Parte única

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Advertencias: Narrado en primera persona, no soy muy buena, lo siento. Basado en el video de multimedia, todos los créditos del video a sus dueños originales, solo los uso como referencia.

Canción: Lo aprendí de ti, Ha-Ash.

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Te conocí una tarde cualquiera. No me pareciste nada especial al principio, solo una cara nueva con la cual, potencialmente, actuaría en el futuro. Y así fue, nos volvimos compañeros de trabajo.

Fuimos seleccionados para actuar como una pareja, ¿recuerdas? Claro que lo haces, aquellas escenas en las que aparecimos fueron, y seguirán siendo, un recuerdo intachable, al menos para mí.

Puedo culpar a las horas de práctica, al constante skinship o a tu simple presencia, pero la verdad es que me enamoré.

Me enamoré perdidamente de tu risa, tus gestos, de tu forma de hablar. Me enamoré de ti.

Pero éramos actores, y peor aún, estábamos en pleno rodaje, no podía simplemente dejar que mis sentimientos siguieran fluyendo, mucho menos de manera unilateral.

Así que comencé a parecer distante, hablaba contigo solo en las prácticas y entre escenas, no quería darme falsas esperanzas.

Sé que suena algo infantil, pero entiéndeme, era la única forma que conocía. Sentirme así me dolía, era un dulce dolor, pero en ese entonces supe que lo mejor era cortar mis sentimientos de tajo.

Traté de ser profesional.

Traté de ser adulto.

Traté, traté, y tanto que hice, pero nada de eso importó.

Al final, tú llegaste buscándome. Con tus ojos tristes, con la mirada perdida, me suplicaste que te perdonara por lo que sea que hubieras hecho, querías una explicación también. Dijiste que era culpa tuya el que nos distanciásemos, no entendí cómo llegaste a esa conclusión, pero igual no le quitaba lo cierto.

Estaba atardeciendo, así que te hice entrar a mi apartamento. El pequeño Chopper comenzó a ladrar y gruñir en cuanto te vio, siempre tiene esa reacción con la gente, por lo que no le tomé importancia.

Hablamos y quise darte excusas, cansancio, el estrés de los fanmeetings... no creíste ninguna palabra.

Probablemente porque te rehuía la mirada. No estaba en mis planes declararme esa noche, sin embargo, eso hice.

Ya no lo soportaba, eran demasiados sentimientos, necesitaba que salieran, que fueran entregados. Me miraste, sorprendido, yo no podía más; tuve que apretar ambos puños sobre mis piernas, sabía que, si no me controlaba, saltaría a besarte en ese mismo instante, porque pese a tu estupor, aquella tierna mirada me hacía temblar.

El sorprendido fui yo al sentirte sobre mí, besándome.

Besándome como tantas veces soñé, besándome de aquella forma tan diferente a nuestros personajes en pantalla.

Así no lo hacías frente a cámaras, esto era distinto. Más real.

Me besabas, y yo al fin pude dejarme ir. Un peso se había retirado de mis hombros.

Tomé tu nuca y profundicé el contacto, tú te subiste a mis piernas y te restregaste contra mi cuerpo. Se sintió maravilloso.

Pero entonces te apartaste, me miraste con pánico y algo más, algo que no supe identificar.

Toqué tu cara, en busca de respuestas por tan abrupta separación. Pero me golpeaste el dorso de la mano, después te levantaste y, murmurando palabras casi inentendibles, recogiste tu bolso.

Gracias [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora