Las estrellas se encargan de mantener el orden en el firmamento estando estáticamente desordenadas, jugando con sus batutas de luz por todo el sistema solar. Mientras la luna da un viaje en el cual recorre mi almohada. Estoy soñando? No lo creo.
El silencio con el cual se desplaza la luna por mi almohada es increíble, allí posada frente a mi veo como se encarga de llevar con ella todas mis angustias, todos mis problemas y conflictos. Realmente está pesada la mochila que lleva consigo y en su intento de escarpar me mira, yo la miro, no decimos nada.
La luna comienza a partir y en su intento se encuentra con una de mis lágrimas, resbala y casi cae pero siguió su andar. Salí de casa a ver a donde da había ido, y la mire quieta posada en medio de las nubes y las estrellas en aquella oscura noche.
El firmamento permaneció en paz nuevamente, cada lucero y cada estrella jugaban el papel que le correspondía. La luna estaba allí manteniendo todo en orden y así la noche transcurrió tranquila, la noche transcurrió en paz... Tanto en el cielo como en mi corazón
Y mis almohadas volvieron a estar livianas
