Lunes por la mañana, Han se había levantado lo suficientemente temprano, para iniciar una nueva semana con toda la energía. Iba ir a sentarse y leer uno de sus libros favoritos de astronomía, sin embargo, se quedó pensando lo que ayer su madre le había dicho; que tenía que salir a distraerse, dejar un poco su pasión por las estrellas, y hacer uno que otro amigo.
— No pasará nada, si leo un poco. — dijo Han, abriendo el libro que traía entre sus manos.
Y así fue, durante unas dos horas, así estuvo, después de terminar de leer, se levantó de su cama, para ir al baño, y hacer su aseo personal. Al salir, acomodo su ropa, ya cambiada, para bajar al primera piso de la casa.
Bien sabía que estaba solo, ya que su madre desde temprano salía a trabajar. Se dirigió a la cocina, donde en esta solo tomó una manzana del frutero, y la empezó a comer, mordida por mordida.
Unos minutos había pasado, cuando el ya estaba listo para salir de esta casa, era raro que el saliera todos los días, mas bien, siempre era el chico que se quedaba en el balcón a mirar las estrellas, y si, se quedaba en las mañanas a leer, porque las estrellas sólo salen por las noches.
Cerro la puerta tras el, para retomar el camino hacia el centro de la ciudad, el clima estaba algo frío, por razones como esa, iba bien abrigado para no coger un resfriado.
Han miraba cada parte de el vecindario donde ahí hacía su vivienda, no conocí a ninguno de sus vecinos. Hasta que por una puerta vio salir a los señores Yang, al parecer se irían de viaje, ya que llevaban varias maletas en mano. Los señores lo vieron y saludaron, este para no verse descortés saludo. Se imaginaba que su madre los conocía y se llevaban 'bien', aunque tampoco conocí a su hijo 'Yang Jeongin', algo así.
Siguió caminando hasta llegar a una pequeña cafetería, no era muy fan del café, pero vería que más vendían aparte de este producto lácteo, al entrar vio que había muy poca clientela, fue hacia la barra para ver el menú, con el frío que hacía se antojaba un buen café caliente, pero no pediría eso, mejor pidió una soda de naranja, esta se la sirvieron en un pequeño bote de plástico, al terminar de pagar, salió de la cafetería, para cruzar la calle he encontrarse con un pequeño parque, había unas bancas donde podía sentarse, ahí se estuvo, mientras que se tomaba su soda.
Todo estaba tranquilo, hasta que alguien grita:
— ¡Cuidado con la pelota! — el objeto ya mencionado iba a estanparse contra el rostro de Han.
Y si, como se supuso, la pelota golpe el rostro del chico, mientras que un niño de unos 6 años venía corriendo tras de ella.
— Didi, pídele disculpa al joven. — un chico de estatura bastante alta se asomaba entre las personas que ya hacían en el lugar.
Han sin saber que hacer, solo tomó la pelota y la extendió al niño.
— Lo siento, muchooo. — el pequeño expresó con una pequeña sonrisa.
— No hay problema, Didi, pero ten más cuidado para la próxima. — dijo Han.
Han ya había visto al muchacho que acompañaba al pequeño Didi, alguien alto, de buenos rasgos, el chico traía unos anteojos, al parecer venía o estudiaba en la universidad de aquí cerca. Era realmente lindo.
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Bien sabemos que Han no se había interesado por el momento en alguien, ya que toda su atención la tenía la astronomía o eso seguía pensando.
Y quien diría, 'que aquí empezó mi intereses por ti'.
(+) corto y aburrido, pero es q, tengo que empezar hacer tareas del colegio): ¿será q hago una serie de pequeñas historias con diferentes idol's?
