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ǫᴜɪɴᴛᴀ ᴘᴀʀᴛᴇ

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Desde aquél día, todo para Dodo fue positivo, sus calificaciones mejoraron

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Desde aquél día, todo para Dodo fue positivo, sus calificaciones mejoraron. Tenía aún más anillos que antes. Tal vez era el efecto de un corazón enamorado, y un cerebro inspirado por su saciado corazón.

Las visitas al psicólogo eran todos los fines de semana, y, cómo no es secreto, las visitas eran, mas que terapias comunes, terapias especiales que precisaban de la unión de dos labios muertos por ser probados mutuamente.

No pasaba más que eso y un rato recostadas en el cómodo sofá cama mientras se abrazaban.

Su tiempo era contado, y lo sabían disfrutar perfectamente con mimos.

Los señores Chae no sabían nada sobre ésto, de hecho, creían firmemente que su "enfermedad" se iba curando, y por esta razón, mucho menos los Lee lo sabían, el único que sí sabía, era Hoseok, quién más que maravillado estaba de haberlas encontrado dándose besos una que otra vez.

Pero como todo, la verdad debe salir a la luz, y era momento en que Dodo hablara, quién era la única que aún no se independizaba, pues Dior no tenía problema alguno.

Y allí estaba, la chica alta frente a sus padres, ambos sentados con miradas curiosas esperando a que su amada hija les dijera que gustaba de algún joven, o que tenía una relación con el mismo. Lo que no esperaban, era que les comentara que la terapia tu o el efecto contrario, y en vez de corregirla, ocasionó un enamoramiento hacia su psicóloga.

-¡¿Qué!?, ¡Es una broma, eso tiene que ser! -Contestó eufórica la madre ante la confesión.

-Ella me ayudó, pero me enamoré de ella, y ella de mí. ¿Por fin entenderás que no es que se corrija, simplemente así nací, y es algo inherente? -Soltó la menor con un nudo en la garganta.

La madre miraba anonadada, mientras su padre solamente ponía ambas manos en su cabeza.

-Dodo... Ésto es serio.

-¡Lo sé!, Y lo que yo siento también ¿No pueden entenderlo a caso?

-Toma tus cosas...

-¿Qué? -Dodo no podía creer que estuviera realmente pasando- ¿Me van a correr?.

El padre se levantó y la miró con mucha seriedad.

-Tú madre y yo acordamos algo, y si no te corregidas, no había otra manera más que... -Pausó sus palabras y acogió a su pequeña entre sus brazos- Tendrás que independizarte y vivir con tu pareja para que estén más cómodas.

A pesar de la dureza de Dodo en su rostro, no pudo contener más el llanto, era alegría, tristeza y confusión, sus padres acababa de autorizar su noviazgo, y eso le causaba un sin fin de emociones homogéneas.

Psicóloga •Dodo X Dior• [Historia corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora