Mi nombre es Taylor pharnell, nunca he amado, he visto el amor en películas, libros románticos y en las canciones románticas, pero blablablá, no digo que nunca me ha atraído un chico, sería bastante extraño, ¿cierto?, solo nunca he querido a alguien tanto como para dar mi vida, nunca me he entregado completa, física y mentalmente. Pero, ¿Qué más da? Solo tengo 14 años y aunque algunas personas digan que para el amor no hay edad, para mí sí. Pienso que tienes que ser lo suficientemente maduro para amar. Pienso que tienes que pensar en tu felicidad primero, para luego hacer feliz a alguien más. ¿Porque si tú no eres feliz, como piensas hacer feliz a alguien más, si tu no lo eres?, Es por eso que considero ridículas a aquellas chicas de mi edad que dicen “amar”.
O al menos eso pensaba hasta que un chico especial llego a mi vida, bueno, digamos que dos chicos. Me encuentro en un triángulo amoroso, lo cual no es nada fácil, porque por cualquier camino que tome, alguien saldrá herido, Incluso yo. Pero eso no es lo más importante en mi vida, hay algo que no me deja dormir, pienso en ello todos los malditos días y ese “algo” se llama “papa y mama no dejan de pelear”, es un tema que me tiene tan desconcertada, y es aquí donde me pregunto ¿Cómo las personas cambian tanto con el paso del tiempo? Mi recuerdo más hermoso de la infancia, es toda mi familia conviviendo, riendo, bromeando y papa enseñándonos a tocar la guitarra a mí y a mi hermana de 16. Esos tiempos se han agotado, ya nada es igual.
