¡Ay dios! no pude ganarle una maldita partida a Niall.
— ¿Cómo maldita sea es qué juegas tan bien? – indagué enojada, no he podido ganarle una maldita partida -.
— Practica, mucha – respondió con una gran sonrisa victoriosa -.
— Un día te ganaré, ya verás – amenacé mirando mi reloj de muñeca, ya era demasiado tarde -.
— Ya me tengo que ir Niall – avisé mientras buscaba mi campera, esté se paró de su asiento— Quédate, por favor – susurró de mala gana, ¡Agh! Me quedó. – Me quedó tonto – dije rindiéndome, esa pequeñaja sonrisa me ganaba -.
— ¡Yeeah! – dio un pequeño salto de felicidad - ¿Tienes hambre? — No. – dudé en responder, esté me miro de una forma extraña-.
Nos quedamos jugando, lo cual era muy irritante, Niall se burlaba de mí cada vez qué me ganaba en alguna cosa, lo qué me irritaba, nunca aprendí a perder, siempre me enojaba.
Se hiso tarde, ver bostezar a Niall ya era contagioso, me acosté en su cama, él solo me miro extrañado, tomo una camisa, tirándola en medio de la cama.
— Yo qué tu no me acuesto con el uniforme – agregó- además, tendrás calor con esas medias de dos metros y medio -.
Me dirigí al baño, arrastraba los pies con pereza, mis huesos dolían por falta de calcio, siempre me duele todo el cuerpo.
Me miré en el espejo del baño, mis costillas sobresalían llamativamente, mis clavículas también, ignoré eso, y me coloque la remera qué me cubría hasta las rodillas, despeine mi pelo con los dedos, haciendo una cola de caballo, Salí y me dirigí a él cuarto de Niall.
Me sentía incomoda, Niall me examinó de arriba hacia abajo, él estaba parado enfrente mío, emboce una sonrisa, Niall acariciaba mis mejillas delicadamente, aproximando sus labios a los míos, notaba un leve sonrojo en sus mejillas y me besó.
Era un beso cargado de dulzura, nuestros alientos se mezclaban, Niall me tomo de la cadera, acercándome más hacía el, sus labios son increíblemente suaves, muy dulces, con un leve sabor a miel.
Nos separamos por falta de aire, noté que el rojo de las mejillas se intensificaba más, sonreí, ¿No puede ser tan dulce? ,pero, ¿Niall, está enamorado de mí? Ni de coña.
— Vamos a la cama – dijo tomándome de la cintura, nos acostamos en la cama, nos cubrimos con las sábanas, Niall me tomaba de la cintura, apoyando su cara en mi hombro, podía sentir su tranquila respiración y su aliento chocar contra mi oreja, lo qué me ponía de los pelos.
Me quedé dormida al instante, Niall y su maldita relajación me hicieron dormir, noté qué un rayo entraba por la angosta ventana, entre abrí los ojos, encontrándome a Niall ya con el uniforme, esté tenía el cabello despeinado y cara de “zombie”.
— Buen día – dijo Niall notando qué yo estaba despierta, escuela.
– Buen día Niall, ¿Cómo dormiste? – pregunté mientras recogía mi uniforme, qué la noche anterior Niall lo había guardado dentro del armario -.
— Bien Emma, mírame. – ordeno con un leve tono de seriedad, giré mi cabeza, Niall me tomó de las mejillas, atrayendo su cara hacía la mia, ¡Maldita sea! , dándome un corto beso, ¿Por qué tiene que ser tan tierno? , sólo reí porqué los nervios no me dejaba hablar, el sólo se echaba a reír-.
— ¿Qué es lo tan gracioso cabrón? – Pregunte, si se rié él, nos reímos todos- Tuviste qué ver tu cara- respondió entre risas -.
Se nos hiso tarde de tanto jugar, prácticamente salimos pateados del cuarto de Niall; su madre avisó qué se quedaría en la casa de una amiga.
— La maestra Magda me llega a suspender, yo te pego Niall – amenacé mientras él sólo reía, lo qué me hizo enfurecer más - ¿¡Tú sólo haz nacido para reír maldita sea!? ¡Empieza a correr maldito! – Grité golpeando su espalda con mi carpeta de dibujo, esté corría mientras reía, maldito.
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Sólo dejame amarte › Niall Horan [EDITANDO]
Novela Juvenil— El miedo a enamorarte es totalmente normal, buscas esa persona qué no te lastime, qué nunca te abandone, ¿Porqué tienes tanto miedo? yo estoy aquí contigo.. -.