Mi mamá se puso muy alegre con la noticia de nuestra boda.
También conocí a la madre de Andrew. Y hasta hablé en una ocasión con su padre por teléfono para invitarlo a la boda. Al parecer le caigo bien y quisiera que se arreglen los problemas entre ellos.
Todo está marchando de maravilla y Andrew se está portando súper bien y cariñoso conmigo.
No le he querido tocar más el tema de la adopción que tanto me gustaría que pasara, pero el destino parece que no quiere que eso suceda. Y... definitivamente creo que ya me resigné...
Pusimos fecha para dentro de 2 meses, y así tener tiempo de encargar el vestido de novia, escoger bien el lugar donde será la fiesta y preparar las invitaciones con todo lo demás.
Si es que aún no me lo creo. Deseé tanto este momento que me parece que es mentira. He asistido a las bodas de casi todas mis amigas y amigos y siempre sentí un poco de envidia de no poder encontrar al hombre correcto...A un hombre que me quisiera con mis virtudes y defectos, sobre todo el de la infertilidad. A un hombre que me amara con locura y yo igual a él. Y cuando menos lo esperaba, Andrew cambió mi vida.
Después de un largo y agotador día de trabajo cerramos la tienda y mi novio me dejó en casa.
—Después nos vemos muñeca —me dice dándome un beso—. Voy a buscar un poco de ropa a mi casa para pasar el fin de semana aquí contigo.
—Está bien —le respondo—. No te demores mucho.
Subo a la casa y me voy directo a la ducha. Estoy exhausta. Cada día me cansan más los zapatos en el trabajo por tanto tiempo de pie. Hoy quiero relajarme con Andrew, así que pienso en ir a buscar en la cafetería de la otra cuadra, una botella de vino para tomar un poco.
Me meto a la ducha y el agua está deliciosa... Ohhh, hogar, dulce hogar...
Me saca de mis pensamientos relajantes el sonido del timbre de la puerta.
Ohhh, no puedo creer que Andrew haya regresado tan rápido... ¿Quién será? Me seco rápido y me pongo una bata de casa.
Abro y... Aparece... ¿Fabia?... la ex de Andrew...
—Hola... Marina ¿verdad? —me dice con una sonrisa amistosa— ¿Puedo pasar?
—Sí sí, pasa —me quedo un poco extrañada por su visita. ¿A qué habrá venido?
Se sienta en el sofá y cruza las piernas.
—Sabes quién soy, ¿no? —me dice.
—Sí, como no. Lo que no entiendo es qué hace usted aquí.
—No te preocupes que solo he venido a hablar contigo. Me puedes dar un poco de agua.
Voy a la cocina y le sirvo el agua. Me dan deseos de coger el teléfono y mandarle un mensaje a Andrew para que sepa que ella está aquí, pero quisiera saber qué es lo que tiene que decirme. Le llevo el agua.
—Mira Marina, Andrew es un hombre que ha pasado por cosas muy duras en su vida —me dice después de tomar—. Él y yo fuimos muy felices, vivimos momentos únicos y la verdad nunca pensé que fuera a casarse con nadie más.
—A pesar de lo que les pasó, tienen derecho de rehacer su vida, ¿no?----le digo interrumpiéndola.
—Sí, es verdad... Sólo que pensé que nuestro matrimonio estaba pasando por una crisis. Que al tiempo, cuando sanara más la herida, íbamos a volver... Pero a Andrew le dio una locura repentina y no quiso seguir conmigo. Él me pidió el divorcio como si la culpa de que eso hubiera pasado fuera mía o de él. Y la culpa no fue de nadie.
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Deseo de amar ©✓
RomanceUna mujer de 36 años ve frustrados sus deseos de convertirse en madre y ya estaba empezando a aceptar la idea cuando en su vida las cosas cambian con un giro inesperado y se enamora de su jefe. ¿Podrá lograr sus sueños y ser feliz?...¿Logrará finalm...