Te tratan como si fueses un niño que solo vaga por el mundo tomando lo que quiere, y si no lo obtienes fácil, se lo arrebatas a los demás.
Eres caprichoso...
- no es así, ¿Tomura?
Los rayos del sol se colaban por la ventana, haciendo que el pecoso frunciera el ceño en un acto de incomodidad. Para luego solo removerse sobre su cama evitando a toda costa que le chocara el sol.
No quería levantarse, estaba bastante cómodo como para arruinarlo en ese momento.
Pero no contaba con que no sólo el sol sería su enemigo del dia.
El peligrisáceo estaba parado en el marco de la puerta del cuarto, mirando al pecoso fijamente. Quería despertarlo, pero se notaba que estaba cansado, la noche anterior se había dedicado a hacer todos sus deberes del colegio. No entendía esa necesidad de estudiar.
Sin pensarlo más, tomó una decisión. Camino hacia la ventana para luego abrir de golpe la cortina, haciendo que el intenso brillo del sol hiciera su trabajo de despertar al peliverde.
Cosa que funciono como quería.
- Tenko!!! - chillo el peliverde mientras solo se cubría más con las sabanas
- ... tengo hambre
Era como un hechizo, pues al mencionar aquellas dos palabras era como si se le reiniciará la mente al pecoso.
Izuku ante lo dicho por el menor se levantó rápido. Si había algo que sabía tenko, era que el peliverde le consentía demasiado, no podía decir que no le gustaba, porque al recibir ese trato se sentía querido.
Bastante extraño la verdad.
El pecoso se acercó al menor. Se acuclicllo frente a este, para luego solo revólver los cabellos de Tenko en un acto de cariño.
En eso, algo nuevo sucedio.
Sentía su cara arder, jamás antes había sentido eso, aquellas emociones tan confusas lo invaden mientras solo tiene una cosa en mente.
Izuku era un angel.
Bajo la cabeza, mientras miraba a otro lado evitando a toda costa que el pecoso lo viera. Jugueteaba con sus dedos, nervioso por la situación, y portaba una pequeña sonrisa que reflejaba su gran gusto al sentir aquellas manos sobre su cabello.
Un acto que a pesar de los intentos del menor de querer ocultarlo, Izuku lograba ver.
. . .
- entonces! - habló animadamente el peliverde mientras traía consigo una caja de galletas y una botella de jugó - me dices que tu quirk es de desintegración, ¿verdad?
- si
- entiendo... - era un quirk bastante sinigual, no había oído alguno relacionado durante todos sus años como observador de los héroes
- ocurre algo?
- ¿mmh?, oh, me acorde de algo, esperame aca
El pecoso sale corriendo hacia su cuarto, mientras tanto Tenko solo sacaba unas cuantas galletas, le daba curiosidad, nunca había probado un dulce.
Un brillo en sus ojos hizo presencia al sentir la exquisitez de la galleta. Sin pesarlo dos veces, agarro más metiendo como cinco a la vez a su boca. Saboreaba el sabor extrañamente delicioso, una mezcla exquisita de sabores.
Pero claro que al haber hecho eso no penso en la idea de que no se atoraria.
Se sirvió un poco de aquel jugó en un vaso, para después beber de este con algo de ímpetu.
- ¡¡lo encontré!! -
Ante la repentina aparición del pecoso dio un brinco en su lugar, a la vez que todo el jugó se le echase encima y que un poco de este saliera de su nariz.
- waa!! perdón Tenko!! - se acerca rápidamente para darle leves palmadas en la espalda al menor, pues este estaba tosiendo, además de que parecía que le estaba faltando el aire
. . .
- ¿cual es tu quirk? - pregunto el menor con curiosidad, viendo como el peliverde se ponía algo tenso, se le hizo extraño aquella reaccion
- m-mi quirk...
- ¿no tienes? - el pecoso solo mueve su cabeza diciendo un 'no' al instante - ¿por que?
- veras Tenko, hay un pequeño porcentaje de personas que no presentan algún quirk, es algo así como una anomalía. Yo por ejemplo
- ... ¿Quien era esa mujer del cuadro?
- ¿que mujer?
- todas las noches, siempre te paras frente al retrato de una mujer
- oh, ella. Jejeje, es mi madre, falleció hace mucho
- ¿estas solo entonces?
- si, pero ahora que estas tu ya no lo estoy, eso me hace feliz porque por lo menos tengo a alguien con quien compartir tiempo
- pareces un anciano
- ... ¡¿Eh?!!, ¡¿q-que yo que?!!
- empezaste a hablar como uno, me recuerdas a mi abuelo
- supongo que tu abuelo te quizo
- ¿?, ¿por?
- bu-bueno, dices que te recuerdo a él, por eso supuse que te quizo y tu le querías bastante como para que alguien extraño como yo te lo hiciera recordar
- ... Creo que si...
. . .
Mientas tanto, en la puerta principal del apartamento de Izuku, se encontraba un pelicenizo escuchando atentamente desde el otro lado como el pecoso estaba hablando solo.
O talves, no estaba del todo solo.
No creia posible eso, ¿un amigo?, eso era imposible, el pecoso no tenía amigos.
Entonces, ¿quie era?
La misma situación, durante todos los últimos seis días se escuchaba como el peliverde reía y conversaba con alguien.
Pero, siempre lograba captar una voz, era baja, como la de un niño.
Le frustraba eso.
Esta vez le preguntaría directamente a Izuku lo que sucedía. Y si no le contaba nada, lo haría por la fuerza.
. . .
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