Capítulo 1

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Su rutina era la misma, cinco veces a la semana acudía a la escuela donde los humanos le daban la bienvenida.

Incluso si la mayor parte de su día se la pasaba mirando por aquella abertura que dejaba a la vista el amplio patio que la escuela proporcionaba.

Mientras el cantar de los pájaros se sincronizaban con el danzar de las hojas de los árboles, siendo la voz del profesor lo último que escuchaba.

Cientos de años uno tras otro, la misma sincronía de la naturaleza era la misma que hace siglos pero igualmente era hermosa.

Risas, fue un nuevo ruido que muy a duras penas logró captar.

Incluso si no era necesario bajar su rostro para ver de donde provenía ese ruido, con el rabillo del ojo lo logró localizar.

Donde el chapoteo del agua siendo golpeada entre sus cuerpos mientras al mismo tiempo pisaban el pequeño charco que se formaban a sus pies.

Tao, Takeo y M-21 eran los dueños de aquel curioso ruido, mientras que Tao se reía a carcajadas, Takeo tenía una sonrisa burlona y M mostraba una mirada enojada mientras les aventaba el contenido de una cubeta llena de agua hacia los dos seres, siendo los causantes de el porque se encontraba empapado.

Pero incluso si mostraba su molestia, no significaba que no se estaba divirtiendo. Y eso lo sabían.

Todo acabó al llegar una señorita que trabajaba para Frankenstein quien les llamó la atención por el desperdicio de agua y el caos que ocasionaron.

Siendo su única respuesta una reverencia por parte de los tres, quienes aún empapados trataron de seguir con su trabajo.

Y es algo que no entendía

Las actitudes humanas aún eran confusas para el, aunque también sus nuevas costumbres.

Incluso si los humanos tienen una edad momentánea, donde deben actuar acorde a ese número, muy raras ocasiones no lo hacían y actuaban a una distinta.

Siendo un ejemplo aquellos tres seres que vivían con él, donde llegan a actuar infantilmente pero en corto tiempo cambian a una actitud más madura.

Y era confuso a su parecer.

Aunque con el pasar del tiempo llego a comprender ciertos comportamientos, comportamientos que alguna vez pensó que era mál vistos o incorrectos de hacer.

Una idea errónea que le hicieron creer sus antiguos ancestros.
Siendo que el mundo era peligroso para ellos, incluso si pocas veces vio lo contrario pero aún así no se negó a contradecir esas palabras, siendo la ventana su único mundo, donde los cambios de clima y las raras veces que un pequeño ser se posicionaba en su mirar, siendo los únicos que lo hacían creer que su mundo seguía existiendo.

Donde la compañía de sus familiares se hacía poco a poco inexistente para su ser, aunque había una excepción.

Su gemelo.

El cual fue el único que lo acompañó en su silencio, donde era, en ese entonces, el único que podría interrumpir su silencio e admiración por aquella ventana, con su suave voz ante la lectura de un libro que él desconocía.

Donde horas podría no prestarle atención a su ventana solo para escucharlo leer en voz alta.

Con su suave, tranquila pero a la vez grave, tono de voz.

Y con ese último pensamiento, el timbre fue el causante de dar fin a su remembranza, dejando un amargo sabor de boca en el noble quien negó severamente ante aquellos pensamientos.

Dejando escapar un suspiro, siendo pasado desapercibido por los niños que lo acompañaban a todos lado, quienes se enfocaron en llegar al lugar de Regis, quien aún con su inconformidad de tenerlos rodeando su mesa, no trató de correrlos.

¿ℍ𝕖𝕣𝕞𝕒𝕟𝕠? (ℕ𝕠𝕓𝕝𝕖𝕤𝕤𝕖)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora