Capítulo II: La Ira De Sarada

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BORUTO Es una obra licenciada. Una serie de manga escrita e ilustrada por el gran mangaka japonés ; Masashi Kishimoto. Todo lo escrito y expresado dentro de este fanfic tiene como propósito enriquecer al Fandom.

Boruto Fanfiction: Entre Rosas Y Violetas Capítulo II:"La Ira De Sarada "

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Boruto Fanfiction: Entre Rosas Y Violetas
Capítulo II:"La Ira De Sarada "

¿Quién era Uchiha Sarada? Incluso la propietaria de dicho nombre no lo sabía. Un suspiro escapó de sus labios mientras miraba con desinterés por la ventana, de vez en cuando observaba el pizarrón y tomaba apuntes. ¿Quién era ella?... ¿Una alumna ejemplar? No, no era su calificación. ¿La hija de Uchiha Sasuke y Sakura? No, no era la historia de sus padres. ¿Quizás un recipiente vacío? Sí, eso era lo más cercano a lo que ella se identificaba, alguien sin encanto, sin chispa y sin dirección...

¿Cuál era el motivo de su felicidad en una vida tan vacía? Cerró sus ojos y se dejó llevar... Tenía siete años, una edad donde se sentía sola. Su madre; se dedicaba de lleno a su vida de médico profesional, no podría culparla, siempre se empeño en aprovechar al máximo el tiempo con ella. Su padre; él era una figura importante en la política, por lo nunca estaba en casa, tampoco podía reprocharle absolutamente nada, siempre procuraba darle lo mejor, y para su mala fortuna era hija única, no tenía hermanos con quien convivir. Quizás sí... Si tenía que reprocharles, tiempo. Era el tiempo lo que siempre le enojaría aunque lo negara en varias ocasiones.

Entonces ¿Quién era el motivo de su felicidad?
Otra vez estaba en esa habitación, cuatro paredes, la soledad, sentía como poco a poco ese silencio le hacía perder la cordura, las sombras salían de los escapes de la luz y la consumían poco a poco, era como un pez fuera del agua...

¿Quién era la luz de sus ojos?
Uzumaki Boruto...

No recuerdo algo más brillante que su sonrisa, sus ojos: tan azules como el mismo cielo y tan profundos como el océano... Era como un tintineo... Su risa me da felicidad

No hubo nadie, ni nada después de él en la vida de Uchiha Sarada. Era verdad, en ocasiones era posesiva y muy recelosa con aquel al que llamaba su mejor amigo, pero ¿Desde cuando un amigo hace tu corazón latir tan intensamente que sientes saldrá de tu pecho?

Solo un momento... ¿Qué eran esas risas tan molestas?

Una mueca de disgusto se formó en los labios de la Uchiha, giro de manera desinteresada para volver sus ojos nuevamente a su centro de atención inicial, chasqueo de manera inconsciente su boca mientras sus ojos giraban con obviedad, era irritante, intolerante y una verdadera molestia. ¿Quién se atrevía a arrebatarle la risa a su mejor amigo?

Pero ese enojo fue sucumbido por pensamientos pesimistas ¿Era Uchiha Sarada una mujer insegura? Sí, si lo era. Algo que siempre tuvo en claro fue que su ego se encontraba por las nubes, pero no podría decir lo mismo de su autoestima.

¿Que tenía Sumire que ella no? Siempre fue testigo de la manera en que el Uzumaki se expresaba de la delegada, ese brillo en sus ojos que ella jamás podría provocar, eso le molestaba.

Era verdad, Sumire era una mujer hermosa, su peculiar cabello violeta le daba ese aspecto de fantasía, sus ojos morados eran de ensueño, sin mencionar esa piel cremosa de porcelana. Sumire era femenina y una chica muy bondadosa, algo que le molestaba aun más a Sarada, ni en un billón de años ella podria ser la mitad de lo que era ella.

Entonces cerró los ojos, estaba molesta. Incluso querer justificar su propia furia le provocaba asco. La Uchiha era astuta, no movía un solo dedo si no se aseguraba de su victoria, pero justo ahora sus ojos ardían de coraje, esta celosa.

Frunció los labios e inclinó su rostro sobre su muñeca, entre sus entrañas existía el mal. Un mal tan encarnado que no dudaría en salir si algo que ella quería estaba en manos de otra persona. Miró al Uzumaki con ese encanto que lo hacía lucir atractivo, sus ojos brillaban al mirar a Sumire, esta por su parte solo podía aferrarse a su asiento, buscando una salida, un escape.

Sarada sabía tres cosas que ninguno de ellos admitiría:
1-. Boruto estaba enamorado de Sumire
2-.Ella estaba enamorada de Boruto
3-. Sumire estaba enamorada de ella

Rodó los ojos con desgana, no es que odiara a Sumire pero todo se volvía confuso y nubloso cuando la veía con Boruto, aquel al que ella quería para si misma.

Su mente era engañosa y eso le daba inseguridad, quizás si utilizaba a Sumire para alejarla de Boruto. Suspiro y su irá aumentó. No obstante, noe tomo importancia.

Finalmente, las clases habían transcurrido con normalidad. Era una todavía mañana como cualquier otra. Sarada se dirigía a su casillero, suspiró con pesadez deteniendo sus pasos que a corta distancia pareciera sus zapatos pesaban toneladas. Hoy había sido un día difícil, un tanto atareado para la chica de cabello lignito, se sentía insoportable, tomó la pequeña llave de su bolsillo y la giró sutilmente, al tacto vio una pequeña nota color lila caer ante sus pies, miró a su alredor tratando de descifrar la causa de dicho sobre, aquel color era "peculiar" para ella, siendo totalmente fuera de sus gustos. Tomó aquel papel y observó su nombre, la curiosidad sucumbió ante los deseos de la Uchiha, que con delicadeza abrió el sobre.

"... Querida Sarada ..."

"Soy nadie más que tu presa, porque me llevas a ese reino de fantasías y, aunque no te das cuenta, cuando estoy contigo nada más me hace falta, tu delicado rostro es lo único que necesito para poder respirar, desde hace tiempo que mi corazón late en tus manos, musa mía. Son infinitas las noches de desvelo de la cual eres causa, sueño día con día el poder expresarte lo que mis ojos admiran, tienes a este poeta en vela y agonía..."

Sarada llevo ambas manos nerviosamente a la altura de su sonrojado rostro, tomo un poco de aire y nuevamente su mirada cayó en la carta, sus ojos emitían un particular brillo. Aquella nota era especialmente para ella, el destinatario estaba escrito con una perfecta caligrafía. En sus fantasías solo esperaba que esas palabras fueran del Uzumaki para ella, tomo la nota lila y la llevo a su nariz, inhalando el peculiar aroma de aquella chica que la hacía perder la cordura. Respiro profundamente y negó con su cabeza aquella confesión, disipando cualquier pensamiento que pudiera agobiarla, esa misma felicidad fue arrebatada de golpe, su puño arrugó con cólera aquella carta mientras su rostro se tornaba camersí.

—Sumire...

La sola idea de que aquella chica quisiera o solo pensara en tener una oportunidad con ella la volvía loca, pero ¿Porqué se molestaba? ¿No era eso lo que ella quería? No, realmente no. Solo no sabía cómo deshacerse de ella. Tomo nuevamente la nota y suspiro el aroma qué está desprendía, Violetas...

—Eres tan ingenua, Kakei.

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Entre Rosas Y Violetas ||SaraSumi||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora