En multimedia pondré la imagen del día•••
Sentada sobre ese frío muro, rodeada de espesa nieve, no hacia más que pensar. Permitiéndole al helado viento roer sus huesos y entumecer sus extremidades.
No iba a moverse, porque ese pequeño muro era el único lugar donde podía apreciar la belleza del frondoso bosque que se alzaba frente a ella.
Soñaba con ser libre, como los animales que habitaban más allá del muro. Libre para poder vivir y no sobrevivir, para poder caminar con tranquilidad sin tener que temer por que la gente que la rodeaba se las agarrara con su ya maltratado y frágil cuerpo.
El simple hecho de ver esa espesura de tonalidades verdes y marrones le daba paz, y aunque internamente añoraba saltar ese muro que la separaba de su libertad, sabía que una simple gata callejera, con a penas energía para respirar, jamás lograría sobrevivir.
Soltó un lastimero maullido a la luna, rogándole a ese amado Dios de los humanos que le permitiera vivir esta noche, para disfrutar una última vez de la belleza de ese prohibido bosque.
"—¿No es hermoso?"
Escucho una difusa voz a su costado, y al mirar a la portadora de la misma pudo entender el motivo.
"—¿Tienes frío?"
Volvió a hablar, quitándose esa enorme bufanda que opacaba su voz.
"—Ten, no es bueno que estés tan descubierta en un día tan frío."
No sabía que sentir, las personas no le agradaban, eran malas, pero esa extraña niña, cubierta casi por completo por ropajes abultados, le transmitía cierta curiosidad; cual le impedía alejarse. Así que le permitió rodear su helado cuerpo con esa suave tela.
"—¿Sabes? Mi abuelo también solía admirar mucho el bosque, decía que debía terminar allí...
Nunca entendí a que se refería, pero espero que para cuando mis padres lo traigan de vuelta a casa pueda explicarme."
Observó el jugueteo nervioso de sus dedos, sin entender del todo del que hablaba, pero tampoco pensaba interrumpirla de alguna forma, se veía realmente afligida por el relato.
"—Ésta mañana saltó el muro y se adentro al lugar, y aún no vuelve.
Mamá y papá dicen que no me preocupe, pero me asusta mucho que algo le pueda pasar."
Pensaba huir del lugar, dejando a la pequeña con su dolor, al fin y al cabo ella no podría darle el apoyo que necesitaba, pero al escuchar el lejano canto de los búhos pudo entender que sucedía.
Miró a la niña con tristeza, y decidió acercarse a ella para frotarse contra su cubierto brazo, maullando unas lastimeras disculpas.
"—¿Tú también crees que está muerto?"
Fue la última pregunta que formulo antes de romper en llanto, un llanto profundo y desgarrador que hizo pensar al pequeño felino en protegerla.
Y en ese momento, viendo a un ser más débil que ella, juro con un suave maullido quedarse a su lado hasta el final, cuidándola de todo mal.
•••
Bueno, tenía otra idea para ésta historia, pero por falta de tiempo solo me salió esto.
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•ANIMALTOBER•
FantasyHistorias cortas que subiré en Instagram para participar en el #Animaltober de Fantagoria/CiruelaAcida.