recuerdos ya hace tiempo olvidados

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Aquel día, Hela se llevó un fuerte golpe en la cabeza que la dejó inconsciente, y mientras Ares le contaba a Saeko y a Kenth sobre el mundo de los demonios y el secreto del orfanato, ella recordó su infancia.
Ella se vió de pequeña, junto a sus padres, en el mundo de los ángeles.
También veía a Kenth. Habían pasado la vida juntos, estaba sorprendida, pero a la misma vez feliz de ello. Todo era felicidad en sus recuerdos, hasta que se topó con el porque estaban el orfanato. Era la misma visión que la de Kenth.En ese momento, Hela se quedó devastada, no podía creer todo eso. Era extraño para ella, toda su infancia fue una farsa. Sus padres realmente no estaban muertos, los ángeles existían, ella era uno de ellos, y estaban intentando matarla.

Diez horas más tarde, Hela despertó en el hospital. Estaba agitada. Toda esa fuente de verdad le había dejado la cabeza hecha un lío. Al rato, se percató que Kenth, Saeko y Ares  estaban en la habitación junto a ella.
Enseguida, Ares se lanzó a sus brazos y la abrazó fuertemente, y Saeko y Kenth acto seguido hicieron igual.
Cuando Hela se sintió mejor les contó todo, toda la verdad, y le pidió a Kenth que la acompañara. El sentimiento de culpa hizo que Saeko también le contara el porqué estaba allí, y también que aunque su reino fuera el de los demonios, estaba a favor de ella. Quería enmendar sus errores del pasado, dejar de causar daño a los demás, comenzar desde cero junto a Kenth.
Hela aceptó a Saeko y a Ares en el grupo para viajar al reino de los ángeles y dar apoyo a sus habitantes, y puesto que Hela estaba mejor decidieron partir la mañana siguiente.

Llegaron al orfanato por la tarde, y pasaron todo el rato formando un plan y llevándolo a cabo.

Empaquetaron todo aquello que les sería necesario y tras la cena pusieron su alarma y fueron a dormir.

Serían las cuatro de la mañana cuando todos se despertaron, cada uno cogió su equipaje y se dirigieron al tejado, que sería su punto de encuentro.
A las cinco de la mañana estaban ya todos reunidos, y como Saeko y Ares eran los únicos que habían desarrollado sus poderes tuvieron que llevar a Kenth y Hela.

Las formas demoníacas de Ares y Saeko eran muy distintas: Saeko tenía unas alas negras parecidas a las de un dragón aunque un poco dañadas y unos enormes cuernos negros y puntiagudos, mientras que Ares tenía patas traseras y cuernos de carnero y unas alas llenas de plumas negras, igual que sus cuernos y patas.
Kenth y Hela se agarraron fuertemente a estos y emprendieron viaje hacia su destino.

Pasaron dos, quizá tres horas hasta que la hermana Natsuki descubrió que estos habían escapado. Alarmada, informó a las demás monjas, y aunque estas buscaron durante muchas horas, no obtuvieron ningún resultado.

Capítulo 6 escrito por arael

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