PRÓLOGO

51 10 38
                                    

Ojalá estuviera es un sueño, en uno del que pudiera despertar ya, no quiero estar en una realidad donde el ya no esté, donde no pueda seguir a su lado, mi gran amor ha separó el alma de su cuerpo, el se sumergio en un sueño donde dormirá eternamente, el ya no estará de nuevo conmigo.

Solo el hacía que mis días mejorarán, solo el, le dio color a mi mundo gris, el me amo como nadie jamás lo había hecho, me cuido como nunca alguien lo hizo, el me hizo inmensamente feliz.

Y ahora… el ya no estará jamás a mi lado, ya no  veré su sonrisa al llegar al Instituto, ya no caminaré con el de regreso a casa, ya no escucharé su risa, ya no veré esos hermosos ojos color café cuando me decían te amo, sus labios ya no estarán sobre los mismos, su cuerpo no estará más con el mío. El ya no estará presente en mi vida.

No recuerdo que pasó, hace cuatro días desperté del coma, donde no supe nada, y lo último que recuerdo es a él y a mi, en la carretera, íbamos en su auto de regreso a casa, el manejaba y cantábamos nuestra canción a todo pulmón, estábamos por llegar y el se detuvo por gasolina y yo bajé al baño, después continuamos el viaje y ahí es todo lo que recuerdo, ya no más.

El y yo salimos de vacaciones por el fin de curso, fuimos a un cabaña donde nos entregamos, dónde unimos  nuestras almas, el y yo podíamos ser uno solo, por el resto de nuestras vidas, y ahora ya no estará a mi lado, todas nuestras promesas se esfumaron, por qué sin el ya no valen nada.

Estoy caminando hacia su ataúd, los familiares de el me miran con desprecio, no me querían aquí, me acusan de haberlo matado, pero no se comprobo que fue así, y yo sin recordar nada me culpo a cada instante, por qué si tengo algo de culpa, solo que no recuerdo, solo siento que es así. Porque, ¿Cómo es posible que yo esté viva y el no?, Si estábamos juntos, y solo el ha muerto.

No me quitan su mirada de  odió mientras avanzó, pero no me detengo, tengo que despedirme de el.

-mi amor, pajarillo, tú volarás a otro aire, y me duele saber que me dejas, me dejas sin ti, sin tu amor, no quisiera dejarte ir, rogare por alcanzarte, ¿sabes?-digo con mi voz muy débil y los ojos empezando a gotear-Tu fuiste mi paz en este tormento, tú fuiste el ancla que me mantenía a flote, tú y solo tú eras mi felicidad, y ahora te vas, y me dejas cómo quisieras retroceder el tiempo y evitar eso, perdóname por favor-no puedo evitarlo y lloro abrazando su ataúd, con todas las fuerzas que tengo.

-eres una perra, lloras aún sabiendo que tú lo mataste, por tu culpa el ha muerto-me grita la madre de Robert, pero intento ignorarla y hacer que sus palabras no me dañan, aunque por dentro estoy muriendo.

Me separó un poco de su ataúd y aún con lágrimas en los ojos quiero decirle mis últimas palabras.

-pajarillo-continuo- me enseñaste a quererte, amarte, pero no me enseñaste como vivir sin ti, gracias por todo fui demasiado feliz contigo, te prometo que en otra vida estaremos juntos y seremos felices y todas nuestras promesas se cumplirán. Hay muchas cosas que quiero decirte, pero tengo que dejarte ir-finalizo.

Quiero seguir abrazándolo, por qué yo siento que el sigue aquí, siento su leve precencia, pero su madre me aparta de un empujón y llora en su ataúd, yo estoy quieta sin poder moverme, y lloro con todas mis fuerzas.

Después de un rato me informa Camila que es hora de enterrarlo, por la espalda me abraza y observo como la tierra en su ataúd enterrándolo, enterrando todo lo que un día fue mi gran amor.

Ahora que se que, sin el nada en mi será igual,  porqué el era lo que me mantenía bien, y ya no está, no hay antídoto para la tristeza, ni la salida del dolor, no existe algo que ayude con el sufrimiento, no hay nada que me mantenga bien, no hay nada, porqué después de el nada sigue para mí.

Después de el, ¿Qué sigue?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora