CAPITULO I

391 29 10
                                    

Jimin pegó un grito de dolor cuando el despertador le calló encima de la cabeza, sonando ruidosamente.

Lo cogió y lo tiró con fuerza contra la pared, pero este no se rompió como sus predecesores.

Se había cansado de tener que comprarse un despertador distinto cada día, así que esta vez había elegido uno a prueba de golpes, uno recubierto de goma resistente. Así que podía tirarlo a placer sin que este se rompiera.

Se levantó a regañadientes de la cama y se dirigió al baño para ducharse, una vez limpio se secó con una toalla y fue a ponerse su ropa de Jounin.

Se preparó un cuenco de ramen y cuando hubo terminado, dejó los platos en el fregadero, cogió las llaves y salió del apartamento para ir al campo de entrenamiento siete, donde había quedado con sus compañeros.

Cuando fue llegando pudo ver a Dahyun y a Jungkook. Ella le mostraba el puño, como amenazándolo  y Jungkook se limitaba a mirarla con una de sus típicas sonrisas falsas, no vio a Yoongi por ningún lado.

— Llegando tarde cómo siempre,  dobe —dijo una voz desde lo alto de un árbol,  Jimin miró, y allí apoyado en una rama con la pose made In    "Soy el Dios del mundo", se encontraba Min Yoongi mirándolo con esos inquietantes ojos negros, los que hacían que se le erizará el vello de la nuca cada vez que los sentía posados sobre el.

—Y a ti qué te importa a que hora llego, Yoongi-baka— dijo Jimin metiéndose las manos en los bolsillos y alejándose de él.

Pero Yoongi no hizo caso del desaire y de un salto se puso junto a él, para poder caminar a su lado, he intencionadamente, metió una atrevida mano por debajo de la chaqueta del rubio, para acariciarle la espalda sensualmente.

En cuanto Jimin sintió la mano indagadora, se alejo de él de un salto, mirándolo con el ceño fruncido.

-—¿Se puede saber que mierdas haces, baka?  — gritó Jimin.

— Creo que es bastante obvio— Acariciarte rebatió el moreno como si fuera la cosa mas normal del mundo.

— ¿Ah sí? ¿Y quién te ha invitado a hacerlo?

— No me hace falta invitación. Yo me invito solo —respondió Yoongi arrogantemente.

— Maldito pervertido de mierda, la próxima vez que te apetezca tocar a alguien, por qué no acudes a tu numeroso club de fans. Estoy seguro de que estarán encantadas de atenderte.

— ¿Qué pasa, dobe? ¿Es que acaso te pongo nervioso? — le preguntó el azabache maliciosamente.

—Ni en tus mejores sueños, baka —y se alejó de él hecho una furia.

Yoongi lo vio alejarse y sonrió con prepotencia. Que fácil era hacer enfadar a ese dobe.

Era uno de los mayores placeres de Min Yoongi. Ya que su favorito era imaginarse una y mil formas de cómo montárselo con Jimin.

Tal vez ya fuera hora de llevar sus fantasías a la realidad. Ya estaba cansado de esas caricia"accidentales".
Quería profundizar más y vaya que lo conseguiría.

Y con esos pensamientos en mente se acercó a sus compañeros, para esperar a Namjoon sensei, que como siempre, llegaba tarde.

Cuando llegó el jounin, con sus típicas excusas, les dijo que hoy habría entrenamiento por parejas.

Dahyun vs. jugkook, Jimin vs. Yoongi,
Dahyun estaba contenta  ya que podría dar de lo suyo a Jungkook, sin ningún problema.

Jimin se enfadaba, porque una vez más le tocaba pelear con Yoongi.

PURA PERVERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora