Sangre

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Nuestro relato comienza hace ochenta años. La temible opresión de los nacionalistas (nazis) hizo que los países del este de Europa tuvieran que idear un plan para vencerles. Por ese motivo Rumanía decidió intentar crear un ser mitológico cuyas leyendas circulaban por todo el país y por todo el mundo. Se trataba del vampiro. Debían crear un vampiro potente que sirviese al país si los Alemanes intentaban ir a por este. Todo el plan era perfecto. Contaban con la ayuda económica y personal de múltiples países de la zona. Solo tenían que resolver un fallo: el vampiro tenía que vivir de día.

Para ello tuvieron que improvisar e inventar máquinas para crear cosas que aún no existían y que a día de hoy ni se conocen. Tras mucho trabajo el diez de mayo de mil novecientos cuarenta el vampiro estaba terminado. Lo único que hacía falta era tirar de una palanca y darle vida.

Y por fin llegó el momento clave del día d. Uno de los científicos que habían intervenido en el proceso fue quien le dio a la palanca. En ese momento el vampiro que había sido llamado Legendary Weapons Project V01 o Liwip Vampirus cobró vida. El proyecto había sido un rotundo éxito.

De repente, algo cambió. Liwip se volvió literalmente loco y huyó hacia un bosque matando a todos los presentes. Habían creado a un monstruo.

A continuación nos situamos en dos mil doce. Liwip sigue en el bosque matando a todos los animales para alimentarse; pero también desarrollando una extraña capacidad: adquiría los pensamientos, los sentimientos y los recuerdos de todo lo que mataba. Esa habilidad le había permitido comprender y evolucionar hasta hablar incluso. Es más, se podría decir que Liwip sabía razonar y sentía remordimientos por lo que hacía, pero no podía parar de hacer daño. Su codicia por la razón y los pensamientos más avanzados era su perdición. Siempre ansiaba más. Nunca estaba lleno. Tal era su lucha interna que intentaba morderse a sí mismo, pero descubría que no era capaz porque no tenía sangre. El dolor psicológico le mataba por dentro, pero el físico de no comer también. Ya no sabía qué debía hacer. De pronto, vio a una joven caminando por el bosque. Él no quería matarla pero no podía controlar su cuerpo hambriento. Liwip se abalanzó sobre su víctima y la mordió en la yugular. Ella, por su parte, sacó una navaja del bolso y se la clavó en el costado al vampiro haciéndole sangre.

De pronto el vampiro descubrió que él también tenía sangre. Eso significaba que no era indestructible. Podía ser asesinado, podía poner fin a todo. Pero no con una puñalada en el costado.

La chica perdía sangre de litro en litro. Si no se hacía nada podría morir en segundos. Entonces el vampiro tuvo una revelación: la forma de liberarse de las restricciones físicas de su cuerpo que le obligaban a matar era liberarse del propio cuerpo. Ahora ya estaba claro.

No sabía si funcionaría pero lo tenía que intentar. En un acto de redención volvió a morder a la joven solo que esta vez no para quitarle la sangre, sino para darle la suya.

Pasado un minuto la herida de la joven se cerró de forma milagrosa y Liwip murió en paz sabiendo que esa joven sobreviviría y que contendría su espíritu.

Pasadas unas horas la joven se despertó y notó algo raro dentro de sí misma y de su boca. Sacó su teléfono y abrió el modo selfie de su cámara. Entonces observó horrorizada la verdad: le estaban creciendo dos colmillos.


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