Gakuen Baby Sitter {One-shot}

Pedidos: Kamitani Hayato

Dedicado a @itsclaranoyema

Espero que te guste ♥

━ ❤ ━

— Mamá, ¿por qué tengo esto? —la pequeña Miu mientras alzaba su mano donde reposaba aquel hilo rojo.

Su progenitora dejó la tarea que estaba haciendo para fijarse en su hija, con una sonrisa amable y llena de ternura, se agachó a su lado, señalando aquella cuerda roja.

— Porque en alguna parte, hay alguien que está destinado a ti... 

— ¿Destinado? —interrumpió la menor sin entender aquel concepto.

— Sí, una persona que te querrá mucho y te cuidará; como papá nos cuida a nosotras. —siguió su explicación, sin darle importancia a la interrupción.

La pequeña se quedó muy confundida a la par que seguía con la vista aquel hilo que se extendía hasta la puerta principal y se perdía mucho más allá del vecindario.

Haciendo una mueca de disgusto que en algún lugar, habría un niño unido a ella mediante ese filamento.

— ¡Pero, mamá...! —volvió a llamar la atención de la mayor.— Yo no quiero tener a alguien desnatado.

La mujer río por la confusión de su hija por el concepto del destino y alisó la cabellera de su hija.

— Quizás cuando seas mayor lo entenderás de otra manera. 

Unos años más tarde

Y ahora más o menos lo entendía, después de presenciarlo en varias ocasiones.

La felicidad que inundaba a las personas que se encontraban y de cómo se contaban mutuamente la búsqueda que habían realizado para encontrarse.

Miu comenzaba a sentir envidia de esas personas que se encontraban y comenzaban a compartir sus vidas.

Ella también quería encontrar a la persona a la que estaba unida.

— ¡Ah~! ¡Kamitani-kun~! 

Los gritos de sus compañeras de clase la sacaron de sus ensoñaciones, de un encuentro ficticio, volteando para ver por la ventana la práctica del club de baseball; mas no se fijaba en el juego.

Miraba todos aquellos hilos que se enredaban, se agrandaban y se tensaban frente a ella; volvió a mirar su propia muñeca donde reposaba el hebra y notaba unos suaves tirones que, desde que comenzó en la academia Morinomiya, se habían hecho notar.

Pero por más que buscaba por los pasillo, siguiendo el camino marcado, nunca encontraba a quién esperaba o el filamento se enredaba con los demás, haciendo su búsqueda imposible.

A parte de eso, ella era miembro del club de niñeras y era el único momento del día en el que no podía pensar en aquella fibra.

Estar con aquellos niños era de lo más divertido, nunca había un momento de paz.

— Ryuu-nii-chama, ¿por qué hay tanto hilos rojos? 

La pequeña Kirin había formulado una pregunta que antes no le preocupaba demasiado. 

Entre algunas vacilaciones, Kashima pedía ayuda con la mirada a Sugisawa y a Usaida para que les ayudasen a explicarlo de manera sencilla.

— Pues... —la adolescente no sabía como abarcar el tema tampoco.

— Eso es que estáis unidos a otra persona. —respondió por fin el de cabello rosado con la pequeña Midori dormida entre sus brazos.

Los niños tenían una expresión que dejaba en claro que no lo habían entendido y todos bajaron sus miradas hacia sus manos donde estaban sus propios hilos.