Compilación de Eternally

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¡Hola! Bienvenidos al preludio de Eternally

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¡Hola! Bienvenidos al preludio de Eternally. Muchos lectores hicieron esta petición, así que decidí comenzar a trabajarlo. Sé que tengo otras cosas pendientes, PERO ESTOY MUY EMOCIONADA POR ESTO, así que intentaré ir haciendo ambas cosas. De momento, esto es como un anuncio de que comencé a escribirlo, lo que significa que pronto subiré los capítulos. Si están aquí, lo más probable es que sea porque les gustó muchísimo Eternally y esta historia paralela que les conté por medio de flashbacks. De no ser aquí, NO LEAS LO SIGUIENTE, porque hay una cantidad terrible de spoilers para esta misma historia.

En fin: decidí subir la compilación de flashbacks primero, para recordarles la historia superficial de estos dos. Después, las escenas las iré metiendo en el fanfic, ya sea igual a como están aquí o con una redacción más extendida―haré todo lo posible para que sea el segundo caso. Sin más que decir, les dejo aquí los flashbacks en el orden cronológico en el que debieron haber sucedido. Recuerden: Es importante LEER ETERNALLY ANTES de Sueños de Magnolia.

 Recuerden: Es importante LEER ETERNALLY ANTES de Sueños de Magnolia

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[PRIMERA PARTE]

Cuando ella despertó, estaba consciente de que su cuerpo estaba en el suelo terroso, aunque no era capaz de verlo. Sin embargo, sentía la superficie del camino sobre su hombro izquierdo, donde las finas telas del kimono se habían roto. Su cabello trenzado era un desastre, producto del maltrato de aquellos que la habían tomado por la fuerza. En todo caso, ella no podía moverse: sus manos estaban atadas en su espalda por las muñecas, al igual que sus tobillos bajo las telas de seda, sin mencionar que ellos le habían cubierto los ojos para que no supiera dónde estaba, así como la habían amordazado para que no pudiera gritar. En algún punto, la pelirrosa escuchó un grito que terminó en un estruendo y un golpe que la envió a volar de la carreta de bajo perfil en la que la habían montado tras sacarla de una reunión con una de sus diseñadoras de vestuario. Ahora, poco se escuchaba de una batalla, así que ella asumía que los guardias reales habían podido rastrearla hasta aquí. Pero estaba equivocada...

Unas manos fuertes le ayudaron a sentarse, aunque ella se asustó al principio e intentó—en vano, colmada de torpeza— librarse de ese agarre. Fue la gentileza del trato y un siseo tranquilizador lo que la hicieron calmarse un poco, aunque su respiración se mostraba agitada. Él no demoró en quitar la venda que cubría sus ojos, así que lo siguiente que ella admiró con esos orbes verdes fueron un par de pozos negros. Ella no lo conocía en ese momento y, a pesar de que su gesto era severo, no se sintió en peligro. De alguna forma su respiración encontró la calma, así que él llevó sus manos a retirar gentilmente aquel pedazo de tela que ellos habían usado para amordazarla y lo lanzó lejos de ambos, donde no pudiera atormentarla. De todas formas, la mirada femenina siguió cada uno de los movimientos masculinos, hasta que no logró verlo más cuando él se posó detrás de ella para soltar los amarres de su mano. Les inundó un silencio que solo el ruido de la naturaleza nocturna lograba interrumpir, así como las manos de él que buscaban bajo las telas de forma recatada—sin levantarlas ni asomarse— los pies de la princesa. Ella se mantuvo inmutable, aunque muy atenta a todos sus movimientos, aun cuando acariciaba sus muñecas adoloridas. Finalmente, cuando él liberó sus tobillos, ella no se atrevió a moverse hasta que una mano se le ofreció por ese hombre que, de hecho, era alto para ella. Debía de ser entre tres y cinco años mayor que la chica, o eso calculaba por su rostro de temple dura, aunque quizá eso le hacía ver más maduro de lo que era, sin mencionar lo imponente que lucía de pie junto a su cuerpo en el suelo. De hecho, esa posición en la que ella podía verlo de pies a cabeza desde una altura inferior le ayudó a darse cuenta de que su ropa estaba manchada por la sangre de sus captores.

Eternally: Sueños de MagnoliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora