Me gusta mirar al cielo. Me trae paz, me hace feliz. Pese a que haga que sienta nostàlgia, incluso si hace que me duela el corazón.
Es en noches como esta, cuando el cielo esta totalmente despejado y minuciosamente adornado por las más brillantes esferas de luz, en las que agradezco que no sea astrónoma. Así no puedo ver lo diferente que es este cielo del mío y puedo encontrar consuelo en las semejanzas que yo quiero creer que hay. Permitiéndome sentir como si estuviera de vuelta en casa otra vez. Aun si no puedo evitar sentirme triste después. Aunque sepa que no importa cuanto se parezcan ambos cielos, ellos nunca seran el mismo.
Me gusta admirar el paisaje. Me trae paz, me hace feliz.
La isla en la que vivo es muy bonita. Hermosa, mejor dicho. Dan ganas de dibujarla, de sacarle una foto, de nunca apartar la vista, y todo aquel que haya visto este sitio estará de acuerdo conmigo. Nunca me canso de explorar y pasear por ella, es una gozada. Parece un paisaje sacado de un libro. Una vista fantasiosa, casi irreal. O al menos en mi mundo nunca vi ningún sitio así. Tampoco es como si hubiera vivido mucho, 15 años, y mi familia tampoco era muy viajera. Así que no es algo tan descabellado. Pero tampoco se parece a ninguna imagen que haya visto en Internet. Sin embargo, no quiero opinar de algo que no sé.
Otra cosa que me gusta es que aquí todo el mundo canta. A ver, no todos, pero en su gran mayoría, sí. Es muy raro que no haya alguien que no sea bueno cantando o sin ningún talento relacionado con el arte. Es el paraíso de todo artista. Aquí te encuentras gente cantando, bailando o actuando en prácticamente todos lados. Incluso yo cante una vez—me obligaron a hacerlo—con otros niños del pueblo en una festividad. Fue bonito, lo disfrute mucho.
También me gusta lo tranquilo que es este lugar. Los piratas no nos atacan y tampoco ocurre nada que pueda considerarse grave, que yo sepa. Es un muy buen lugar para vivir. Honestamente, no me molesta que sea tan tranquilo. Soy una persona más bien sedentària y no muy aventurera—por no decir que no tengo nada de eso—, así que no podria estar más feliz. Esto es todo lo que necesito, después de aquello lo último que quiero es vivir una vida movida y ajetreada. Lo que necesito es tranquilidad, un sitio estable donde vivir. Eso que siempre soñé en mi vida anterior.
Me da mucho miedo olvidar. Me desespera, me da pavor. Cada vez que pienso en ello se me corta la respiració, me dan ganas de llorar. Es como si me tiraran un cubo de agua helada. Siento frio, no paro de temblar, mi piel se pone pálida, de repente me siento mal, me siento enferma. No me gusta, lo odio.
Hace unos años—poco después de que cumpliera tres—empecé un diario. Allí escribo todo lo que recuerdo sobre mi vida pasada. Escribo mucho, soy muy buena para recordar, pero últimamente he comenzado a olvidar. No es algo que haya pasado de repente, de hecho, me pasa desde hace bastante tiempo. Poco a poco he ido olvidando cada vez más cosas, pero no fue hasta hace no mucho que comence a darme cuenta. Fue casi como una apuñalada al corazón. De pronto empecé a respirar por la boca, el aire que me entraba por la nariz ya no era suficiente. El pecho me empezó a doler, mis palmas se pudieron sudorosas y me aferre a mi propia ropa, no paraba de temblar.
Aunque la vez que peor lo pasé fue cuando intente dibujar a mi mamá y a mi abuelita.
Fue en el día de la madre, acabábamos de terminar una fiesta sorpresa que hicimos para Adela, mi madre de este mundo. Habíamos pasado bastante tiempo organizándolo, nos esforzamos mucho para que fuera especial. Pero, no pude evitar estar triste y se notaba. Hice mi mayor esfuerzo para ocultar mis sentimientos y fingir que estaba bien, me estaba saliendo tan bien...
Solo quería hacer hacer un dibujo de mi mamá y abuela... no podia verlas, me sentia muy sola mi familia, no pude despedirme la última vez que los vi, tampoco pude decirles cuanto les quería y no quería pensar que esa seria la última vez que los vería. Sin embargo, así fue. Ahora estoy aquí, encerrada en este enorme y peligroso mundo desconocido, donde puedo morir en prácticamente cualquier momento y de cualquier forma, yeeeeei. Por favor, nótese el sarcasmo.
