Ah, vaya, sigo vivo (Lamentablemente)

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Abrió los ojos, su cabeza le temblaba.
¿Donde...?
Estaba sobre una camilla dentro de una habitación blanca, a su alrededor habían unos chicos con vendas, y algunos en sillas de ruedas.
Cuando bajo la mirada, casi le da un infarto.
Había una chica con ropa blanca de medica, que llevaba el cabello rubio amarrado con un moño, suturando le tranquilamente la herida de la pierna.
-Quédate quieto, cariño, esto te dolerá.
Jude intento levantarse, protestando.
Ella le dio un golpe en la herida.
El grito de dolor y se recostó.
-Dije que te quedaras quieto, o te inyectare Novocaina con una aguja quirúrgica en el cuello.
-¿Eh...?
Ella apunto con el pulgar a una gigantesca aguja que colgaba de la pared.
Jude decidió quedarse quieto, pero no en silencio.
-¿Donde demonios estoy? 
Ella suspiro, como si esa pregunta fuera el pan de cada día.
-Tu nuevo hogar, cielo.
Las palabras se quedaron dando vueltas en su cabeza, "Tu nuevo hogar".
Ella termino de suturar su herida y se levanto.
-¡Perfecto! Pronto llegara un chico y te lo explicara todo, recomiendo que no te levantes hasta entonces, querido.
Ella se dio la vuelta y atendió a un muchacho con el brazo roto, llamándolo constantemente "Cariño"
Jude estaba confundido y perplejo, intentando deducir donde se encontraba.
Debía de ser un hospital...¿Tal vez un hogar para chicos problemáticos?
Los recuerdos le llegaron a la cabeza como un disparo, al punto en el que estuvo a punto de caer de la camilla.
Recordaba estar corriendo, sentir la pierna húmeda y pegajosa, recordaba el haber caído por una colina y recordaba a aquel hombre y sus palabras, "Un error"
Al cabo de unos minutos, un chico rubio entro caminando a la habitación, mientras anotaba algo en una libreta.
-Santo cielo, siempre me toca el trabajo sucio... -Susurro a regañadientes.
-Ehh, ¿Podrias decirme que hago aqui? -Dijo Jude, intentando sonar educado a pesar de estar confundido (Y algo aterrado)
-Esto... ¿Como te llamas?
-Jude, Jude Hundley.
-Bien, te llamare "el pelirrojo", ahora mismo estas en un centro de rehabilitación en Greenville, cerca de Mill Brook.
Jude se rasco la cabeza.
-Estas mintiendo, vi una bandada de gaviotas volar hacia aquí, las gaviotas suelen huir de los barcos de la costa y acercarse a las montañas, lo que significa que debemos estar cerca de The Highlands, mas específicamente en Blair Hill.
El chico se quedo perplejo, y apenas pudo encontrar las palabras para hablar.
"Vaya, no es tonto" Dijo en su mente.
-Vale vale, tu ganas, no quería decirte esto directamente, pero no me dejas otra opción, ya debes de haber notado que no eres como los demás -Dijo el chico.
-¿Eh? ¿Como...Lo sabes...?
-Jude, ahora mismo estas en la Academia Sean Heroes, en algunos lugares conocida como "La escuela de poderes"
El pelirrojo se quedo paralizado.
-¿La escuela de que cosa?
-Escuchaste bien, poderes, este lugar fue construido para los individuos con la suerte de haber nacido con el don de tener un poder, aquí los entrenamos y les enseñamos como manejar sus habilidades.
-¿Me estas diciendo que...? ¿Hay mas personas como yo?
-Todos en esta escuela tienen poderes, las personas normales no son capaces de ver ni entrar a la escuela.
El chico rubio chasqueo los dedos, y unas llamas aparecieron en su mano.
Jude se quedo fascinado, viendo como las llamas danzaban sobre la palma del chico.
El soplo, y el fuego se apago.
-Deja que te lo explique, todos tenemos poderes diferentes, existen exactamente 10 poderes, y 3 grados, los grados son el nivel de tus poderes, 1: Debil 2: Normal 3:Fuerte

