La ciudad en la que vivían no solía ser muy grande, contaba con lo necesario para ser un lugar agradable, seguro, encontrar diversión o estudiar una carrera, pero eso no impidió que se desatará el caos, al contrarío solo contribuyó a que el virus los consuma en tiempo récord.
Todo comenzó cuando la mayoría de los habitantes comenzarón a tener síntomas gripales, común en la época de frío, cuando la nieve cubría las calles, pero no en ese momento donde la primavera estaba en su mejor momento cálido y agradable.
Ese virus era tan extraño que las personas con sangre tipo B y 0 positivo y negativo que eran el tipo de sangre más común caígan gravemente enfermos a tal punto de que los hospitales colapsaron en pocas semanas.
De una épidemia... paso a ser una pandemia en poco tiempo y todas las potencias mundiales formaron una alianza nunca antes vista para hallar una cura contra esa amenaza y mientras millones morían ellos seguían centrados en la cura, ya que hallarla parecía ser la única solución de esa pandemia.
Sin imaginar que eso solo sería una excusa para el comienzo de la extinción de la humanidad.
[...]
La cura se hallo, pero enseguida comenzó a acabarse, la desesperación por conseguirla desató el caos, disturbios, muerte... sangre, dolor y lágrimas.
Poco a poco la humanidad fue sucumbiendo ante sus más bajos instinto de supervivencia y más aún cuando los síntomas cambiaron, se volvieron tan graves e inusuales que los portadores morían en minutos y se volvían criaturas sedientas de sangre.
[...]
--¡Corre maldita sea!--Exclamó mientras tironeaba de ella.
--Eso intento...--Jadeo llena de pánico ya que esas criaturas pronto saldrían de sus escondites.
Sus gruñidos, el castañeo de sus dientes y sus movimientos se sentían cercanos, parecían estar preparandose para el ataque.
Mientras el miedo era casi palpable en los jovenes que corrían frenéticamente, las calles poco a poco adquirían los tonos negruzcos del anochecer.
--Sasuke no llegaremos...--Dijo ella en tono asustadizo.
--Lo sé...--Maldijo en voz baja y la llevó hasta una de las casas deshabitadas, que pudo quedar así porque sus dueños huyeron... o murieron.
El pelinegro cerró la puerta trás de sí.
--Como se te ocurre salir, te van a matar.--Reprochó.
--Ino necesita su medicina, esta muy enferma...--Dijo con firmeza.--No puede morir... es lo más cercano que me queda aparte de ti.--Su voz tembló mientras se sentaba en el piso.
Sasuke se arrodillo a su lado mientras su expresión molesta se suavizaba--Pudiste esperar a mañana, la noche es muy peligrosa, sino te hubiera seguido estoy seguro de que ya te hubieran drenado por completo.--La haló por los hombros hasta llevarla contra su pecho.--Incluso ahora estamos en peligro... ellos están cerca.--
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