Ron Weasley

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Hola chic@s, volví con una nueva historia. En esta ocasión, retracto a un Ron diferente del que estamos acostumbrados a leer, además que será un personaje importante para que se haga realidad el Dramione, ya que él le dará una manito a nuestro hurón.

El tren escarlata dirigía su rumbo hacía Hogwarts. Transitando por los bellos paisajes de Escocia, se hacía notar hasta terminar su recorrido en el pequeño pueblo de Hogsmade, un lugar detenido en el tiempo, pero con magia en cada construcción y en sus habitantes.

Era primero de septiembre, el calor del verano ya estaba desapareciendo, bueno eso lo hizo saber la ráfaga de viento otoñal, que abrazó a los chicos en cuanto bajaron del tren. Ron, fue quien primero puso un pie en el suelo. Había pasado ya cuatro meses, desde la batalla en la que Hogwarts fue el epicentro, y aunque el dolor de las múltiples muertes de sus amigos y su hermano estaban latentes, sintió que de alguna manera el dolor lo hacía más fuerte, y se dio cuenta de que tan importante era vivir el día a día como si fuera el último, valorar la vida era su filosofía desde hace un mes atrás, en el que se limpió las lágrimas de su rostro, porque era dejarse morir o seguir batallando.

Después de bajar del tren, esperó a que Hermione saliera, al verla le sonrió, al menos este año escolar no sería una tortura solitaria.

-Creo que ya es tarde para regresar- fueron las primeras palabras que pronunció Hermione, al dirigir su mirada hacía el pueblo y después detener su vista hacía el imponente castillo que se hallaba detrás de la colina.

-Acordamos esto, Hermione. No podemos seguir muriendo en vida, aún la pesadilla sigue presente, pero sabemos que no es real.

-Supongo. Aún pienso que Harry...

-Creo que cada uno debe recuperarse a su manera. Él está mejor en Londres, además tu dijiste que el medimago podría ayudarlo un poco- dijo Ron, y continuaron su camino hacía los carruajes, que ya estaban esperando a los estudiantes.

-Es lo más cercano que hay de un psiquiatra, espero que funcione. No lo culpo, toda su vida fue un asco. Lo extrañaré este último año como no lo imaginas- la castaña, soltó una risa melancólica.

Ambos suspiraron y continuaron lo que restaba del camino hacía los carruajes. Al llegar, vieron a la mayoría de estudiantes ver aquellas crituras esqueleticas que eran las responsables de llevar las carrozas. La mirada de sus compañeros lo decía todo, en sus rostros se reflejaba la culpa de haber sobrevivido, el trauma de presenciar como eran masacrados miles de magos jóvenes y adultos, el duelo que albergaban en sus corazones... Aún nada estaba superado.

-Es una mierda, lo sé. Yo lo siento, pero debemos vivir por aquellos que no están- dijo Ron, acercándose al grupo de estudiantes que no se atrevían a subirse a las carrozas.

-Sobrevivimos, muchos dieron sus vidas para que nosotros estuviéramos hoy aquí- añadió Hermione al vago discurso motivador que trataban de armar Ron y ella.

Aunque sus palabras en teoría serían las adecuadas para aquellos pobres traumados, no les producía el menor consuelo. La noche se estaba acercando y el frío empezaba a hacerse más violento, pero el dolor y el miedo, les clavaba los pies en el suelo a los estudiantes.

-¿como podemos estar seguros de que no volverá él u otro mago peor?- dijo en un susurró apenas audible, Michel Corner, el cual tenía su mirada perdida en la majestuosidad tortuosa de los thestral -Le dije a mi padre que no volvería, pero afirma que todo ya pasó, nada pasó ¡NADA PASÓ. MALDITASEA!- gritó, en un intento de sacar el dolor y el miedo que sentía. Su grito fue tal que Hermione se asustó un poco.

-intentemos que todo cambie- resonó la voz de alguien, que se acercaba al grupo que permanecía inmóvil.

-Tu no perdiste nada, Malfoy- gruñó Theo, el cual apareció de la nada.

Sigue el plan Malfoy (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora