas de uno de los que se encontraban ahí.
- Entonces, gracias. - Dijo aun riendo y saludando a un par de personas que se encontraba en las mesas de la cafetería.
***
Una chica de tez morena y de un cabello muy largo y liso se nos acerco con un delantal negro y una libretita junto a un bolígrafo. Cada tarde luego de salir de la secundaria venimos aquí a merendar algo y ponernos al día con los chismes, cosa que Lyla ama con locura.
-Hola chicas! - Saludo de manera cordial y nos regalo una sonrisa afable como todos los días. - ¿Qué les sirvo hoy?
La rubia bajo la cartilla que tenían entre sus manos y le sonrió de igual manera.
-Yo pediré una malteada de galleta con trozo de chocolate, por favor Nancy. - La chica asintió y anotó de manera rápida en la libretita. - Y unas papás.
Nancy asintió de manera firmé y me dirigió la mirada.
-¿Tu quieres lo de siempre, Lee? - Preguntó para asegurarse de estar en lo correcto.
Desde que me mudé a este pueblo hace dos años había asistido a esta misma cafetería sin falta después de la secundaria, así que Nancy me conocía a la perfección cuando a ordenar algo se refería.
-Si, por favor. - Asentí entre pequeñas risas. - Ya me conoces bastante bien, Nan.
Ella compartió unas risas conmigo y luego de repetir lo anotado a ver si estaba en lo correcto se encaminó hacia la cocina para entregarle el pedido a la persona encargada de esa área.
-¿Entonces? - me preguntó Lyla prestándome suma atención. - ¿qué dijeron las chicas?
Saqué mi celular del bolsillo de mi chaleco del uniforme y luego de desbloquearlo abrí los mensajes.
Cinco mensajes nuevos se reflejaron en la pantalla:
DIANNE: VOY CAMINO PARA ALLÁ.
DOVE: TENGO PRACTICA DE BALLTE, SORRY.
ROSE: ONE MOMENT, PLEASE.
DANNA: ESTOY A UNA CUADRA.
MIA: ESTOY EN DETENCIÓN.
Solté un pequeña risilla por la situación de Mia y luego alcé la vista para encontrarme a Lyla encarnando una ceja.
-¿Me vas a decir o te vas a quedar ahí riendo como boba? - su reacción me causo aun más risa pero negué con la cabeza y procedí a contarle:
- Dove tiene practica, seguro es para el solo de la presentación de otoño así que ya sabemos que no vendrá. - Le anuncié con calma. - Y pues, Mia...
No acabé de hablar porque alguien más lo hizo por mi.
-Está en detención porque la encontraron besándose con un chico en un salón de clases. - Añadió incluyéndose a la conversación.
Ambas volteamos en dirección de donde provenía la voz y lo vimos. De pie frente a mi, alto, con cuerpo de nadador y un cabello castaño claro que le caía de manera desordenada como una cascada de rizos sobre la piel clara, se encontraba él.
Nathaniel Hather.
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HERMOSO GRAN DESASTRE ©
RomanceElla, es una adolescente de diecisiete años que se ha encargado de mantener una vida bastante común y completamente alejada de los escándalos adolescentes. Toda su vida la ha vivido al margen, sin romper ninguna regla, sin alzar la voz. Mientras... ...