Lady C -The Origin-

Capítulo 5

La pequeña abrió los ojos lentamente, sintiendo que llevaba mucho tiempo dormida. Intentó acomodarse en la cama, pero se le hizo realmente imposible por un horrible dolor en su vientre. Pudo notar que estaba en su habitación y a su lado habían unos extraños aparatos de los que salían unos tubitos que estaban conectados a su brazo derecho pasando algún tipo de líquido ya que en el aparato había una bolsa de plástico con un líquido transparente.

Levantó un poco el pantalón del pijama con su mano izuiqeda y pudo ver que en su vientre, justo donde tenía dolores cuando tuvo su periodo, había una gran cicatriz. Pasó la yema de sus dedos por encima de la cicatriz y las lágrimas se acumularon en sus ojos ¿Por qué Madame la había dejado con aquellos hombres? ¿Qué mierda le habían hecho? Rápidamente miro al rededor de la habitación buscando alguna señal de que Madame estuviera aquí para explicarle qué demonios le habían hecho y porqué tenía una jodida cicatriz en su vientre.

¿Esto tenía relación por como Madame actuó cuando le llegó su periodo? ¿Acaso el periodo era algo malo y Madame la iba a dejar de querer por esto?

La pelinegra se quitó los tubitos e intentó sentarse en el borde de la cama, pero realmente el dolor de su vientre era horrible. El solo hecho de estar sentada ya dolía y mucho. La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Madame que tenía una expresión de dolor y tristeza en sus ojos. Los ojos eran la ventana del alma como ella le había dicho. Madame cerró la puerta detrás suyo y caminó hasta la cama para sentarse a los pies de esta y mantener la mirada baja durante un rato. Okey, Madame tenía la mirada baja, definitivamente algo sucedía. Ella era una mujer segura, determinada y sin pelos en la lengua. Verla con esa expresión dolida y con la mirada baja era algo que no encajaba con su actitud empoderada. La pequeña no sabía que decir. En cierta parte seguía sin entender porqué Madame dejó que le hicieran daño ¿Acaso ella realmente nunca la quiso y todo fue fingido?

Madame no dijo absolutamente nada durante al rededor de una hora. Solo se quedó ahí mirando el suelo como si fuera lo más interesante. La pelinegra apretó con fuerza sus labios y puños intentando que las lágrimas no volvieran a bajar por sus mejillas. No iba a desperdiciar más lágrimas otra vez por una persona, no debía volver a hacerlo.

Pero si eso era lo que ella quería ¿Por qué comenzó a llorar nuevamente?

Madame la miró por el rabillo del ojo y se levantó de la cama para estirar su vestido, pasar su mano por su cabello y caminar hasta la puerta para abrirla, pero antes de salir por la puerta se giró hacía la pequeña que estaba intentando que sus sollozos no se escucharan.

-Tienes dos semanas de reposo absoluto. Te van a traer medicamentos para el dolor. Intenta no moverte mucho.- Dijo Madame antes de salir por la puerta dejando a la pequeña que se largó a llorar abrazándose así misma.

De tanto llorar la pequeña niña se quedó dormida y del otro lado de la puerta se encontraba Madame en el suelo sollozando. Había estado escuchando a la pequeña llorar desde que fingió irse del cuarto. Su corazón realmente estaba destruido. Ella había roto a la pequeña niña. Esto era su culpa, quizás si hubiera tenido suficiente valor como para tomar a la niña y escapar lejos de Jeong todo sería distinto y las cosas no estarían como ahora.

¿Qué había hecho?

(...)

El tiempo de recuperación de la pequeña Huang fue realmente exitoso. Bueno, literalmente estuvo encerrada en su habitación llorando y maldiciendo toda su existencia. El dolor comenzó a pasar de a poco, ya podía estar sentada y mantenerse de pie sola. No vio a Madame en su semanas de reposo, una chica de la barra venía a dejarle sus medicamentos y comida. Aunque si ella era sincera prefería no ver a Madame por unos días más. Su cabeza era un caos, no sabía que pensar respecto a Madame y el porqué de su decisión de hacerle aquella cicatriz, de hecho, aún ni sabia que mierda le había hecho Madame.