Desde temprana edad sentía que sus sueños eran bastante inusuales ya que le imponían cuestionables sensaciones de incertidumbre, pero incluso al crecer no habían parado y había aparecido la sensación de tener a alguien siempre vigilandola.
Esos sueños se habían vuelto ya parte de sus noches ya que era rara la vez en la que no los tenía... la mayoría de ellos se trataban de que recorría lugares deserticos y lúgubres en compañía de un extraño al que nunca podía verle el rostro y que siempre iba a la par de su edad.
Mientras que en el día tenía la sensación de aquella mirada estaba siempre con ella, oculta y al acecho...
(...)
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La primavera había llegado..
Ella acababa de cumplir sus dieciocho años y su belleza era antinatural.
Despertaba admiración pero también temor y envidia en todos aquellos que la veían, aquello se evidenciaba al momento de pasar por grupos de personas ya que todos callaban para admirarla como si quedarán atrapados en un hechizo el cual se maginificaba en cuanto las épocas oscuras y mácabras se acercaban.
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Tiempo después la noche de Halloween llego a la par que un viento helado y estremecedor recorría las calles de ese pequeño pueblo.
Muchos niños corrían disfrazados en conjunto con sus padres, otros adolescentes iban acompañando a sus hermanos menores con cara de fastidio o iban en grupos a fiestas envueltos en fascinantes disfraces.
Sakura admiraba todo aquello desde el balcón de su casa, quería disfrutar de un poco de aquello pero por alguna razón su madre se lo tenía extrictamente prohibido.
--Tengo que ir...--Se dijo tendiendo su mano hacía una rama del árbol cercano a su balcón, era un impulso, lo sabía y aún así lo llevó a cabo, se trepó como solía hacerlo de niña y con una agilidad envidiable se deslizó por la horca que servía de decoración en el árbol y en pocos minutos termino de pie en el piso justo debajo de aquel árbol.
Sonrío triunfante.--Lo siento mamá...--Murmuró mientras corría oculta bajo un hábito de parca que había tomando de las decoraciones de su vecino.
Al fin se sentía libre...
Dueña de la noche...
Sabía que había una fiesta de Halloween cerca del bosque y ahí se dirigía.
Corrió por la calle, atraveso la fuente de la plaza y cerca del parque escucho el revuelo juvenil proveniente del bosque.
--Lo sabía...--Murmuró complacida y corrió hasta el lugar aún envuelta en ese hábito.
Un camino lúgubre lleno de antorchas marcaba el sendero, por alguna razón tuvo un mal presentimiento pero ópto por atribuirlo a la sensación de nerviosismo.
