Han pasado un par de semanas desde que pude recuperarme de la fiebre, también un par de meses del susto que me dio Angella cuando cayó enferma, aunque después de recuperarse se sintió culpable por los inconvenientes y el susto que me causó. En realidad es que la única culpable aquí soy yo. A decir verdad, debí prestarle más atención a ella antes que a las estrellas, aunque podría justificarme y decir que fue un simple descuido, pero la realidad de que no lo fue, y es que Angella apenas tiene 5 años.
—¡Muy bien! Es hora de irnos. —Acomodo un pequeño brazalete en su muñeca derecha, esta contiene piedras iluminantes, si bien eran útiles para los senderos oscuros, también se pueden utilizar para defensa. La intensidad de la luz de una parece una explosión de destellos, deja totalmente ciegos a cualquiera que las viera, el efecto solo tarda unos 10 minutos—. Recuerda, cuando sea necesario que lo utilices, simplemente levanta el brazo y cierra tus ojos. ¿Entendido?
Ella asiente con seriedad mientras contempla el brazalete, este era la primera vez que le daba algo con qué defenderse, aun si el cristal era completamente inofensivo para mí, pero muy peligroso para una niña, pero siendo sincera, era lo más inofensivo que se me ocurrió darle.
—¿Realmente iremos tan lejos? —Ella observa la cantidad de equipaje que llevábamos. En cierta manera no era un lugar muy lejano si se sabe cómo utilizar los laberintos del bosque, sin embargo, necesitaba una cierta cantidad de pócimas y herramientas para poder llegar, sobre todo si hablamos de enfrentarse al bosque mágico. Esta vez la tengo a ella, debo ser lo más precavida posible para mantenerla a mi lado en todo momento, no quiero volver a repetir aquel susto de tenerla al bordo de la muerte.
—Si tomamos el sendero común, tardaríamos dos meses en llegar, así que iremos por los laberintos del bosque, así solo tardaremos unos 4 días en llegar.
—¿¡Laberinto?! ¿No se supone que habías dicho que no nos acercáramos nunca a ese lugar? —Ella toma al pequeño zorro en sus brazos, como si realmente fuera el animal quien estuviera alarmado y no ella—. Dijiste que, si me acercaba a ese lugar, me perdería por muchos años.
¡Vaya! Así que, sí que escuchaba mis advertencias. Y yo que pensaba que solo las ignoraba, o directamente no le interesaban.
—¡Así es! Nunca debes acercarte a ese lugar tu sola. —La tomo de la mano mientras comenzamos a caminar, dejando atrás nuestra casa, aunque solo será por unos días—. Solo muy pocos sabemos cómo movernos entre esos senderos, aun así, hasta yo podría perderme.
—¡¿Entonces por qué vamos?! ¿Acaso...? ¿Vas a abandonarme? ¡¿Estás molesta porque se me cayeron algunos frascos de pócimas cuando limpiaba?! —¡Cielos! Esta niña, a pesar de que llevamos ya unos 4 meses juntas, aún tiene la idea de que en cualquier momento podría echarla solo por pequeñeces que incluso hasta a mí me ha llegado a pasar. Aunque admito haberme preocupado en cuanto sucedió, asustada con que la niña pudiera salir herida por aquellas pócimas.
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Celest Procet (Relatos de una mágica viajera)
FantasíaCelest Procet, no es una niña común. Detrás de su apariencia de 12 años, esconde más de 300 años de existencia y un poderoso linaje de hechicería la cual ah dejado atrás. Ahora lleva una vida tranquila y solitaria, vendiendo pociones y medicinas com...