Rutina

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El señor Wang logro librarse de la justicia, escapando de inmediato a su casa en China, al parecer ese mocoso había hecho un buen trabajo apartandolo, lo que era peor era que había encontrado fotos de Zhan, ahora ya tenía a esos mocosos en brazos, eran dos bebés, su amado había tenido dos en vez de uno, aún así deseaba al chico.

-Zhan... Pronto encontraré la manera... Quizás deba matar a ese mocoso...

Por otra parte, Zhan se encontraba en casa, después de ser dado de alta del hospital fue directo a su casa, Yibo volvía a su rutina, salvó porque en las noches debía levantarse a ver a sus bebés, eran normalmente bien portado, pero en la noche les daba por llorar a destiempo, uno comenzaba y despertaba al otro. Zhan era quien salía de la cama a verlos, pero Yibo no podía dormir sin su esposo.

-Yibo, deberías dormir...

-en cuánto vuelvas a la cama...

-Los niños necesitan comer...

-Puedo esperar...

-Bien, espera en la cama... Los alimentare, en seguida voy contigo...

-No... Dame uno, puedo ayudar...

-Yibo, ambos están comiendo... Mejor ve a dormir...

Yibo se sentía triste, los bebés eran su alegría, pero no dejaba de pensar en que Zhan ya casi no le prestaba atención, todo el tiempo estaba con los niños, no es que fuera celoso de sus propios hijos, pero deseaba tener tiempo con Zhan, era como si ya no importase en su vida.

Zhan al fin los logro poner de vuelta en sus cunas, arropando bien a cada bebé se dió la vuelta, Yibo seguía ahí, recargado al marco de la puerta, podía ver sus ojeras.

-te dije que fueras a la cama... Tienes que trabajar...

-Zhan...

Yibo atrapó a su esposo entre sus brazos había pasado mucho desde que puedo rodearlo por completo con sus brazos ya que en los últimos meses de embarazo no pudo ni tocarlo. Zhan simplemente dejo que Yibo lo abrazara, disfrutando del calor de ambos. Yibo olió el cabello de Zhan, ahora tenía un aroma a talco para bebe, quizá porque se pasaba el día con ellos, le gustaba tanto tener a Zhan en sus brazos, bajo la cara, buscando la de su esposo, quería besarlo... Pero no lo logro, Zhan se había quedado dormido, ahí de pie entre sus brazos. Yibo lo levanto del piso y lo llevo a su cama, Zhan parecía tan agotado. Beso su frente y lo cubrió, ya eran las tres de la mañana en solo dos horas debía dejar su cama y comenzar la rutina diaria, a pesar de que solo deseaba tener a Zhan.

Zhan despertó a las siete, los bebés de nuevo hacían ruido, aunque no lloraban, trato de levantarse, solo entonces noto que Yibo estaba en la cama, es más, le sujetaba por la cintura, bajo la ropa. Sonrió y dió un beso a su esposo.

-Yibo... Despierta... Te has quedado dormido... ¿Me escuchas?

Yibo refunfuño bajo las cobijas, Zhan se libero y fue a ver a sus bebés, ambos estaban despiertos, balbuceando y mirando los colgantes del techo, tomo a uno y lo puso en su regazo.

-Que bello día, ¿No?, Tratemos de ser silenciosos, papá está aún dormido...

Con calma Zhan cambio las ropas de los bebés, para después bajar con ambos en su cuna portátil, los puso en la mesa de la cocina antes de comenzar a hacer el desayuno para Yibo.

Yibo despertó al sentir el frío a su lado, Zhan se había marchado, se levantó rápido y fue a buscar a sus hijos, tampoco estaban, un miedo terrible lo inundó, bajo corriendo las escaleras, con el corazón a mil, todo se calmó al ver a Zhan en la cocina, hablando con sus bebés.

-Zhan...

-ha, despertaste... ¿No te has bañado?... Deberías apresurarte, llegarás tarde a trabajar...

-Estoy bien... ¿Porque no me hablaste?, Me asusté...

-te llame, pero seguías durmiendo, es mejor que descanses... Ya casi está el desayuno, toma una ducha y ven a comer con nosotros...

-Bien... No salgas...

-no puedo aunque quiera... Son muy pequeños como para dejarlos...

-¿Ya has decidido los nombres?, Llevaré los papeles para el registro...

-Si, ya los elegí, este es Cheng... Como el chico que me rescató y este es Ying... ¿Que opinas?

-Esta bien, suenan bien... Wang Cheng y Wang Ying... Bajo en un minuto...

Yibo se apresuro a tomar un baño, no podía dejar a Zhan solo, temía que algo pudiera pasar, aunque no le gustaba que pensarás en el chico que lo ayudo, debía admitir que era un buen sujeto, lo había contratado como secretario y era bastante eficiente, incluso se encargaba de hacer las compras para Zhan.

Una vez termino su baño bajo apresurado, ya con su traje de costumbre, se sentó a la mesa, sus dos bebés jugaban con sus pequeñas manos regordetas, babeando y balbuceando, les acaricio la mejilla y uno tomo su dedo para chupar, lo cual le saco una sonrisa.

-De verdad te gusta el dedo de papá, ¿He?, Ying...

-¿Cómo sabes que el es Ying?

-fscul, tiene el mismo lunar que su madre... Aquí, justo debajo del labio...

-Mientes, es un bebé, aún no tiene lunares...

-Pero lo tendrá... Estoy seguro...

-Ha, eres tan... Toma tu desayuno amor...

-mm, debes ayudarme a comer Zhan-zhan, el pequeño no me suelta, temo que si lo suelto llore ..

-Tienes razón... Ying es más sensible, Cheng suele ser un poco gruñón...

-¿No sé parecerá a alguien?

-A su papá, claro...

Yibo sonrió, Zhan le daba pequeños bocados de salchichas y huevo, de vez en cuando alguna fruta, el pequeño al fin libero la mano de su papá, volviendo a jugar con sus manos. Zhan dejo de alimentar a Yibo, pero este al verse libre atrapó los labios de su esposo, extrañaba su intimidad, aunque entendía que con los bebés no era posible y ni pensar en una niñera, no podía confiarle a su familia a cualquier persona.

Zhan se sorprendió por el beso, pero no alejo a Yibo, sabía que tenían una manera muy poco ortodoxa de mostrar su afecto, así que se dejó consentir por ese contacto.

Yibo lo soltó, pies era hora de volver a su trabajo, no sin antes darle un beso en la frente a cada bebé.

-Volvere a comer amor... Los veré en unas horas amores míos...

Zhan sonrió, le llevo el portafolios a Yibo hasta la puerta, al despedirlo le dió un beso corto en los labios, cerrando la puerta con todas las cerraduras que Yibo le había puesto, para otros sería un encierro, o prisión, pero Zhan había aprendido que era por su propio bien, después de lo sucedido antes de su alumbramiento tenía mucho cuidado, las ayudantes de casa atendían el teléfono, incluyendo el celular de Zhan, salía acompañado de un guardia y una asistente, si quería comprar cosas de lejos bien enviaba a una chica o Cheng le hacía la compra. Además de esas medidas había cámaras de seguridad en toda la casa y alarmas en las ventanas para que nadie entrara.

Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora