Sorpresas

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    Cuatro personas sentadas alrededor de una mesa y una quinta en los fogones de la cocina. Todos se giran para mirarme, me siento incómodo; sus ojos parecen atravesarme.

    Todos son hombres, algunos me miran divertidos, otros aburridos y otros, con curiosidad.

    Me apresuro en disculparme con tímidas excusas. Sólo consigo ponerme más nervioso. Miro para ambos lados y empiezo a retroceder; pero la persona que estaba de pie me agarra del brazo y me tira hacia dentro con una sonrisa amable.

    -Corre, corre; te estabamos esperando, ven a desayunar con nosotros.

    Su voz era armoniosa y amble; casi me disculpo otra vez por haber entrado cuando me sientan en la mesa y me ponen un enorme plato de comida delante de mí.

    Después de mirar agradecido y hambriento, miro a mis compañeros, si puedo llamarlos así. Ahora que me fijo, son casi tan jóvenes como yo. Puede que tengan uno o dos años más.

    -Emm...Esto, yo...-empiezo tímidamente.

    -Bueno, yo paso de esta mierda -dice el chico a mi izquierda, levantándose con aire cansado y aburrido.

    Tiene el pelo muy oscuro y la piel blanca enfermiza. Sabía que no debía estar allí.

    El chico del pelo negro suelta el plato de comida con desdén y sale sin despedirse, dándonos la espalda. Cierra la puerta tras de él.

    A penas me giro cuando el chico más próximo a mi izquierda me toca el hombro con cariño.

    -No te preocupes -dice-, él siempre es así con alguien nuevo; pero, en verdad, es un pedazo de pan blanco. Te acostumbrarás.

    Asiento confuso y avergonzado y empiezo a comer intentando conservar los modales. Intento fijarme en todos los que quedan disimuladamente.

    El chico que me ha hablado antes tiene el pelo castaño y es parecido al chico maleducado de antes, supongo; pero parece más agradable y... creo que tenía un ojo de color azul y otro marrón, pero no estoy seguro.

    El chico que está en frente mía es rubio, casi albino, demasiado blanco. Y los ojos azules muy claros. ¿Podría tener albinismo? Me da vergüenza preguntarle. Tiene una sonrisa amable, tranquila y relajada. Es casi como si tuviese una sonrisa imperturbable. Da miedo pensar por qué está siempre así.

    De repente, nuestras miradas se cruzan.

    Él me sonríe más abiertamente, como si me saludara; yo retiro la mirada rápidamente, avergonzado.

    Con la mirada fija en el plato, sigo escuchando la dulce canción que está tarareando y los ruidos de los cubiertos con los platos. Empiezo a sentirme sentirme incómodo.

     Levanto la mirado levemente a mi derecha.

    Hay un muchacho, parece tímido. Es pelirrojo; aunque no me haya mirado, puedo sentir que me está vigilando. Parece tener miedo, pero veo que se sonroja.

    Confuso, vuelvo a mi plato. Casi he terminado cuando el chico que cocinaba se sienta cerca mía y me revuelve el pelo.

    Me encojo avergonzado. ¿Por qué está haciendo esto?

    Cuando para, me mira fijamente con una sonrisa pícara.

    -¿Q-qué? -le pregunto

    -Tienes pecas

    -¿Qué?

    -Tienes pecas. Considero las pecas adorables -responde

    Parece más mayor que los otros aunque solo un poco. Tiene el pelo castaño y los ojos azules bastante oscuros.

    -Gracias -contesto confuso.

    -¿Por qué? No tienes la culpa de ser adorable.

    -¡¿Eh?! -respondo sobresaltado. Siento el calor subiendome por las mejillas.

    El chico empieza a reírse. Qué vergüenza, me siento aún peor que antes.

     -Déjalo ya, Purple -le reprocha el chico que estaba en frente mía.

    El chico al que han llamado ''Purple'' se vuelve a mirarlo con desdén.

    -¿Por qué? -le escupe-, ¿acaso debería?

    -Le molestas - responde sin perder su sonrisa agradable.

    Yo miro a ambos muy confuso, sin llegar a entender del todo lo que está pasando.

Busco explicación en el chico pelirrojo de mi derecha.  Él me mira avergonzado y esquiva mi mirada fijándose en su plato.

    -Eh... -intento dirigirme hacia la discusión, ellos dos se giran y me mirar fijamente. Casi me arrepiento de haber hablado-. Bueno, es-...

     -No te preocupes, ya volveremos a hablar. Si me disculpas -hace un ademán de cortesía, se levanta de la mesa y se marcha por la puerta.

    Sigo sin comprender nada; después de seguirle con la mirada, me vuelvo al chico rubio casi albino en busca de explicaciones. Éste me sonríe ablemente, se levanta y se despide de ambos con un cordial saludo

    -Hoy a las cuarto será la reunión. Hasta entoces, deberías acostumbrarte al lugar y descansar. Nada más. Id en Paz.

    Estoy a punto de preguntarle cuando ya a cerrado la puerta tras de sí. No entiendo, ¿hoy a las cuatro habrá reunión?, ¿ de qué? ¿"Id en Paz"?

     Ahora sí que no entiendo nada.

    Me giro para mirar al chico pelirrojo, pero él se levanta corriendo, suelta el plato y se despide con un atropellado "Hasta la reunión".

    Termino de comer e imito a todos, dejando el plato en la cocina.

    Creo que volveré a mi cuarto y descansaré hasta las cuatro, pero tendré que encontrar un reloj primero. Me gustaría saber que está pasando aquí.

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