Capitulo 4, La Fiesta

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Era ya 12 de septiembre, la gran fiesta se acercaba, todo el pueblo se preparaba para la mejor celebración, incluso se prepararon los cuartos para los pobres borrachos que dejaran los festejos, los Marqueses de Hermosillo, para aumentar la buena opinión de los pobladores organizaron un baile para la noche, este sería una demostración de elegancia y buen gusto, todo el mundo estaba convidado, todos se preparaban para la fiesta, todos sacaban sus mejores ropajes, las mujeres buscaban las pocas joyas que tenían o las pedían prestadas, Juan y su madre irían, el no quería, pero era mejor no ofender a los marqueses que invitaron gustosos a todo el pueblo sin importar su posición social, su madre, Perlilla para sus amigos, saco su mejor vestido y luego para total asombro de su hijo un hermoso collar de perlas y unos aretes de zafiros; resulta que el vestido fue de su madre, que antes de caer en la viudez y la pobreza fue una mujer de cierto poder adquisitivo, y el collar y los aretes fueron el regalo de bodas de su esposo, ella quiso venderlos pero no tuvo el corazón; vistió a su hijo con el traje viejo de bodas de su padre y partieron rumbo a la mansión, al llegar ambos se encontraron con algo nunca antes visto, la casa estaba bien iluminada, los pisos y paredes eran blancos, la gente en la casa iban de un lado a otro conviviendo, los anfitriones se sentaron a hablar con Doña Julia y su esposo (recién llegado de la capital), algo que sorprendió a Juan fue ver a su amigo vestido como un general, su traje era azul oscuro, tenia un sombrero de ese mismo color y tenia charreteras y un cordón dorado, también portaba medallas y una espada, Juan se separo de su madre que opto por sentarse un momento, empezó la música, la orquesta comenzó a tocar El Danubio Azul y varios ya estaban bailando en la pista de baile, juan se sentó a ver como parejas iban y venían al ritmo de Strauss, pronto hubo cierto silencio, pronto el marques dijo a viva voz

--Señoras y señores, para ustedes, un vals traído desde la Francia—

Empezó la orquesta a tocar Vals de las Flores y las parejas comenzaron a bailar otro poco, Juan sabia bailar, pero no tenia pareja, pronto se le acerco alguien, creyó que era su madre y se levantó, pero no, era en realidad la misma chica que vio en la fonda, parecía una princesa de cuento en su vestido de color lila, pronto ella le dijo

--Me concedería esta pieza, caballero—

--claro—dijo el

Pronto la orquesta cambio y tocaban ya On The Hills of Manchuria muchos se retiraron, pero Juan y Amalia bailaron como verdaderos cortesanos, al terminar se sentaron a conversar, su platica se baso en conocerse un poco más, pronto prometieron verse otra vez en la fiesta publica en dos días.

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