Prologo

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“No tenía certeza de nada, y tampoco le gustaba pensar mucho, terminaba pensando en cosas que no tenían nada que ver con cosas del tema inicial, era alguien con un temor constante, así como con unas ganas de vivir inmensas, el problema era que su temor era vivir, o más bien sufrir al vivir algunas de esas experiencias que tanto anhelaba, pero es que el sufrimiento es inevitable, va prácticamente de la mano con todas las buenas cosas, la vida, el amor y la felicidad, ¿Qué podía hacer? Nada, solo arriesgarse de un modo u otro va a sufrir, que sea entonces porque hizo lo que quería; además tenía un montón de cosas claras en la vida, sabía que el amor verdadero solo existe una vez, es una persona designada para ti, una persona perfecta para ti, pero eso no asegura el que estén juntos, eso depende de cada uno, pero asegura fervientemente que si no lo están al final no serán del todo felices, el amor es trabajo, mucha paciencia, comprensión y escucha, quizás no todos les importe tenerlo o no, pero a ella sí.
Lo soñaba, lo visionaba, creía en los cuentos de hadas, el típico tipo perfecto, y en la bondad, ¿y porque no lo haría? Era aun una niña rodeada de amor, pero no como el que ella quería, de igual modo no le hacía falta nada, tenia lo necesario y más, y aunque era una niña, no creía que su pensamiento fuera el de una, quizás era ingenua por creer en sus sueños, o en el príncipe azul de sus libros, pero estaba segura que había alguien en el mundo que la iba a amar tanto o más de lo que ella pudiera jamás soñar, alguien que despertaría en ella hasta el más recóndito deseo, alguien que la ayudaría a explorar lo desconocido de sí misma y el mundo, alguien para quien ella sería el centro de su universo.

Ella era como dos polos opuestos en una misma persona, era comprensiva pero juzgaba lo que no entendía, era fuego cuando amaba y hielo puro con su indiferencia, tenía sus momentos de estar nerviosa y de vacilar, de dudar, y otros en los que era directa y precisa, sabía porque y qué quería y ya tramaba la manera de tenerlo, era magia en una mujer, pero era real, así que tenía fallas, tenía dudas y por supuesto miedos que le costaba admitir pero que tenia, sus  ideales eran fijos pero de mente abierta, no se negaba a nada, pero era cuidadosa, nunca del todo confiada, analizaba, observaba, estaba atenta pero era relativamente feliz.. siempre sintió que algo le faltó, que nunca estaba totalmente satisfecha.. Él le faltaba, lo necesitaba, era Él la ficha faltante, pero.. Él quería ser parte de ese rompecabezas?”

Sin total certeza - Sarah Bershak. Enero 13 de 2015.
  11:26 PM.

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