1

22 3 0
                                    

Viernes, por fin, último día antes de un fin de semana que ni voy a ver pasar, antes de volver a la maldita rutina el Lunes. Me preparo como una autómata, y salgo de casa con la mochila al hombro, sin desayunar. Espero a que Jaden y Christian pasen por mí. Hoy es el cumpleaños de Samantha, cumple 18, así que la vamos a invitar a desayunar en Macy's, su pastelería favorita. Además, hemos quedado antes para preparar un par de cosas, pero no llegan.

-Chicos, llegáis tarde, ¡Cómo no nos dé tiempo a desayunar Sam nos mata!

-Tranquila cielo, hemos llamado a May para que tenga todo preparado.

-Vale, perfecto. ¿Y tú, qué tal? - le pregunto a mi amigo, que está sentado en los asientos de atrás. Miro y me lo encuentro dormido.

-Déjale dormir, no ha dormido nada en toda la noche. Hoy tiene consulta. - asiento y me dispongo a meter las cosas en el maletero, mientras mi novio infla los globos de helio.

-Podríamos haberle dejado dormir hasta pasar por Sam - digo mirando a mi dormido amigo, pensando en lo absurdo que ha sido hacerle madrugar al pobre cuando es vecino de la cumpleañera.

-Ya. Bueno, es tarde para eso.

Poco después nos encontramos en la puerta de mi mejor amiga, quien se sube eufórica al coche, hasta que ve a Chris y baja el volumen.

- ¿Qué, no me vais a felicitar o qué? - Susurra

- ¡Felicidades pelirroja! - decimos nosotros. Llegamos a Macy's, por lo tanto nos toca despertar a Chris, Sam se encarga de eso; mientras, nosotros sacamos todo del maletero.

- Bello durmiente, despierta, estamos en Macy's.

- 5 minutos más

- Entonces no nos da tiempo, anda levanta - poco a poco va abriendo los ojos, hasta que la ve a ella, sonriente, cosa que hace que sonría el. Tumba a su amiga del abrazo.

- ¡Felicidades! ¡Ya eres mayor de edad en CASI el mundo entero!

- Sí - ríe - gracias Chris, ahora quita y vamos a desayunar que me muero de hambre. - Al salir del coche, nos encuentra a Jay y mi sosteniendo una cinta tipo miss de cumpleañera, una corona, un pin, y una pancarta con globos llenos de helio.

- ¡Felicidades!

- Muchas gracias chicos - dice emocionada - sois los mejores - entonces su cara cambia por completo a una muy seria - pero flipais mucho si creeis que voy a aparecer por clase con todo eso puesto

- Claro que lo vas a hacer, y no te lo vas a quitar en tooodo el dia - dice Chris, abrazándola por detrás.

-No, no, no, y rotundamente no.

...

-Felicidades pelirroja - dice una chica que está mascando chicle sentada al lado de la ventana. Nosotros nos reímos, Sam, por su parte, bufa, y luego sonríe sarcásticamente

- Gracias...

-Lucy, soy nueva - le tiende la mano, Sam la acepta.

- Samantha, pero llámame Sam, encantada. - sonríe y se gira hacia nosotros - No me puedo creer que hayáis conseguido que me presente así a clase. - Dice sentándose en el pupitre delante de Lucy, contra la pared. Y cuando digo en el pupitre, digo literalmente en la mesa, las sillas para mi amiga no existen. - No es normal, ¿ a qué no es normal, Lucy? díselo tú.

- Yo creo que la coronita te queda bien - Sam bufa mientras el resto nos reímos. Chris se tumba en el pupitre de al lado de Sam y apoya su cabeza en la tripa de esta, segundos después, está frito. Sam se dedica a acariciarle la cara, y automáticamente desconecta de la conversación.

- Lucy, ¿qué te trae por Northeast a mediados de abril?

-Pues antes vivía en Seattle, pero han ascendido a mi madre y nos hemos tenido que mudar a San Diego, llegamos ayer.

- Bueno, pues bienvenida. Yo soy Valerie, y él es Jaden, mi novio. La chica que no sabe lo que es una silla, es Samantha, y el dormilón es Christian.

- ¿Son pareja? - me río

- No cielo, no lo son, pero de ya te digo, que sea quien sea de los dos en quién te has fijado, no está interesado/a.

- ¿Tienen pareja aparte? - niego - ¿entonces?

- No están juntos, pero no es por falta de ganas, de ambos. - en ese momento toca el timbre - salvada por la campana. Oye, esta noche hay fiesta en casa de Sam, esta es la dirección - se la apuntó en un papel - pasate.

...

La música suena muy alta en el jardín de mi amiga, la gente baila muy pegada, pide alcohol que todavía no hay, se baña en la piscina o se morrea por las esquinas. Yo estoy apoyada en el árbol de la caseta, copa en mano, mirando tontamente a mis amigos, que sonríen y disfrutan como nunca. Estoy muy feliz por ellos.

-¿No era que no estaban juntos?

-Y no lo estaban - digo sin apartar la mirada de mis amigos, que se están comiendo como si no hubiera un mañana.

- No sé tú, pero yo no les meto la lengua hasta la tráquea a mis amigos.

- No he acabado. No estaban juntos... esta mañana. Ahora lo están.

- ¿Cómo es eso? - suspiro

- Es una larga historia.

- Tengo toooda la noche - suspiro, antes de comenzar a hablar. 

- Es increíble cuánto puede cambiar tu vida en apenas unos minutos, unos segundos. Como un diagnóstico puede tumbarte la vida, ponerla patas arriba. Lo peor de todo, es que no solo afecta al diagnosticado, sino a todos los que lo rodean. Eso fue lo que nos pasó a nosotros, que arrasó con nosotros como un puto tsunami, una ola gigante que se llevó todo por delante y nos inundó, hasta casi ahogarnos.

- ¿Qué diagnóstico?

- Cáncer. Leucemia.

----------------------------------

960 words 

Miércoles, 30 de septiembre de 2020, 22:54h

BOOMERANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora