Mi bienamado.

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Capítulo dedicado a mi bebé louimagine KARLA, BEBÉ, TE AMO MUCHÍSIMO, FELIZ CUMPLEAÑOS 🥺
Es un pequeño gesto para regalarte. Algún día te podré dar un regalo físico y un abrazo enorme, te amo💛

Canción recomendada: Hotel Sayre- BSO The Great Gatsby y La Valse de L'Amour- BSO Cenicienta.

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Joaquín despertó con un dolor en sus caderas al día siguiente. Le dolían los huesos y la piel, como si se estuvieran ensanchando con cada respiro que daba. Se levantó con cuidado de no despertar a su novio y se metió a bañar, suspirando cuando el agua tibia lo rodeó.

Poco a poco, el dolor fue desapareciendo mientras él se limpiaba a consciencia y sentía como eso escurría entre sus muslos y piernas.

Era la parte que no le gustaba del después de tener sexo con Emilio. Sentirse tan lleno y lento era una sensación que aún no lograba acostumbrarse pero que le gustaba de alguna forma. Y eso que ayer nada más lo habían hecho una vez, demasiado cansados del viaje y que solo habían dormido como 4 horas el día anterior.

Solo estarían 4 días máximo en Praga y quería aprovecharlos al máximo.

Se terminó de enjuagar y se quedó bajo el chorro de agua unos segundos, sintiendo como esta golpeaba su piel y se estremecía.

Cerró el agua y se secó, poniéndose una toalla alrededor de sus caderas, y salió del baño descalzo. Emilio ya estaba sentado en la cama, mirando confundido a la pantalla y Joaco se rió al verlo. Tenía los rizos enredados en cualquier dirección y su carita tenía las marcas de la almohada del lado derecho.

—Buenos días, amor —Joaquín se inclinó a darle un beso suave.

—Buenos días —Emilio lo miró vestirse y vio las marcas en sus caderas, se levantó y se acercó a Joaquín por detrás, acariciando las marcas apenas con sus yemas. Joaquín se volvió a estremecer.

—Estás frío —se excusó.

— ¿Te lastimé anoche?

Joaco se volteó para mirarlo de frente, abrazándolo por el cuello.

—Claro que no, mi amor. Estoy bien.

Emilio lo miró sin creerle, pero Joaquín le besó su barbilla.

—Yo te dije qué tan fuerte ayer, ¿no? —esperó a que Emilio asintiera—. Yo sé hasta dónde me gusta y cómo me gusta tenerte dentro de mí. No pienses mal.

—Okay —concordó Emilio pero aún se notaba reacio. Joaquín lo besó de nuevo.

—Vamos, ve a bañarte para bajar a desayunar. Vamos a descubrir Praga juntos.

Emilio se rió pero volvió a besar a Joaquín antes de meterse bañar, el Omega admirando el trasero de su novio y chiflándole al final.

La carcajada de Emilio le llegó aunque cerró la puerta del baño.

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Media hora después ambos estaban abajo en el restaurante desayunando con café y jugo exprimido de naranja, como descubrieron que le llamaban al jugo de naranja en Praga y Viena.

Joaquín había pedido un mapa de Praga en recepción antes de entrar al restaurante y estaban viendo los puntos de turismo que más querían ir a visitar.

—Mm, podemos ir al Castillo de Praga, ya que estamos cerca —dijo Joaquín mientras terminaba su café y veía el mapa.

—Uy, mira —Emilio señaló más abajo en las actividades—. Me interesa el espectáculo del Folklore con cena.

El Secreto de las FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora