.・Olvido・. [Ray x Fem. Reader]

・1・

Un día más, frío y nublado como cualquier otro en la vida del azabache, caminaba por los pasillos de su hogar escuchando el eco de sus pasos en aquella vacía construcción; encima de la cuadrada mesa de madera que estaba ubicada en la cocina, se encontraba un pequeño pedazo de papel, ya algo muy familiar para el chico.

Tu desayuno está en el microondas, asegúrate de desayunar antes de ir a la escuela, últimamente tenemos mucho trabajo así que no podemos acompañarte hoy tampoco.

-con amor, tus padres

Un pesado suspiro escapó de sus labios, no le sorprendía que nuevamente ellos no estuvieran en casa. Subio las escaleras en dirección al baño, en el cual cepillo sus dientes y tomó una fría ducha para refrescar su mente, fue a su habitación para vestirse e arreglarse con su uniforme; con sus materiales listos, bajo con su mochila en mano, de nuevo, en dirección a la cocina.

Dejó el bolso en una de las sillas y se acercó al refrigerador, lo miró por unos segundos para luego meter su mano, sacando de allí un envase de jugo; se dirigió al mueble de los trastes e sacó un vaso en el cual se sirvió el jugo, lo tomó y lo dejó en el fregadero.

Abrió el microondas, observó la caja de color celeste y la agarro con cuidado para meterla en su mochila, puso el recién mencionado objeto en su hombro mientras caminaba a la entrada principal en la cual se puso sus zapatos y salió cerrando la puerta.

"Se acerca el invierno o...tal vez solo soy yo viendolo de esa forma"

Pensó mirando un cielo repleto de nubes de diferentes tonalidades grisáceas, se sentó en las bancas de la parada de autobuses y observó en silencio las carcajas e conversaciones de un grupo de jóvenes que estaban frente a él.

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Bajo del bus escolar tomando una gran bocanada de aire, la cual exhalo unos segundos después mientras caminaba a su respectiva aula de clases para un nuevo comienzo de semana con el mismo monótono horario e actividades del año, abrió la puerta corrediza y entró siguiendo su camino con su vista puesta en su asiento; el eco de unas pisadas apresuradas se escucharon cerca del salón, cosa que llamó la atención de todos en aquella habitación.

-¡ugh!-se quejo el azabache algo sorprendido.

-¡Buenos días, Ray!-saludo alegremente la pelinaranja que se había tirado sobre él.

-Buenos días, Emma-dio una pequeña sonrisa.

Cada vez que la veía, sentía y oía, era como si todo rastro de tristeza, nostalgia o melancolía que existía en su vida, se esfumara inmediatamente, dando a lugar a la alegría, tranquilidad y cariño entre aquellos dos adolescentes.

-¡vamos a buscar a Norman!-exclamó sonriendo.

-si, vamos-le respondió con un suspiro  y una pequeña sonrisa.