ONE SHOT

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Los personajes son propiedad de Mizuki e Igarashi.
Las imágenes fueron tomadas de la red. Créditos a sus creador@s
Esta historia fue escrita para el grupo Biblioteca Grandchester (TerryFics). No lleva fines de lucro.
Tiene corte erótico, así que si no gustan de este tipo de historias, pasen de ellas.

Hola, hola 👋
Aquí vengo a dejarles un ONE SHOT en honor al cumpleaños de nuestro querido Anthony...
Tiene corte erótico 😏😏😏
Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiéndolo...

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***😇SUEÑOS PÓSTUMOS😇***
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--“Candy… Candy…”

La rubia oía el suave murmullo que viajaba hasta sus oídos cual plumas que lleva el viento. Su rostro giraba hacia uno y otro lado, pero no lograba vislumbrar al autor de dicho llamado, sin embargo, su corazón latía desbocado porque creía haberlo reconocido.

--“Candy… mírame, aquí…”

Pedía el susodicho haciendo que la rubia se desesperara en el intento de querer encontrarlo hasta que, después de lo que a ella le parecieron horas, por fin, en medio de una densa neblina, la silueta de una persona empezó a dibujarse.

Candy sintió que el corazón se le aceleraba y que el pulso le palpitaba descontroladamente al reconocer al autor de esa dulce y melodiosa voz. Al verlo acercarse, con paso firme y una radiante sonrisa, su pecho se estrujó y supo que, pese al tiempo transcurrido, ella no lo había olvidado…

“Ven a mí…” –Pidió él y, aunque ella intentó darle alcance, algo la tenía plantada, firmemente, en su lugar. –“Ven a mí, pequeña”. –Sus ojos se le llenaron de lágrimas al darse cuenta de que no podía, aunque quería, allegarse a él.

Estiró su brazo tratando de rozar, aunque sea por unos instantes, la blanca y delicada mano que se extendía frente a ella, eran tan sólo unos metros, a lo mucho dos, que la separaban de él… Cuando sus manos estuvieron a punto de tocarse, unas firmes sacudidas la hicieron perder esa oportunidad.

--¡Pecosa! ¡Pecosa! –Hablaba su esposo a un lado de ella, quien, con ojos preocupados, la miraba fijamente. Ella parpadeó varias veces, con las lágrimas cayendo, copiosamente, sobre sus mejillas.

--Sucedió otra vez. –Habló ella con la voz cargada de dolor.

El chico suspiró, con sus dedos limpió las mejillas de la chica, la abrazó a su pecho y acarició los despeinados cabellos.

--Creo que debes cerrar ese ciclo, cariño.

--¿Pero cómo? –Cuestionó ella. –Él fue muy importante para mí.

El castaño apretó la mandíbula por los celos que empezaban a formarse en su interior. ¡Por Dios! estaba celoso de un muerto, pero resultaba que a ese muerto se le había antojado regresar a la vida de su ahora esposa, para visitarla en sueños.

--¿Lo amas? –Indagó Terrence.

--Lo amé. –Respondió ella.

--¿Piensas en él?

--Lo recuerdo con cariño.

--Y entonces, ¿por qué viene a atormentarte? ¿Es que acaso allá donde él está no es realmente feliz que tiene que venir a atribularnos? Mírate, temblando, llorando, haz bajado de peso y evitas comer… ¿Hasta cuándo Candy? ¿Hasta cuándo? ¿O es que deseas morir para poder estar a su lado?

--¡Por supuesto que no!

--Tienes que soltarlo y dejarlo ir, o él siempre será una sombra entre nosotros.

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