La verdad

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Aquel martes Kenth tuvo mucho en lo que pensar. Había sido un día caótico, lo que había pasado esa mañana se le había quedado en la cabeza durante todo el día, y no paró de darle vueltas al asunto.

Cuando llegó al orfanato se tiró a la cama. Como esa noche no había podido dormir nada estaba muerto de sueño. Pero la presencia de una carta en su mesilla hizo que abriera los ojos de par en par.

Sin pensárselo dos veces abrió el pequeño sobre. En la nota que aguardaba en su interior estaban escritas las palabras:

"Reúnete a las seis de la tarde conmigo en la caseta abandonada del bosque"

La carta no estaba firmada, pero Kenth supuso que era de Hela, ya que ese lugar era en el que solían pasar las tardes, y sin pensárselo dos veces se preparó y fue al lugar.

Al llegar se llevó una desagradable sorpresa, pues no era quien le esperaba en el lugar sino Saeko, que estaba en la pared apoyado

-Hola, por fin apareces, he estado esperando durante veinte minutos, acompáñame al sótano de la casa, no quiero que nadie llegue a escuchar esta conversación.-

Kenth, aunque estaba confundido, aceptó ir, pues aunque su relación con Saeko no fuera especialmente buena, le estaba hablando con tranquilidad, y su sonrisa arrogante de siempre no estaba dibujada en su rostro, sino una mirada sería,  nerviosa y algo melancólica

Cuando llegaron al sótano de la abandonada vivienda, Saeko respiró profundamente y procedió a contarle a Kenth la verdad.
- Kenth, antes que nada, quisiera pedirte disculpas por si no te traté bien en estos últimos años, pero espero que después de contarte lo siguiente nuestra relación cambie a mejor-

Kenth asintió en silencio, estaba confundido, pero se dedicó a mirar a Saeko a los ojos con una sonrisa fina y casi inexistente para que se calmara un poco, ya que cada vez se podía notar más lo nervioso que estaba este.

- Sé que esto te puede llegar a parecer falso, pero quiero que sepas que nunca te mentiría. Verás, antes, tú y yo, éramos mejores amigos, éramos inseparables, y nos pasábamos el día juntos, riendo. Éramos muy felices, y nunca hacíamos nada sin el otro, éramos uno...-

Saeko estaba sonriendo, había paz en su rostro con tan solo imaginar aquellos días... Pero su sonrisa se convirtió en una mueca de dolor al proseguir con la historia...

- Pero ,todo eso cambió desde aquel día, en el que los ángeles te arrebataron de mi lado, desde aquel día, en el que te llevaron del inframundo, desde aquel día, en el que fui demasiado debil y cobarde como para correr en tu ayuda...-

Saeko empezó a sollozar fuertemente, y Kenth no dudó en correr asta sus brazos y abrazarlo fuertemente hasta que se calmó.

-Pero... Exactamente... Qué sucedió? ¿No somos humanos?-

-Oh, verás, tu y yo somos hijos de demonios bastante poderosos, tanto nuestras madres como nuestros padres son miembros del ejército de Lucifer, y eran bastante importantes en el inframundo. Creo de hecho que esa fue la razón por la que intentaron secuestrarnos a ambos. Tú eras débil pero extremadamente valiente, y yo era fuerte , pero no poseía una inteligencia tan superior como la tuya, y me estresaba en situaciones de peligro al contrario que tú.

El día del incidente, estábamos paseando en el Interior del bosque tranquilamente, cuando se disparó la alarma de intrusos. Nos mantuvimos  pendientes de nuestro entorno y nos quedamos donde estábamos, ya que era menos peligroso. Pero los ángeles eran astutos, y consiguieron llegar a donde estábamos. Cuando se dirigieron hacia nosotros, tú te pusiste delante de mí, para protegerme. Me enfadó mucho ya que yo también quería pelear, pero me quedé paralizado. Te capturaron a pesar de que te defendieras como mejor pudiste, y me obligaste a huir. Para convencerme dijiste que no cambiarias, que no te olvidarás de mi, que cuando nos volviéramos a ver volveríamos a ser uno... Pero cuando nos vimos... Habías cambiado; no te acordabas de mí, no te acordabas de tu infancia; ya no éramos uno... Y todo fue porque ellos te usaron, te lavaron la cabeza , borraron tus recuerdos, y te mandaron a que dieras la vida por esa chica... Por eso quiero que me ayudes en mi misión de externinarla, para que podamos volver a ser igual que antes...-

Kenth aún no se acordaba de todo, pero sabía que Saeko decía la verdad. Tan pronto como acabó este de hablar se abalanzó sobre el y le abrazó como si se fuera a ir volando.

- He recordado algunas cosas, y vamos a volver a ser uno, pero Hela es mi mejor amiga y no pienso matarla, y tampoco dejaré que nadie la mate.-

A Saeko no le importó que no quisiera matarla, había quedado completamente maravillado por el abrazo de éste, y estaba demasiado feliz como para rechistarle algo. Habían salido del sótano y se habían sentado en el suelo del bosque, contemplando la puesta de sol. Saeko se acomodó en el hombro de kenth y sonrió. En ese momento, Saeko se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos... No sólo sentía amistad por kenth, estaba enamorado de él...

Segundo capítulo escrito por Aarael 


Los Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora