IV

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Bakugou no había pensado bien la situación.

—¡Es Dynamight!

Él definitivamente no lo pensó en lo absoluto.

Justo ahora, en la calle, como si nada, él, el héroe número 3, decidió salir a comer con nadie más que Uravity, y una niña pequeña que era más que obvio que era hija o un pariente demasiado cercano de Ochako.

Por lo tanto, la imagen de una familia en secreto inundó la boca de los civiles que estaban por allí.

—Etto...—Uraraka cargo a la pequeña algo nerviosa.—Sabes, Kacchan, creo que no es buena idea estar juntos en público con Shiori.

—¿Tú crees?—Venenoso chasqueo su lengua, no había una multitudo a su alrededor, pero las miradas y murmullos eran demasiado evidentes.—Iremos a mi casa entonces.

—¿Qué?

—Prometí comida.—Soltó con obviedad, Ochako sudo ligeramente apenada.

—¡Pero eso sería...!, ¡Hay una niña!—Clamó, apuntado a la pequeña castaña.

—Lo dices como si fuéramos a hacer otra cosa además de comer algo.—Casi burlón sonrió, Ochako enrojeció.

—La última vez que fui a tu casa sólo íbamos a beber, ¿O no?—Fue un contra ataque, ¿Uraraka quería discutir con él?, Pues lo logró.

—¿Y quién lo propuso?

El silencio dió la victoria al rubio. Y luego de varios minutos caminando, dónde la castaña seguía al rubio, llegaron.

—Vives donde siempre.—Murmuro, viendo con una ligera sonrisa el lugar, dejando en el suelo a la pequeña.

—Sólo fueron 3 años, no me voy a mudar porque si, el lugar está bien.—Gruño, abriendo la puerta.—Encargate de que tu cosa no haga un desastre.

—Perdona por creer que en casi 4 años no te mudaste.—Bufo, agregando.—Y si no quieres salir flotando llámala Shiori, Kacchan.—Con la sonrisa más linda lo dijo, el rubio chasqueo la lengua.—Hablo en serio, Shiori no te responderá sino la llamas por su nombre.

—Mini cara redonda.—Esos afilados ojos granate fueron dónde Bakugou.—Entra.—Apuntando la entrada, la pequeña entró sin decir nada.—Soy un encanto con los niños.—Esa mirada carmesí mostró arrogancia, Ochako bufo al no ver mucho apoyo de su hija a su favor.

—Ustedes siempre quieres dejarme mal, ¿Verdad?

—Es silenciosa y obediente, me gusta, si todos los niños fueran así tendría uno.—Bromeó, entrando ambos al departamento donde la pequeña castaña de mejillas rosa estaba sentada el sofá.

—Eh, ¿Tienes novia?—El rubio alzo una ceja ante la pregunta.—Quiero decir, si quieres hijos debes tener una novia, ¿No?

—Creí haber sido bastante sarcástico al respecto.—Soltó dirigiéndose a la cocina.—Ponte cómoda, porque no tenía planeado cocinar hoy, improvisare.

—Siempre que me encuentro contigo me sorprendes más y más.—Dulcemente río. Bakugou suspiro rebanando vegetales.

—Lo dices cuando apareces tres años después con una hija de la que nadie sabe que existe.—Aquello sonó a una queja, y no evito irritarse más, no quería ser tan evidente al respecto.

—Eso es... Diferente.—Ochako sonrió.—Surgieron cosas, ya sabes, todo pasa por algo, ¿No?—Bakugou no respondió.—No respondiste, pero, asumo no tienes una novia.

—¿Quieres saber si estoy disponible?

—Ah...—Ese silencio sólo hizo que Bakugou dejará de mover sus manos para asomarse a ver a Uraraka quien, sonriente tenía a Shiori en sus piernas mientras parecía meditar aquella pregunta.—¿Quizás...?—Esa risa le hacía dudar si hablaba o no en serio.

Una mala noche | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora