Como acabar mal el día

El principio del fin

Todo empezó hace unas cinco horas más o menos. Decidí superar mis miedos a volar, haciendo un viaje vacional a Miami, Estados Unidos, para huir de la rutina de mi actual país : Francia. Hasta ahí todo bien, pero pronto ocurriría lo inimaginable.

Una vez dentro del avión, y tras el despegue, y junto a un rato de travesía, oí un ruido atronador, que venía de la ala derecha del avión: el ala se desprendía a pedazos. Y lo peor no era eso, lo peor era que el maldito recién nacido que sujetava la mujer de mi lado, me echo la papilla encima, acompañado de los gritos de todo el colectivo de los tripulantes y pasajeros del avión. De repente noté que el avión estaba en una posición muy vertical, me percaté de ese detalle, por el simple hecho de que el puñetero bebé salió disparado, junto a su madre, hacia la puerta de la cabina del piloto, dónde ya habían más pasajeros. ¿Pero sabéis que? Estabamos a punto de estrellarnos conta el océano, y en un acto de locura extrema, rompí el cristal del lado de mi asiento, y me lancé sin pensarlo dos veces al exterior del avión justo unos segundos antes de que impactase, obiamente,  y justo unos segundos antes de impactar de lleno contra el agua, y de notar un dolor bastante intenso en mi cuerpo.

Esto es lo único que recuerdo hasta el momento, por el simple motivo de que acabo de despertar del desmayo provocado por el golpe, y me encuentro en una isla enana, de arena blanca y fina, enmedio del imenso oceáno Pacífico.

Pero por lo menos estoy vivo ¿no? Pronto descubriría que sería mejor estar muerto...