Paso en la noche, todos estaban durmiendo, yo no podía dormir. No paraba de recordar a mi familia, como celebrábamos el día de la madre, los recuerdos tristes no me dejaban en paz, ya no podía más. Llore. Trate de calmarme y no hacer ruido, en vano, porque no pare de llorar, en vez de eso, empeore. No recordaba los rostros de mi familia, todo estaba borroso, no veía nada con claridad. Por suerte duermo sola, así nadie podía verme. En un intento desesperado de recordar intente dibujarlas, plasmar en un papel a dos de las personas más importantes de mi vida. No se porque pensé que era una buena idea, eso solo hizo que me pusiera peor.Mientras lloraba Adela vino. Estaba preocupada, me preguntó que pasaba, que fue lo que me hizo llorar. No pude responder, no me salían las palabras, era incapaz de hablar. Adela se acerco a mi con cuidado, parecía tener miedo de asustarme. Me preguntó si podía abrazarme, dije que sí, así que suavemente envolvió sus brazos alrededor mío, mientras me acariciaba la cabeza con una mano. No fue hasta ese momento que me di cuenta cuan hambrienta de afecto estaba. No es que no sea cariñosa o algo así, no, nada de eso. Pero me es incomodo ser así con ellos. No es que no les quiera, no. Todo lo contrario, les quiero mucho y tienen un lugar especial en mi corazón, pero mis recuerdos son una barrera que me impide verlos como lo que son, mi familia.
No quiero que remplazen a mi familia, tengo miedo de que lo hagan, tengo miedo de olvidarlos, se siente como una traición. Me hace sentir culpable, me hace sentir mal.
Adela me consoló, estuvo a mi lado toda la noche, sosteniendome contra su pecho mientras me susurraba palabras alentadoras. Me preguntó si era una pesadilla, asentí con la cabeza. Era imposible que le dijera la verdad, dudo que me creyera. Tampoco se como reaccionarian. Esto es un secreto que me voy a llevar a la tumba.
Ella me canto una nana para tranquilizarme, la escucho desde que prácticamente llegue a este mundo, es una canción muy bonita, definitivamente de mis favoritas. Me ofreció dormir con ella, en su habitación—junto con mi padre y mis hermanos pequeños de este mundo, obviamente—, estaba demasiado triste como para dormir sola esa noche y pensé que seguramente tendría pesadillas, así que accedí. Dormi bien aquella noche.
Añoro que me llamen por mi nombre. Se me hace extraño que no lo hagan. Es incomodo, no me gusta. Siento como si fuera otra persona, como si no fuera yo, me hace sentir falsa.
Mi nombre, ahora, es un apodo. Aunque no era mi intención que lo fuera. Lo que pasó, fue esto: Todas mis cosas tienen mi nombre en algún lugar. Esto lo hice por miedo a olvidarlo, inicialmente todos estaban un poco extrañados del porque hacia esto y me preguntaron la razón, así que les mentí diciendo que era un apodo que me había puesto un niño con el que jugue hace tiempo. Fue a partir de entonces que todos empezaron a llamarme por mi nombre y poco a poco dejaron de utilizar el que me pusieron aquí.
Aprecio mucho todo lo que hacen por mí, siempre hacen que me sienta cómoda y feliz. También me han soportado desde que llegué a este mundo, incluso me ayudaron con mi—creo yo—fobia a enfermarme. Después de haber muerto a causa de una enfermedad durante una pandèmia, me dan miedo las enfermedades y siempre que se menciona una la paso fatal. Sobretodo cuando la paso yo. Es como si reviviera aquella enfermedad, como si volviera a pasar todo otra vez. Lo odio.
Tampoco soporto a los medicos, ni siquiera puedo acercarme a un hospital. Así que trato de cuidarme lo más que pueda para no volver a ponerme enferma otra vez. Las pocas veces que lo hice las pase horriblemente mal, pensé que iba a morir, casi me da un ataque de ansiedad cuando me di cuenta de los síntomas. Pero, afortunadamente, me pudieron calmar antes de que todo fuera a peor. Estoy realmente agradecida por ello.
Adela y Ulises són de los mejores padres que hay, han educado muy bien a sus hijos y todos son muy unidos. Me recuerdan un poco a mi familia, estoy feliz de haber nacido aquí. A veces siento que no los merezco, pero no quiero pensar en ello. Solo me limito a disfrutar de los pocos momentos de paz que tengo, y no podría estar más feliz por ello.
Me gusta estar aquí. Me siento bien, soy feliz.
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Past
FanfictionEl pasado es una parte muy importante de nosotros, es lo que nos hace quien somos, es la causa de lo que hacemos en el presente y es lo que da forma a nuestro futuro. También a veces lo que no nos permite seguir adelante. El muro que tenemos que su...