Querido Sam
Después de salir por una semana la mayoría de las chicas empezaban a mirarme mal y los chicos que una vez me ignoraron no paraban de mirarme, eso me pareció muy hipócrita.
Recuerdo acompañarte a todos tus entrenamientos, después ibamos a comer algo y luego me llevabas a casa, era la rutina ideal, hubiera sido perfecta si hubieras parado de hablar sobre ti.
Aún recuerdo nuestro primer beso, estabamos en los vestidores del campo de fútbol, no es un lugar muy romántico para eso, pero no me importó, solo estabamos tú y yo, estabas apunto de salir a jugar, me dijiste que por cada gol que marcarás me darías un beso, recuerdo sonreír como una idiota.
Marcaste 3 goles, pero nos besamos mucho más, no podía parar de besarte.
Extraño tus besos, Sam. Me hacían sentir especial, tú me hiciste sentir especial, ahora no siento nada parecido a eso.
Te quiere,
Anna.