Décimo Tercer Capítulo

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Confesiones

En el jardín

Wolfram y Dominick, seguían bailando como si nada hubiese pasado, que los años alejados parecía que nunca existieron.

El rubio se cuestionaba seriamente la situación, sabía que le gustaba ser mimado, amado y protegido, pero también sabía que su corazón en estos momentos, estuviese herido por el moreno, no significa que de la noche por la mañana se olvide del amor que siente por el maou, independientemente de todo, ambos son importantes para él.

Estaría bien el blondo en arriesgarse otra vez, pero por alguien que no es la persona de su corazón, apostar por su antiguo amor, sería posible que pueda un amor antiguo superar un amor actual, está confundido y teme por esa confusión pierda otra persona importante.

En cambio el peli azulado, estaba disfrutando esos momentos, él también es consciente que Wolfram, solo acepta sus gestos porque lo necesita este, siente que está aprovechando esa debilidad, tal vez de debería marcar una distancia sana, el único lastimado saldría él mismo, además está jugando con fuego irónicamente con un demonio de fuego es algo peligroso.

Sería mejor para todo, tratarse como amigos, no como prometidos cuando el doncel tiene ya alguien en su corazón.

Aunque ambos pensaran la situación, no se separaron para nada, seguían juntos mirándose mutuamente ignorando las miradas de sus espectadores desde los ventanales.

Claro que los involucrados se olvidaron que hicieron un baile de prometidos, y confirma que son prometidos, otra vez.

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En la habitación de invitados

Tsuki, desde la habitación utilizando su poder mental, ordena a los dragones que están en la ciudad, vayan a las montañas y no ataquen a nadie, se había olvidado de ellos, por muchas emociones además por su bebe que vienen en camino.

-Arturo, ¿confías en Isabela?- cuestiono mirando a su amor.

-Es duro enterarse, que nuestra primera vida fuésemos enemigos- musito mirando al doncel- pero tiene razón, nuestras decisiones llevaron esos resultados- miro arriba y después a su acompañante- sé bien que en parte es mi culpa, mate a Kai, en ese tiempo, sin contar a Hanna, eran los únicos que ayudaban equilibrar a Morgana y Mordred- finalizo tristemente, porque esos sucesos convirtió como enemigos a la que era su hermana, en su peor enemiga.

-no has respondido mi pregunta- recalco el pelirrojo viendo fijamente a su acompañante.

-confió en Isabela, fue mi guardiana y sé que ella no será nuestra enemiga- lo dijo sin dudas- pero en caso que se vuelva ser Morgana, será difícil para mí matarla- menciono con sinceridad- fue mi guardiana y me protegió, también en este tiempo es tu hermana, lo sabemos porque fueron concebidos por los mismos padres, solo que Logan te robo- asintió por lo dicho de su pareja- como dijo oráculo es Isabela, mi querida amiga y mi confidente, eso me basta- sonrió finalmente, el doncel solo correspondió esa sonrisa.

-Si es así, confiaré- confirmo el doncel- por cierto, quiero contarte algo- dijo acercándose seductoramente y sentándose en horcajas de su amor.

-dime- musito besando el cuello del doncel.

-¿Qué deseas niño o niña?- pregunto juguetonamente con sus manos acariciando encima de la ropa el pecho del mayor.

Arturo dirigió la mirada al abdomen plano de Tsuki, sonrió tontamente al fin tendría un hijo con su amor, el fruto de este sentimiento que les unen, procedió levantarse haciendo que el doncel enredas sus piernas en la cadera del mayor, este depósito lentamente al pelirrojo en la cama.

La sombra de los celos del pasado ( yuuram)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora