Cuando el perro se enamoro del dragon

Unico

AiYoshi

Había escuchado de cosas extrañas, pero jamas llego a pensar que algo así le pasaría.

Todo comenzó esa tarde a inicios del año.

Como de costumbre busco a su querida shimei para impresionarla con la nueva joya adquirida. Gasto mas de la mitad del dinero que sus padres le enviaban mensualmente pero había valido por completo la pena.

Pensó que a su shimei le gustaría ese artilugio tan costoso.

Pero no esperaba encontrar negación y hasta un poco de desprecio por parte de la dulce niña.

Era un hombre enamorado, tenia dinero y venia de una prometedora familia acaudalada, nunca la trato mal ni la acoso como otros hijos ricos. ¿Cual seria entonces la razón por la que era rechazado una y otra vez? La respuesta fue: belleza.

Si, no tenia la mejor cara, tal vez tampoco era tan alto como los demás jóvenes e incluso sus músculos aun no se desarrollaban. ¡Pero se podía compensar con algo de esfuerzo y agradable carácter!

Siempre ha visto como los jóvenes de hoy en día jamas pero en realidad jamas se comportan como él lo hace. Si se comportará como cualquier patán entonces podría limpiarse el trasero con la moral y simplemente tomarla por la fuerza, ¡pero él no era así!

Al menos no con ella.

Entonces, ¿cual era el problema? un joven guapo de aspecto lamentable al que Yingying perseguía incansablemente.

¿Por que ella no se daba cuenta que aquel mestizo no la quería como el propio Ming Fan lo hacia?, ¿que veía en ese niño?, ¿por que le atraía tanto? si, tal vez era muy adorable y bastante atractivo, pero Ming Fan podía hacer muchas cosas más, tenia el conocimiento necesario para incluso ser el sucesor de su shizun.

Con un destino tan prometedor, ¿quien tenia la osadía de compararse a él?

Pues gracias al amor de la niña por ese engendro su corazón se lleno de resentimiento y no pudo ser mas feliz cuando su propio shizun le ordeno castigar al mocoso, aunque en realidad no hecho nada.

En ese entonces aun eran niños, muy volátiles y expresivos. Jamas pensaban tan claramente sobre las consecuencias a futuro.

Y siguió molestando a un pequeño Binghe. Cada día y a cada hora, lo tomaban como si de un juego se tratara.

***

"¿Qué haces? Sabes que a shizun no le agradara ver que desperdiciar el tiempo aquí en la cocina, ¡ensuciaras todo!" grito un Ming Fan mayor.

Ya habían pasado años, los jóvenes por fin daban signos de varonía. El mas destacado en ello fue el propio Binghe, que a pesar de no alimentarse como debía creció para convertirse en todo un prospecto de hombre.

"Ning shijie tenia hambre" respondió el joven de manera breve.

"Si ella lo pidió entonces debería decírmelo, seguramente tu comida la envenenaría" refuto despectivamente mientras se acercaba y olía el arroz y el té.

Pese a ser algo tan común olía de maravilla y se vio tentado a probar sin que Binghe lo notara.

Dio un pequeño pellizco al arroz y rápidamente lo metió en su boca. Quien sabe lo que este joven había puesto en el arroz, pero el resultado final fue inesperadamente mas delicioso que el mismo olor.