-Ehhh, ¿Cuantos poderes existen?
-Mente, Cuerpo, Magia, Temperatura, Hipnosis, Plantas, Electricidad, Fuego y Agua.
-¿No que eran 10?
El bajo la mirada, como si acabara de decir algo que debía ocultar.
El chico rubio miro de izquierda a derecha, asegurándose de que nadie lo hubiera escuchado.
-Tenemos prohibido hablar del poder numero 10, solo olvídalo, pero escúchame, el mundo es un lugar peligroso para nosotros.
-¿Porque?
-Hemos luchado por años por mantener este lugar en secreto, pero como siempre, existen personas en el mundo que saben de nuestra existencia, y nos consideran un peligro, en pocas palabras cazadores.
-¡Eh, un tipo intento matarme! De no haber caído por ese risco me habría matado...
-Debió de ser un cazador, el equipo de búsqueda y reconocimiento te encontró en un lago cerca de aquí, eres un tipo suertudo, pero debes saber que ya no puedes irte.
-¿Eh?
-Si saliéramos de la escuela, seriamos presa fácil de los cazadores, no tenemos mas opción que quedarnos aquí dentro, pero te acostumbraras, tenemos una piscina en el piso de abajo, algunos talleres de artes y música, y un salón de belleza en la zona norte, no necesitas irte...
-Ah, suena bien -Mintió Jude.
El chico sonrió, como si esperara que Jude protestara.
-Debo resolver un asunto, ¿Me esperas un segundo?
-Claro.
-Por cierto, me llamo Kevin.
El se dio la vuelta y registro en unos papeles información de Jude.
Cuando volvió a mirar al pelirrojo, Kevin dejo caer su libreta, los papeles se desparramaron el suelo de cerámica y debajo de las camas.
Jude estaba de pie, sosteniendo una silla de invitados sobre su cabeza.
Acto seguido, la lanzo hacia la ventana y la hizo añicos.
Los vidrios rebotaron en el suelo de cerámica.
-¡Nos vemos!
Salto de la ventana, con su bata de hospital holgándose en el aire.
El viento silbaba a su alrededor.
¿Quedarse por siempre allí dentro? ¡Ni loco!
Su cuerpo hizo un sonido sordo al caer en el pasto mojado.
Dejo salir un grito ahogado de dolor.
-¿...Porque pensé que saltar de la ventana era una buena idea? -Tartamudeo, con una mano en la espalda.
Se levanto cojeando.
Toda su vida había sospechado que tenia poderes, o alguna habilidad sobrenatural.
Y esto no hacia mas que confirmar las dudas que lo habían perseguido toda su vida.
Miro hacia atrás, y noto que el lugar era gigante.
Parecía ser un hotel gigantesco, con un cartel de plata con las letras "Academia Sean Heroes"
Una parte de el quería volver a entrar y quedarse allí.
Todos allí eran como el, un montón de raros que no tenían la menor idea de porque eran especiales.
Y si había un lugar en el que Jude pudiera encajar, debía ser allí.
Aparto todos esos pensamientos de su cabeza, no podía quedarse, ¡Tenia una vida allí afuera!
Tal vez alguien de su antigua escuela lo estuviera esperando, pero nadie de su allí solía tratarlo bien.
Tal vez, si su familia aun lo quisiera el tendría alguna motivación para volver a su vida normal, pero su familia lo repudiaba después del accidente de su madre.
Pensándolo bien...Si el desapareciera nadie realmente lo notaria
Si se quedaba en esa academia...Todo seria mucho mas fácil.
Se sentó sobre el pasto.
De pronto, ya no quería irse.
Kevin apareció corriendo hacia el, y se detuvo cuando lo vio sentado.
El intentaba recuperar el aliento.
-M-maldita sea, no vuelvas a hacer eso...
-¿Crees que deba quedarme?
Al chico le sorprendió la pregunta, y frunció el ceño.
-Te mataran si decides irte.
-¿Porque soy así? ¿Porque no puedo ser normal?
Kevin suspiro.
-No sabemos porque sucede esto, no sabemos porque algunas personas en el mundo nacen con habilidades sobrenaturales, por lo que terminamos temiendo de nuestros propios poderes, pero escúchame, si decides irte huirás de ti mismo y de los cazadores por el resto de tu vida, solo hay un lugar en el que puedes ser libre y entrenar tus poderes, y es aquí.

La Escuela De PoderesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora