XXVI

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Herir 

¿No era su nombre? ¿A qué se refería con eso?. La miró a los ojos que seguían pareciéndole familiares, estaban enrojecidos por el llanto anterior. Le había causado un vuelco en el pecho verla caer y romper en llanto. ¿Qué sucedía?¿Había sido ella quien causaba eso? Lo último que quería era hacer sentir mal a la modelo.

Se había arrepentido, de todo lo que había dicho. La culpabilidad había crecido en aumento y sabía qué Rosé merecía alguien mejor. ¿Cómo se había atrevido a negarla de aquella forma? ¿Solo por pasar el rato con la modelo? ¿Qué clase de persona era? Era la cosa más terrible que había hecho. Negado lo más importante y bello que le había pasado en su vida. Rosé realmente merecía alguien mejor que ella.

Había sentido por un instante alivio cuando la modelo le dijo que se fuera, aquel beso había sido peligroso y casi se había salido de control. Se sintió aliviada que entre ellas dos hubiese alguien cuerdo, porque ella no lo estaba en ese momento. No porque Rosé la tenía mal emocionalmente y la modelo la traía mal físicamente.

Después se había echado a llorar en el suelo y le entraron unas ganas inmensas de protegerla por cualquier cosa, se lo debía.

Probablemente se había sentido usada, y era enteramente su culpa, la rubia era ajena a la circunstancia. No podía no sentirse culpable por ello.

Lisa intentó acercarse para darle ánimos, quizá solo necesitaba un amigo, pero la modelo se hizo hacia atrás. Ahí en el suelo, como estaban. Lisa de rodillas frente a ella. ¿Qué hacia ahora?¿Qué decir?. La rubia estaba llorando y no sabía qué hacer.

Sostuvo su mirada entonces, esa mirada familiar que le había impresionado desde el momento del ascensor hacia un par de días y que a su pesar, le había encantado.

La rubia respiró, intentando con muchos ánimos hablar, pero había hecho ya dos intentos por pronunciar palabra alguna,sin embargo de su boca no había salido nada. Solo apretaba los ojos con fuerza, miraba al techo y volvía a intentarlo con sus ojos puestos en ella. Era mejor esperar. Sea lo que sea parecía algo importante para ella.

- Tengo otro nombre. - dijo por fin después de largos y pesados minutos.

- Ya lo has dicho. ¿Es eso lo que te hace llorar?. - preguntó Lisa con suavidad para animarla hablar. Pasó una mano por la mejilla sonrosada de la rubia para interceptar una lágrima fugitiva. Luego la apartó.

- Sí, sin duda eso es lo que me hace llorar. - contestó con un hilo de voz. Lisa creyó por un momento que se iba a echar a llorar de nueva cuenta. ¿Era tan importante eso?. Buscó en sus ojos algo que le diera una respuesta pero no la encontró.

- ¿Por qué? . - Se replanteó aquella pregunta internamente y deseó no haber preguntado. ¿A ella que más le daba? Posiblemente era de la vida privada de esa chica. No debería compartirlo con una desconocida. La rubia suspiró pesadamente. Sus ojos volvieron a cubrirse de una capa brillosa. Pensó que volverían a salir lágrimas pero parecía mantenerlas bajo control.

- Mi otro nombre implica muchas cosas. - contestó en voz baja. Guardó silencio un instante.

- ¿Malas? - solo logró pensar en ello. Si la hacía llorar así entonces no eran cosas buenas. ¿No?. La chica asintió con la cabeza.

- Malas. - repitió. ¿Qué cosas? Pensó entonces Lisa, pero se detuvo antes de hablar. No sabía por qué, pero el ambiente ahí había cambiado, lo sentía. La modelo se puso un poco tensa. 

- ¿Por qué malas? - preguntó mejor, mordiéndose la lengua después, de verdad no le incumbía. A penas y la conocía.

- Porque implica perder a la persona más importante en mi vida. Y ahora no quiero ese nombre. - dijo entonces y las lágrimas cayeron sin ningún esfuerzo, solo la miraban a los ojos con detenimiento, la profundidad en ellos se hizo incluso más intensa y Lisa sintió un vuelco en el estómago. Esos ojos.

- ¿Por qué la perderías? - preguntó con el corazón golpeando intermitente en la garganta y los oídos. Comenzaba a sentir algo extraño con esa conversación, un mal presentimiento. La rubia pasó su lengua fugazmente por sus labios, desvió un poco la mirada hacia el piso y Lisa odio aquello. Su mente trabajaba incansable, los ojos que ahora brillaban con un poco de dolor le recordaban a alguien. La modelo la miró de nueva cuenta y Lisa lo agradeció. Esos ojos...

- He viajado desde Corea para conocerla pero acaba de hacer algo que me ha dolido en el alma y no sé si confiar en ella ahora. - dijo entonces volviendo su vista al suelo.

Lisa se contuvo un instante, con la respiración entrecortada y el corazón inmóvil en el pecho, en su cabeza saltó una idea imposible, muy poco probable y que le causó un escalofrío interno que se extendió por toda su espalda. Esos ojos. Sintió sus manos temblar. Tragó para deshacer el nudo en la garganta seca y esperó unos momentos antes de preguntar lo más obvio. Tomó aire.

- ¿Cuál es tu nombre? - Preguntó insegura, su voz había temblado. Su corazón se sentía salir, le aturdía en los oídos y no pudo evitar contener el aire en sus pulmones.

La rubia levantó entonces su vista hacia ella. La miró con seriedad, desde lo más profundo algo en sus ojos gritaba y Lisa lo sabía. Sí. Los había visto antes, repetidas ocasiones. La esperó sosteniéndose de esos ojos intensos, para luego mirarla con detenimiento, recorriendo cada parte de su rostro, reconociendo cada punto en ella. No pudo contener su suspiro y el dolor interno, tampoco la sorpresa que experimentaba. Dios, era tan hermosa. Incluso más hermosa que antes. Ya no era la modelo frente a ella. Sus ojos danzaban entre los de Lisa, expectantes y dudosos.

- Creo que ya sabes como me llamo. - contestó lentamente y bajó la vista. Lisa contuvo el aliento. Quizá estaba equivocada. Sintió en su pecho algo incontrolable. Como si le arrojaran algo frío en el cuerpo.

- No. No lo sé. ¿Cuál es tu nombre? - Negó entonces. No porque el único nombre que le venía a la cabeza implicaba algo realmente malo. Algo muy malo que ella había provocado, dicho y hecho. Sintió su pecho temblar. Aguardó a que respondiera, a que la mirara siquiera, pero no lo hizo. La observó por largo rato pero la vista de Lisa se tornó borrosa por las lágrimas en aumento. Aquello no podía ser cierto.

Empuñó sus manos a cada costado de su cuerpo con frustración. Hiperventiló, le faltaba el aire, no podía ni siquiera pensar ya, todo se agolpaba en su cabeza. Pensó en todos sus encuentros y se sintió estupida y avergonzada por no darse cuenta antes. Realmente eso no podía ser verdad. Inclusive si fuera lo que más deseaba en el mundo, el tenerla enfrente, que ella fuera esa persona era una terrible desgracia. Tuvo entonces unas inmensas ganas de sostenerla entre sus brazos, aferrarse a ella, besarla por primera vez. A pesar de ya haberlo hecho, sabía que se sentiría diferente, porque era Rosé, su Rosé. La persona más importante para Lisa. Luego se contuvo. Quedaba claro que Rosé merecía alguien mejor.

Lisa la observó temblar otra vez. La rubia se cubrió el rostro con una mano y evitó levantar la cabeza.

Si era ella, si era realmente ella, pensó un poco, la había herido sobremanera. Y por lo que había dicho anteriormente, no confiaba en ella, y era entendible. Se odio entonces, se odio de una y mil veces por ser tan estupida. Había herido a la persona más maravillosa que tenía. ¿Cómo podía siquiera querer mirarla a los ojos?. ¿Qué decir ahora? Sabía en lo más profundo de si que cualquier cosa que dijera no solucionaría nada.

La había perdido, se lo había dicho ella.

Lo más terrible era que la había perdido, la había perdido sin siquiera conocerla enteramente.

- Mi nombre es Roseanne Park. - dijo por fin y escucharla decirlo le erizó la piel. La había perdido definitivamente. 



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A. I. A 

¡Tras! 

Sé que son cortos, pero es es por el cambio de narrador. Sorry. 

Emocionada porque en unas horas comienzan los eventos. 😍🥰❤️ Estoy tan emocionada y esta narración tenía que unirse al festejo. 😎😎😎. 

Mi hermosa Chaelisa en la entrevista de hoy y esos gestos de confianza. Rosé pink 🥺❤️🥰 Estoy tan enamorada de ella. 

¿Alguien aquí tiene twitter? No tengo amigos ahí. Soy de México, no conozco Blinks sinceramente. Espero hacerme algunos amigos sinceros, por lo menos para emocionarnos juntos el día de mañana. 

BridgesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora