Al día siguiente las cosas en el trabajo estaban aún más tensas. Logramos llevar todo el día en paz, pero al final la chica fría e inalcanzable no pudo guardar silencio por más tiempo.
—¿Qué se cree tu ex? —preguntó claramente enojada— ¿Qué pretende hablándome de esa forma y haciendo esos comentarios?
—Así es ella, no le hagas caso —Decidí mantener el teatro que Vanessa había ejecutado con tanto realismo la noche anterior y no revelar que solo estaba actuando.
—Pero realmente me molesta, ¿En verdad piensa que necesito ayuda para conquistar a alguien?
—Nadie piensa eso, ella solo jugaba, en serio, no le hagas caso —insistí sin dejar de trabajar.
—No dejaré que se salga con la suya, le demostraré que está muy equivocada conmigo —continuó después de ignorarme totalmente.
Nuestra platica se convirtió en un monologo, ella caminaba furiosa por el laboratorio vociferando en contra de Vanessa cosas que no deseo repetir. De pronto se detuvo frente a mí y me vio directamente a los ojos y dijo algo que confirmaba las corazonadas de mi Ex.
—Salgamos esta noche.
—¿Qué... qué rayos dijiste? —pregunté con la esperanza de haber entendido mal.
—Que salgamos, tengamos una cita ¿O tú también piensas que no soy capaz de hacer que te fijes en mí?
—¿Qué importa eso? —Trate de no darle mucha importancia.
—A mí me importa, no dejare que alguien me diga de qué soy capaz y de qué no y haré todo para que esto no se quede así.
—¿Ósea que planeas hacer que me interese en ti? ¿Y luego qué?
—Iré y se lo restregaré en la cara a esa ex novia tuya.
—Me refiero a ¿Qué pasará si realmente me llegara a enamorar de ti? ¿No te parece algo excesivo? No digo que yo sea el caso, pero cualquiera se sentiría mal de ser usado de esa manera.
—Creo que eso es algo que te toca pensar a ti, deberías poder manejar un rechazo de mi parte. –afirmó sin pensarlo mucho.
Me di cuenta que no le importaba usar los sentimientos de otra persona solo para demostrar que era ella era mejor. Yo conocía su fama de mujer cruel, pero nunca pensé que lo hiciera de manera tan consciente. Después de todo Vanessa tenia razón, le afectaba mucho lo que pensaran de ella y no dejaría pasar sin más lo ocurrido la noche anterior.
«Muy bien Vanessa, no te voy a decepcionar», pensé una vez que decidí seguir el juego. Sé que tuve la oportunidad de simplemente ignorar todo y negarme sin dañar a nadie, pero, bueno, soy yo.
—Bien, eso harás si logras que me enamore de ti, pero ¿Qué harás si los papeles se invierten? —Pregunte con toda la intención de desafiarla.
—¿Qué dijiste? ¿Crees que tú me puedes...? —me miró como si hubiera contado algún chiste—. Oh, no bromees conmigo, sabes bien que solo tengo una cosa en mente, no te hagas ilusiones. O, ¿Sabes qué? Sí, hazte ilusiones, mejor para mí.
—En ese caso, salgamos esta noche —dije mientras regresaba a mis actividades, tratando de ignorarla.
—Bien, es una cita entonces —contestó mientras hacía lo mismo que yo.
De esta forma comenzó un juego que de ninguna manera terminaría bien. Cumplí mi palabra y le informé a mi vieja amiga lo sucedido "Prepara tu asiento, tenías razón", le escribí, recibiendo un "Lo sabía" por respuesta.
La decisión estaba tomada. Yo no le importaba a la Princesa de Hielo, ni ella a mí y estábamos a punto de tener una cita. Era una mala idea por donde sea que se viera. Estaba en juego la reputación de ella y en realidad yo no tenía nada en juego, pude ignorar todo sin perder absolutamente nada, pero quizá, en ese punto ya estaba yo un poco aburrido.
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La princesa de hielo.
RomanceElla era perfecta, inalcanzable, una gema hermosa rodeada de un muro infranqueable de hielo. Yo no tenía el más mínimo interés en estar a su lado, ni ella al mío, aun así, lo hicimos. Decidimos mentirnos, engañarnos de una forma muy cruel. Me gusta...