Mi casa estaba cerca pero aún así tenía que llevar el coche al garaje de casa. La casa de Erick estaba a unas 15 de la mía, así que si aceleraba llegaría rápido. Arranque el coche y mientras aceleraba llego un mensaje.
Jess*
- Tenemos que hablar, es importante Charlie.
Me desconcentré tanto que un coche choco contra el mío, en tan solo segundos, lo ultimo que escuche eran los gritos de una mujer..
•Flashback•
- Papá no me hagas ir a la nueva escuela. - decía mientras sollozaba - por favor papá - obviamente no se creyó mi falso llanto así que tuve que ir a la escuela.
Hace unos meses nos mudamos y ahora tendré que ir a una nueva escuela, pero al menos Jess estará conmigo.
Al llegar al infierno (o escuela), decidí merodear un poco, la gente me miraba y eso sacaba mi timidez.
Decidí ir a las gradas y saltarme mi primer día, no soportaría ser la nueva; decidí dar un paseo antes de que acabara el día, necesitaba despejar la mente, así que baje unas escaleras mientras escuchaba como alguien tocaba el piano. Sin saber muy bien a donde iba acabe en lo que parecía ser el aula de música, vi a un chico sentado tocando el piano. Pero sintió que alguien lo observaba y paro.
No se de donde saque las fuerzas para llegar hasta el y tocar la misma melodía que recién había dejado de tocar. Era una nana, la que me cantaba mi madre cada noche durante mi infancia.
Me miraba bastante sorprendido y no pude evitar fijarme en sus ojos verdes, eran los más oscuros y hermosos que había visto hasta ese día. Nos presentamos y nos dimos los teléfonos resultó llamarse Derek, era bastante simpático se ofreció a enseñarme la escuela al día siguiente. Justamente se acabo la jornada y nos despedimos, quedamos en el mismo sitio a la mañana siguiente y la verdad que era el chico perfecto, aunque algo guardaba para el. No podía culparlo no me conocía de nada.
Pasaron meses hasta que cada vez éramos más cariñosos, me sentía muy agusto con el y me hacia feliz. Pero aun no daba el paso así que lo mejor era pensar que solo era una bonita amistad..